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Cantabria ha vuelto este lunes a las aulas tras las vacaciones de Navidad con 152 docentes de baja, lo que supone el triple de las que se registraron el mismo mes del año anterior, lo que da una muestra de la fuerza de esta sexta ola ... . Desde el día 6 de enero hasta ayer, lunes, día en que los alumnos regresaron a clase para iniciar el segundo trimestre del curso 2021-2022, la Consejería de Educación recibió 152 peticiones de baja, de las cuales 127 fueron de personal de Infantil y Primaria, y 25 del resto de etapas. Pero dichas bajas no son las primeras que se registran en plena eclosión de Ómicron, ya que antes del inicio de las vacaciones, y hasta el día 5 de enero, los centros habían comunicado 117 bajas, «que ya han sido cubiertas en un llamamiento realizado el día 7 de enero», dicen fuentes de Educación consultadas por este periódico.
En total, las bajas tramitadas estas últimas semanas (presumiblemente provocadas por la ola de covid, pero también las generadas por otras razones médicas) ascienden a 269 en las que la pandemia ha dejado picos de contagio de récord por la fácil transmisión de la nueva variante. «El volumen de sustituciones es mayor de lo habitual, pero gestionable», garantizan desde la Consejería, aunque en estos momentos son muchas más bajas que en otras ocasiones: si nos remontamos justo un año atrás, Educación tramitó 46 bajas en enero, frente a las 152 de este mes, es decir, el triple.
Según Educación, este martes todas las peticiones de Primaria estarán resueltas y los docentes de baja tendrán un sustituto; en el caso de Secundaria, Bachillerato y niveles superiores la sustituciones estarán el miércoles. Si en Infantil y Primaria desde el inicio de la pandemia «se hacen sustituciones diarias con el objetivo de no romper los grupos de convivencia estable», en una reunión celebrada este lunes con los vocales de las permanentes de directores se les comunicó que, además de la solicitud por la vía habitual (la plataforma 'Puntal'), «si detectan una necesidad urgente, lo comuniquen a su inspector de referencia para hacer la sustitución inmediata». Es lo que pasó hoy, por ejemplo, en el IES Ricardo Bernardo, en Solares, donde con una plantilla de 92 docentes, comunicaron a Educación siete bajas y este martes se harán los llamamientos para que estén el miércoles en el aula.
Para el sindicato STEC, sin embargo, no es suficiente y pide asegurar la sustitución al día siguiente como se hace en los niveles iniciales: «La Consejería no puede mirar para otro lado en este contexto y tienen que hacer un esfuerzo organizativo para asegurar la sustitución de docentes, pero no cuando los centros están desbordados», apremia Jesús Aguayo, miembro del secretariado del sindicato STEC.
En cuanto a la presencialidad, ¿hay seguridad para los docentes y los alumnos? La 'normalidad' con que se ha retomado el curso escolar se basó aún en el protocolo que los centros educativos llevan cumpliendo a rajatabla durante toda la pandemia. Ante la nueva situación generada por Ómicron, Educación informará mañana a todos los coordinadores covid de cuál es la nueva guía de actuación tras haber mantenido una reunión con la Dirección general de Salud Pública, un protocolo que, entre otras medidas, incorpora el nuevo límite del 20% o cinco casos de alumnos positivos para confinar a toda la clase. «No se puede volver a clase como si aquí no hubiera pasado nada, nosotros queremos la presencialidad, pero con unas condiciones mínimas y razonablemente seguras», indica Aguayo, que entre otras medidas pide, por ejemplo, medidores de CO2 para todos los centros «porque ahora, en lo más duro del invierno, es muy difícil trabajar con todas las ventanas abiertas».
Jesús Aguayo | Sindicato Stec
José Manuel Torre | Presidente de FAPA Cantabria
¿Y qué piensan las familias? Para FAPA(la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Cantabria), la vuelta a clase se ha movido entre la necesidad de retomar la normalidad y también la de despejar la incertidumbre generada tras poner sobre la mesa la posibilidad de retrasar el inicio de clase ante el pico de la sexta ola con el fin de prevenir más contagios. «Es absurdo haber planteado esto, solo es generar polémica y a la Educación hay que dejarla en paz, no generar miedo», asevera su presidente José Manuel Torre.
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«Durante estas vacaciones, todo el mundo hacía vida normal en plenas fiestas y sin embargo se hablaba de no volver presencialmente a las aulas, ¿cómo es esto posible?», se lamenta el presidente de FAPA. Además, dice, «es absurdo hablar de cerrar las aulas cuando la incidencia empezó a subir precisamente cuando se cerraron las aulas por vacaciones», y por eso aboga por lanzar un mensaje de tranquilidad.
«No voy a decir que no puede haber un contagio en el aula, sobre todo con esta variante que es tan contagiosa, pero las últimas semanas se ha generado una expectación y un temor que no correspondía, porque la realidad es que los centros es donde se mantienen de manera férrea las medidas de prevención, distanciamiento y ventilación», por eso cree que volver a las aulas puede contribuir a la bajada de los contagios al reconducir los hábitos diarios que hasta ahora estaban provocando su incremento», afirma Torre.
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