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A la temporada de caza y captura de la avispa asiática la llaman trampeo y es el primer año que funciona en Cantabria tras su legalización. Comenzó el pasado marzo y finalizará al terminar junio; y ya ha dejado cifras como las más de ... 8.500 reinas capturadas, o los 31 nidos primarios eliminados en toda la región. Números ambos que son muy ilustrativos de la proliferación explosiva de una plaga que asola Cantabria desde hace cinco años y que afecta a personas, cultivos y granjas apícolas.
En principio, un nido primario de Vespa Velutina (éste es su nombre científico), no es más grande que una pelota de golf; pero cada uno de ellos puede llegar a alumbrar hasta 200 ejemplares. Por eso es simbólico que Cantabria haya retirado el pasado abril el primero de estas características encontrado en España. Fue el que inauguró la batida de otros 30 que han eliminado hasta el día de hoy los Servicios Cántabros Antivelutina (Sercant), que trabajan para buena parte de los 36 ayuntamientos que han decidido aprovechar la ayuda puesta en marcha este año por el Gobierno Cántabro -con una partida de hasta 100.000 euros-, para iniciar la temporada de trampeo.
«El dinero ha sido fundamental para que los ayuntamientos se animen a combatir la plaga desde que hemos legalizado el trampeo este curso», cuenta el director general de Medio Natural, Antonio Lucio. «No vamos a poder erradicar la especie, pero la meta es poder controlar su proliferación». El 'ejército' antivelutina es heterogéneo, según el Consistorio. Lo conforma el mismo Sercant pero también los bomberos e incluso el personal de parques y jardines. Todos tienen el mismo objetivo, descabezar las colmenas incipientes.
Antonio Lucio | Director de Medio Natural
Una reina pone en esta primera fase del nido 12 huevos diminutos. «De ahí saldrán las primeras obreras. Cuando llegue a las 200, ese nido primario se habrá quedado pequeño y se construirá el secundario, el que solemos ver en verano, que es más grande y suele estar más alto», describe Isidro Herrera, de Sercant, contratado por un buen número de ayuntamientos cántabros para hacer frente a la invasión.
«Lo que se necesita es que todo el mundo haga trampeo. Si solo lo hacen unos ayuntamientos y otros no, al final es un trabajo a medias», remarca el experto. Las condiciones climáticas de algunos municipios cántabros los convierten en el ecosistema perfecto para la proliferación de esta especie. Mazcuerras, Ruesga o Santillana del Mar son ejemplos de esto. En esta última localidad se encontraron ocho de los 31 nidos primarios localizados en toda Cantabria. «Hemos cazado también 112 reinas desde que empezó el trampeo este año», matiza el jefe de la agrupación de voluntarios de Protección Civil en el ayuntamiento, José Daniel Sánchez; que prefiere restar importancia a la situación. «No es que tengamos más problema que los demás, lo que pasa es que aquí se está trabajando muy bien el trampeo y estamos encontrando más avispas», apunta.
Isidro Herrera | Sercant
La alarma social es algo que quieren prevenir en lugares como Mazcuerras. «Si no lo controlamos, la gente se preocupa mucho porque no saben qué peligro tiene para los alérgicos, ni el efecto que una picadura tiene en los niños, etc». Para Francisco Javier Camino, el alcalde, lo primero es la seguridad de los vecinos. «Luego ya nos preocuparemos de los apicultores, de los cultivos y todo lo demás». El Consistorio ha puesto 60 trampas y ha invertido 12.000 euros en la campaña: «5.000 llegan de las ayudas gubernamentales y el resto lo ponemos nosotros».
En su modalidad más rudimentaria, las trampas no son más que una botella de plástico agujereada. En el interior se introduce un líquido atrayente de manera que las avispas entran y quedan atrapadas. En Ruesga han utilizado 75 para capturar hasta 400 ejemplares. «Están funcionando bien. La mala suerte que tenemos nosotros es que estamos a solo 160 metros a nivel del mar y eso hace que tengamos unas temperaturas muy templadas, algo que al parecer les gusta mucho», explica Jesús Ramón Ochoa, alcalde del municipio. En principio habían dedicado 4.000 euros al trampeo, pero más tarde lo han ampliado.
Francisco Javier Camino | Alcalde de Mazcuerras
Incluso en una zona urbana, como Santander, donde también se han puesto en marcha medidas, se han atrapado 211 reinas. Pero para ver el resultado de todas estas labores aún habrá que esperar un tiempo. «Lo que sí tenemos comprobado es que la presión de la plaga ha caído hasta en un 50% en aquellos consistorios donde se tomó alguna medida de prevención el pasado año», asegura el responsable de Sercant. Para conocer las cifras globales de trampeo habrá que esperar al final de la campaña, a finales de junio, cuando la Consejería de Medio Rural publique el balance total de capturas.
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