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Cantabria se adelantó al debate nacional sobre la revisión del sistema de impuestos. Antes de que la Junta de Andalucía anunciara su intención de suprimir Patrimonio y que el Gobierno de España pusiera sobre la mesa la creación de un nuevo tipo fiscal para las grandes fortunas ... , el PP y el resto de partidos de la oposición en la comunidad autónoma ya venían reclamando en el Parlamento una rebaja generalizada de impuestos. Ese ha sido el centro del debate en los dos últimos plenos, en los que el bipartito –en boca del presidente Miguel Ángel Revilla y la consejera de Economía, Ana Belén Álvarez– defendió que su propuesta es no disminuir la recaudación para mantener el estado del bienestar y el apoyo a las familias y sectores más afectados por la subida de precios. No acciones generales, sino medidas selectivas.
Ha sido el tema en el inicio de curso y lo seguirá siendo en las siguientes sesiones. La presidenta del PP regional, María José Sáenz de Buruaga, ha anunciado este viernes que seguirá reclamando al Ejecutivo que deflactar la tarifa autonómica del IRPF para devolver a los cántabros «parte de lo que han pagado de más por la inflación». Que lo haga para todas las rentas inferiores a 60.000 euros como han hecho las comunidades gobernadas por el PP y el País Vasco con el beneplácito del PSOE porque «ese es el camino más corto para ayudar a la gente en una situación tan difícil como la actual». Eso no es nuevo, pero sí la iniciativa parlamentaria con la que la líder de la oposición exigirá al presidente Revilla que concrete su postura sobre la política fiscal de Cantabria. Que lo haga ante la confusión que, en su opinión, generó a principio de semana cuando primero afirmó que era partidario de armonizar los impuestos a nivel general para que no haya competencia desleal a la baja entre autonomías y, horas después, se mostrara partidario de estudiar que el PRC lleve en su programa electoral para las elecciones de 2023 la supresión del impuesto de Patrimonio, siguiendo la estela de Andalucía.
Reclamará al presidente que «diga si el PRC es autonomista o centralista; si Cantabria es una autonomía o no lo es, y si hay que bajar los impuestos a los cántabros o hay que seguir sangrándoles». Buruaga, que tiene claro que cuando el PSOE «habla de armonizar, lo que está haciendo es hablar de seguir subiendo impuestos y engordando la administración», ha reprochado a Revilla que una vez más se haya puesto del lado del sanchismo en esa arremetida en bloque contra las comunidades autónomas gobernadas por el PP que, en este momento, son motor de crecimiento económico y creación de empleo precisamente porque bajan los impuestos.
Como ha recordado, en la reforma fiscal que ha propuesto el PP se recoge la supresión «paulatina» de Patrimonio. No de golpe como hará Andalucía. Buruaga ha obviado que no todas las autonomías del PP seguirán los pasos de la Junta. Castilla y León ya ha dicho que no tiene intención de tocarlo y Galicia que lo modificará sin llegar a la supresión.
El PP quiere una bajada fiscal generalizada y eliminar Patrimonio y el PSOE, a nivel nacional y regional, defiende el nuevo impuesto que plantea Hacienda a los más ricos. Es favorable porque con ello el Gobierno de España busca «que los que más tienen, que menos se ven perjudicados por las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania, ayuden de forma solidaria a sostener el equilibrio del Estado». En su opinión, las propias familias con grandes recursos «muestran más sensibilidad con esta causa que los propios dirigentes del PP, que toman decisiones como eliminar Patrimonio, que busca beneficiar a una clase muy minoritaria en detrimento de todos».
En materia fiscal, la propuesta de Vox Cantabria no dista mucho de la del PP. Su portavoz, Cristóbal Palacio, volverá a solicitar, como lleva haciendo desde 2019, la eliminación del Impuesto de Patrimonio, la bajada del IRPF y un aumento las deducciones fiscales a los contribuyentes con el fin de «bajar la presión fiscal» en la región, que es la segunda más alta de toda España según sus datos, que no comparte el bipartito. «Llevan años realizando subidas silenciosas de impuestos a través de la inflación. Ahora los montañeses sufren una subida de los precios de más del 10 %, los costes energéticos se han multiplicado y el Gobierno está encantado de llenar las arcas públicas a pesar del esfuerzo y sacrificio de los contribuyentes».
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