![Cantabria se adentra en Semana Santa con «un crecimiento importante» de contagios](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202204/14/media/cortadas/72844834-kd7F--1248x830@Diario%20Montanes.jpg)
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Nadie duda de que la actividad social de la Semana Santa, con el sector turístico ávido de recuperar el ritmo perdido por la pandemia y la población ansiosa por disfrutarlo, se va a traducir en un repunte de contagios. Ahora bien, la incógnita que responderá ... el tiempo es el alcance de ese pico venidero de incidencia covid. De entrada, Cantabria se adentra hoy en el puente festivo de la Semana Santa con «un crecimiento importante» en el número de positivos y «una tendencia al alza» en el de hospitalizaciones -31 ayer-, según el panorama que dibuja el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann, que admite que el nuevo sistema de medición (desde hace semanas sólo centrado en la población mayor de 60 años) «refleja la realidad de forma diferente a la que estábamos acostumbrados».
Tan diferente que por debajo de esa edad no se lleva la cuenta, pero el virus no ha dejado de estar en circulación en ningún momento, aunque no haya repercutido en carga hospitalaria. Un simple sondeo en el entorno más próximo, laboral o personal, permite encontrar ejemplos. Pero iniciado el llamado proceso de gripalización del covid, ya no sólo no hay que comunicar el positivo de forma oficial en caso de confirmarlo en un test realizado en casa ni se indica la prueba desde el centro de salud si hay sospecha de infección, sino que tampoco hay que guardar el periodo de aislamiento fijado antes, salvo las personas que viven o trabajan en ámbitos considerados vulnerables, como las residencias de mayores o los hospitales.
Para el resto de la población, basta con «extremar las precauciones» y «utilizar de forma constante la mascarilla», como se recoge en el reciente protocolo difundido desde la Consejería. Es más, sin síntomas o con señales leves de la infección, se puede ir a trabajar, a clase o a la compra sin estar burlando ninguna norma de seguridad, aunque también hay quien prefiere añadir más cautelas por su cuenta para cortar las posibles cadenas de transmisión. Y la próxima semana caerá la última de las medidas de contención, la mascarilla en interiores (a partir del día 20, con los centros sanitarios y los transportes públicos entre las contadas excepciones en las que se mantendrá). Así que esta Semana Santa, la de la recuperación después de dos años marcados por la pandemia y los vaivenes de las restricciones, se presenta como la primera prueba de fuego de la convivencia con el virus en un contexto de casi normalización.
«Y no podemos descartar que la incidencia vaya a más», admite Wallmann, porque «llevamos varios días con una tendencia creciente», justo cuando arranca «una fase de mayor socialización», con vacaciones escolares, escapadas y variados planes de ocio. Sólo entre la población de más de 60 años, en la última semana se ha alcanzado el medio millar de contagios, frente a los 278 de la anterior. No obstante, el consejero de Sanidad, Raúl Pesquera, no ve señales para preocuparse mientras la movilidad de la Semana Santa no afecte a los ingresos hospitalarios.
1. Mascarilla. Hasta el 20 de abril sigue siendo obligatorio el uso en interiores, y en exteriores se recomienda si hay aglomeraciones.
2. Precauciones. Se aconseja extremar las medidas cuando se está en contacto con personas consideradas vulnerables.
3. Positivos. Sobre todo aquellos que tienen síntomas, reducir los contactos sociales y usar la mascarilla en todo momento.
4. Distancia. Junto a la higiene frecuente de manos, se recuerda la conveniencia de guardar el metro y medio de seguridad.
5. Ventilación. En espacios interiores, es preferible elegir lugares con buena ventilación o que dispongan de medidores de CO2.
6. Hospitales y residencias. Son los ámbitos en los que se mantiene la obligatoriedad de la mascarilla y los cribados de test.
«Después de Ómicron hemos ya vivido la experiencia de tener hasta 2.000 y 3.000 casos a los 15 días o a los 7 días. En estos momentos pequeños repuntes, que es normal que pasen, en buena lid no tendría que afectarnos a nuestro ingreso hospitalario, que estamos en una situación muy buena», consideró el pasado lunes. Pero el director de Salud Pública tampoco descarta que a la vuelta del puente festivo se produzca «un mayor impacto en la hospitalización convencional (no tanto en la UCI), porque es lo que está pasando en Reino Unido».
