La caída de las rutas de Barcelona y Madrid merma los números del Seve

49.845pasajeros menos acumuló la ruta a Barcelona en 2022 con respecto a 2019 (-25,32%).

10vuelos menos con Barcelona este mes de enero (según lo hecho y lo previsto en idas y vueltas) que en enero de 2019.

Si alguien quiere justificar los malos datos de las dos rutas sólo con la pandemia, su argumento se quedará cojo. En el caso de Madrid, los tres primeros meses supusieron una sangría de más de 33.000 viajeros. Pero hasta los casi 80.000 de todo el año falta mucho. Hubo caídas todos los meses. Hasta en el agosto de récord global en el Seve. De hecho, ni siquiera entre mayo y octubre (cuando el balance global fue mejor que en 2019), la conexión con Madrid remontó.

Con la mejora de la oferta por parte de Iberia desde noviembre –se recuperó tres días por semana el vuelo que sale a primera hora, el que facilita ir y venir en el día–, la pérdida se aminoró. Pero se sigue perdiendo porque las posibilidades de volar son menos que antes de la pandemia. No se ha recuperado del todo (que es el objetivo, recuperar lo que ya había). Y la temporada de invierno no tiene buena pinta. Es fácil: en enero de 2019, por término medio, había cuatro salidas hacia Madrid cuatro días a la semana y tres el resto. Esta misma semana –la actual–, el lunes salieron dos aviones, los mismos previstos para el jueves y el sábado. Y sólo el viernes están programados cuatro despegues (el resto, tres). En resumen, de unos 25 vuelos semanales a 19.

Con un añadido que destacan, además, desde la Asociación de Amigos de Parayas (muy preocupados por esta situación). Iberia se llevó el contrato de promoción de la ruta (que exige una serie de condiciones mínimas para la conexión). Pues bien, al poco de hacerse con ese contrato, la compañía introdujo cambios en la programación de cara a los siguientes meses. Desde el 1 de febrero y hasta finales de marzo, el vuelo de las 09.00 horas –uno de los que más ocupación tiene– lo operará un avión de Air Nostrum. O sea, un aparato con menos plazas disponibles (son cien, es más pequeño que los de Iberia)y, generalmente, más caras. Habrá que ver el balance de viajeros hasta el verano, pero no invita al optimismo. A partir de ahí, la oferta aumentará a unas 28 salidas semanales (todo, claro, sujeto a cambios que son frecuentes).

79.412pasajeros menos acumuló la ruta a Madrid en el año 2022 con respecto a 2019 (una caída del 29,37%).

44vuelos menos con Madrid habrá este mes de enero (según lo hecho y lo previsto en idas y vueltas) que en enero de 2019.

El caso de Barcelona es similar, pero con matices. De los casi 50.000 pasajeros que perdió en 2022, más de 24.000 fueron entre enero y marzo –época covid–. Luego, aunque de forma más moderada, siguió perdiendo mes a mes. Pero el hundimiento llegó con el cambio de temporada (finales de octubre). Entre noviembre y diciembre, un agujero de más de 12.300 usuarios. La ruta la operaban dos compañías, Vueling y Ryanair. Ahora, durante el invierno, sólo la primera. Y pese a que la aerolínea que sigue trabajando ha mejorado sensiblemente su programa de viajes, no llega a compensar la pérdida total. De 72 operaciones en enero de 2019 (idas y vueltas) a 62. Otra vez, habrá que esperar al verano para que la conectividad mejore.

Que Barcelona y Madrid sumen menos pasajeros no implica que los números del Seve no puedan ser buenos en 2023. Pero, desde luego, es una seria amenaza. Más allá de que, siendo importante (y muy positivo) estar bien conectado con distintas ciudades europeas, a nadie se le escapa que la comunicación con estas dos lo es más (como destino final o como puente para otro viaje).

De hecho, los buenos números de 2022 se han basado, sobre todo, en hasta nueve destinos que no estaban en 2019. París, Manchester o Viena son los más llamativos y, en menor medida, Vigo Granada, Jerez, Birmingham, Alicante y Murcia. Incluso, Bolonia puede considerarse novedad (se estrenó a finales de 2019). Porque crecer, crecer, de las que ya había sólo lo hicieron Bucarest, Milán, Sevilla, Valencia, Venecia y Palma. Frente a eso, 16 rutas perdieron pasajeros (tres de ellas porque fueron canceladas).

Por diferentes motivos (además del covid en el arranque del año). El Brexit ha afectado a las del Reino Unido. El cambio de compañía (de Ryanair a Binter) ha encarecido sensiblemente los precios para ir a Tenerife. Pero rutas importantes como las de Roma o Bruselas también han visto mermada su oferta.

El consejero López Marcano (consciente de la situación con Madrid y Barcelona) aseguró esta semana que uno de los objetivos será tener quince vuelos nacionales, que ya están cerrados, y 25 internacionales, que están «pendientes de adjudicarse». Ahí surge otra duda. Los contratos de promoción de rutas internacionales (y los que quedaron pendientes de las nacionales) salieron a licitación a finales de octubre. Era cosa de un par de semanas. Pero aún no se sabe nada.