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El Gobierno de Cantabria no ha tocado los impuestos desde 2019, cuando echó a andar el actual bipartito. La intención de la anterior consejera de Economía, María Sánchez, era acometer una reforma fiscal autonómica durante la presente legislatura. Antes del covid señalaba que esperaría al ... nuevo sistema de financiación autonómico, después lo postergó por la necesidad de generar estabilidad y certidumbre para paliar las crisis económica provocada por la pandemia y, por último, antes de su dimisión, hizo alusión al complicado escenario de precios causado por la guerra de Ucrania y los problemas de suministros. El resultado es que, por un asunto o por otro, los impuestos ni han subido ni han bajado, lo que no quiere decir que la recaudación haya permanecido estable.
De hecho, durante 2021 se alcanzó una cifra récord en Cantabria, según los datos provisionales del Ministerio de Hacienda. Entre impuestos directos, indirectos, tasas y precios públicos, las arcas regionales recibieron 1.599 millones de euros, un 0,7% más que el año anterior. Nunca antes se había alcanzado esa cifra. Desde la Consejería que dirige la socialista Ana Belén Álvarez, que tendrá que corregir o confirmar en los próximos días la estadística nacional, restan relevancia a este hecho ya que sucesivamente se ha ido superando el listón anterior «desde la salida de la crisis económica». Así es: la tendencia es al alza desde 2015 y supone un incremento del 71,8% respecto a 2010, cuando la estadísticas tocó fondo.
Si no se tocaron los impuestos, ¿cómo se pudo recaudar más? La teoría económica dice que es posible por la mayor actividad económica, el aumento del consumo o la subida de los precios. Aunque las administraciones graven lo mismo una barra de pan, no es lo mismo que esa barra cueste 0,50 céntimos o 0,75 céntimos o que el consumidor compre una o dos.
Todo lo anterior es provisional porque el Estado no liquida sus cuentas pendientes con las autonomías hasta dos años después de cerrar cada ejercicio. Esto implica que los impuestos que recauda Madrid y luego reparte a los territorios están todavía por evaluar. Lo que hace el Ministerio es enviar el dinero a tenor de las previsiones y después hace la cuenta para ver si tiene que aumentar los envíos o pedir a los territorios que les reembolsen parte de lo recibido. Eso es lo que ocurre, por ejemplo, con el Impuesto sobre el Valor Añadido. Hasta 2024 no se sabrá exactamente cuánto se ha recaudado en Cantabria con el IVA y cuánto le corresponde al Gobierno regional -un porcentaje de este impuesto va al Presupuesto autonómico y otro al estatal-. Aunque sobre el papel se hayan recaudado 490 millones de euros, lo previsible es que la cifra final sea mayor por el aumento de los precios.
De hecho, a tenor de los datos provisionales, se recaudó en Cantabria por el IVA un 4,49% menos que el ejercicio anterior, algo poco creíble teniendo en cuenta que 2020 fue el año de la pandemia en el que se paralizó parte de la actividad y al brutal incremento del IPC en la segunda parte de 2021. Queda claro que en 24 meses habrá una corrección. Más fiables son los datos de los impuestos que recauda directamente Cantabria, sin la intermediación del Estado. Es el caso de los de Sucesiones y Donaciones, que sumaron 34,8 millones (+35%, en parte porque durante la pandemia se ampliaron los plazos para realizar estos trámites) o en el de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
Este último impuesto, que hay que pagar cuando se realizan actos como la compra de una vivienda o un vehículo de segunda mano, o a la vez que se realizan multitud de documentos públicos o actas notariales, ascendió a 156,3 millones de euros, lo que supone un incremento del 47,9%. Para la Consejería, este es el ejemplo perfecto de lo que ha pasado en el último ejercicio. «Este impuesto lleva mucho tiempo congelado. Está ligado al incremento de la actividad económica, la creación de empleo -más de 6.000 puestos los últimos doce meses- y al ahorro forzoso provocado por la pandemia, como demuestra que la compraventa de viviendas creció un 40,1%», matizan desde Economía.
Los impuestos especiales (los que tienen carácter medioambiental o los que gravan el alcohol, el tabaco o el combustible) llegaron a los 211 millones de euros. Una de las figuras más importantes por su cuantía es la del IRPF, que recaudó para Cantabria 578 millones. «La recaudación por IVA e IRPF descendió con respecto a 2020 y se incrementaron otros que nada tienen que ver con el consumo y la actual alza de precios», defiende el bipartito PRC-PSOE.
Además de los impuestos, la otra gran fuente de ingresos de la comunidad autónoma fueron las transferencias directas del Estado, que según el propio Ministerio fueron de 997 millones de euros. Con lo uno, lo otro y el resto de conceptos más pequeños se pagan los sueldos de los trabajadores públicos, los recursos sanitarios y educativos y las obras públicas. Que hacen falta impuestos está claro, la pregunta es a qué nivel. Si hay que subirlos para prestar mejores servicios o si, por el contrario, con estos niveles de recaudación hay margen para bajarlos sin tocar el sistema de protección.
En el Gobierno dicen una cosa y en la oposición la contraria, pero lo que es una evidencia es que el Ejecutivo no necesitó en 2021 todo lo recaudado porque dejó sin utilizar 61 millones de euros. Según Economía este superávit es «engañoso» porque solo se explica por la llegada de los Fondos Europeos y los planes covid del Gobierno de España. Además, «no compensa» ni de lejos el déficit de 142 millones de 2020 por los efectos inesperados de la pandemia.
La exconsejera María Sánchez sí pensaba que con este marco había margen para que la Administración se ajustara el cinturón y propuso una revisión a la baja del IRPF. El fondo de esta medida y también las formas -no lo consultó previamente en el Consejo de Gobierno- precipitó su salida del Ejecutivo regional. A todo esto, la recaudación récord no sirvió para reducir la deuda, que creció en números absolutos -no en porcentaje del PIB debido al crecimiento- hasta alcanzar también su máximo el pasado diciembre.
Se ha convertido en una tónica habitual que el Gobierno de Cantabria llegue a los últimos meses del año sin dinero suficiente para pagar las nóminas de los empleados públicos y tenga que buscar recursos en otras partidas para compensar la infrafinanciación inicial que figura en el Presupuesto.
En las Cuentas de 2021, Economía reservó 1.064 millones de euros a los salarios de la Administración regional. Una cantidad que se demostró insuficiente, ya que hubo que hacer distintas modificaciones en el documento para localizar 57,8 millones adicionales. Dinero que se retiró del capítulo de las inversiones reales. Es decir, de obras y proyectos que se iban a poner en marcha y que finalmente se quedaron por el camino. De esos 57,8 millones adicionales, a falta de los datos definitivos del ejercicio 2021 (los actuales son provisionales), se utilizaron 47 para pagar nóminas de maestros, sanitarios y el resto de profesionales autonómicos. La falta de financiación de este capítulo, especialmente en el ámbito educativo, fue una de las críticas que realizó el PP a esos Presupuestos cuando salieron adelante
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