Reinhard Wallmann| Director de Salud Pública
Marcos López Hoyos | Sociedad de Inmunología
Javier Hernández de Sande| Colegio de Médicos
En todo caso, «esa mayor transmisión comunitaria empieza a tener su reflejo en las residencias de mayores, donde vemos más actividad de casos nuevos», añade. Según los datos del Instituto Cántabro de Servicios Sociales (Icass), constan 79 usuarios positivos en este ámbito, de los cuales seis están ingresados en el hospital. Desde Valdecilla apuntan que en los últimos días han registrado una alta presión en las urgencias -en adultos con picos por encima de las 400 personas al día, y en niños, con más de 150-, pero que los ingresos por covid no pasan de los 30 semanales, teniendo en cuenta que uno de cada tres son casos incidentales, es decir, positivos que se detectan en las pruebas preventivas a pacientes que acuden por otras causas.
En la actualidad, estiman que sólo el 40% de los ingresados tiene neumonía o infección respiratoria, un dato que confirma que estamos ante una fase de enfermedad más leve y que «la protección de la vacuna para prevenir complicaciones severas aún sigue mantiéndose bastante, como apuntan varios estudios científicos», señala el epidemiólogo austriaco. Razón por la que se ha decidido que la cuarta dosis sólo se administre a personas inmunodeprimidas, el colectivo de pacientes de muy alto riesgo. «Se considera que la población general tiene suficiente protección vacunal para evitar la enfermedad grave y la hospitalización».
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Por eso, su consejo de cara a los próximos días va dirigido especialmente a los mayores de 60 años y a las personas con algún criterio de vulnerabilidad, como son las embarazadas, que «deben protegerse de forma adecuada, limitando las interacciones sociales, usando la mascarilla, guardando las distancias y procurando que los sitios a los que acudan estén bien ventilados». Es ahí donde «hay que poner el foco», en las personas con mayor riesgo de sufrir complicaciones.
«Ojalá no volvamos atrás», dice Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología y jefe de servicio de la especialidad en Valdecilla, que insiste en que «el virus sigue ahí, las tasas de incidencia parece que se habían estabilizado». No obstante, cree que las consecuencias de la movilidad de la Semana Santa «se verán en los próximos diez o quince días».
«Entiendo que la gente esté cansada, agotada, todos lo estamos, pero no podemos bajar la guardia del todo. Nos tenemos que relajar mentalmente, y disfrutar en la medida que podamos, pero sin perder de vista que el virus continúa entre nosotros y que hay riesgo de esa vuelta atrás. Ya nos pasó con el batacazo de las Navidades, cuando todos habíamos hecho planes que tuvimos que adaptar ante la explosión de contagios de Ómicron. Y aún desconocemos cómo se va a comportar el virus de aquí al verano. Todos estamos dubitativos, sin saber a ciencia cierta qué va a pasar en las próximas semanas».
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En este sentido, López Hoyos hace hincapié en su recomendación hacia las personas con cuadros sospechosos de covid: «Es esencial que quienes tienen síntomas de infección viral pseudogripal, con malestar, fiebre, tos... lleven mascarilla para evitar infectar a otros». En esta fase de la pandemia, en la que la presión del covid es más que llevadera para el sistema sanitario, lo que ha permitido también poner en marcha la recuperación de la Atención Primaria, para que manden las consultas presenciales y la población gane en accesibilidad a los centros de salud, conviene «no obsesionarse ni generar alarma, pero sí ser prudentes», opina el inmunólogo.
Un mensaje en el que coincide el Colegio de Médicos de Cantabria, que apela también a la «prudencia y a la responsabilidad individual», porque «el virus sigue entre nosotros y hay que seguir con las medidas de seguridad que todos conocemos». Insiste la organización colegial en cuidar especialmente a la población más vulnerable y recuerda la conveniencia de utilizar la mascarilla en los espacios interiores cuando no se pueda guardar la distancia de seguridad de metro y medio, en ventilar las estancias cerradas y, en caso de síntomas, evitar los contactos, hacerse un test y consultar con el médico si aparecen complicaciones.
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