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Se trata aún de un borrador, pero el nuevo Bachillerato que plantea el Ministerio de Educación y Formación Profesional, al abrigo de la Lomloe, ... comienza a dibujarse en el papel. ¿Qué propone? Cinco itinerarios: Ciencia y Tecnología; Artes -dividido a su vez en Música y Artes Plásticas-; Humanidades y Ciencias Sociales, y un Bachillerato general, todos con asignaturas troncales y optativas a elegir.
Este último, el Bachillerato general, ya previsto en la Lomloe aprobada en diciembre de 2020, también empieza a concretarse. Y es una de las principales novedades para una etapa que el alumnado cursa entre los 16 y los 18 años, ha destacado esta mañana Marina Lombó, consejera de Educación y Formación Profesional, tras la presentación del nuevo sistema de acreditación profesional que ayudará a validar sus conocimientos a más 2.000 cántabros en poco menos de año y medio. «Lo único que cambia sustancialmente es el nuevo Bachiller», ha señalado Lombó, ya que la división en dos del itinerario de Artes, en parte, ya se ejerce en la práctica gracias a las posibilidades que ofrecen las materias optativas.
¿Y qué opinión le merece a la Consejería esta nueva vía? «Nos parece acertado», ha dicho la consejera. La implantación de los itinerarios exigirá trabajo, «adecuar y y adaptar los medios y los recursos que tenemos», ha indicado la consejera. Las reuniones entre las comunidades y el Ministerio son constantes. «Es un tiempo muy reducido el que tenemos y están siendo, prácticamente, diarias».
«Lo valoramos como muy positivo», ha añadido la directora general de Innovación e Inspección educativa, Mercedes García. «Tenemos que tener en cuenta que ya existe algún alumnado en el sistema educativo de Cantabria que, porque previamente tiene un grado formativo medio o el título profesional de enseñanzas musicales o de danza, ya estaba cursando solo una parte de lo que ahora llaman [materias] troncales, o específicas u obligatorias», ha explicado. Por lo que está opción de bachillerato será un cauce para esos alumnos que tienen una formación más específica o para los que opten a «una visión amplia» de las enseñanzas ofertadas. Las especialidades de Bachillerato, ha subrayado García, requieren «una planificación». La Consejería, además, va a tratar este asunto -«evidentemente es un tema de planificación de recursos»- con los representantes de la comunidad educativa de Cantabria.
La aplicación progresiva de la Lomloe es uno de los retos más importantes en los próximos meses para las comunidades autónomas. Mercdes García ha señalado que los cambios que incluye la ley se implantarán según lo previsto. El curso que viene llegarán, por tanto, a 1º de Bachillerato (así como a 1º, 3º y 5º de Primaria, y 1º y 3º de la ESO); y en el siguiente a 2º, 4º y 6º de Primaria; 2º y 4º la ESO, y 2º de Bachillerato.
La comunidad educativa «está a la expectativa» con el nuevo Bachillerato que propone el Ministerio de Pilar Alegría. Con cierta «sorpresa» lo ha recibido Norberto García, portavoz de la Comisión de directores de Secundaria en Cantabria, que entiende que abrir más itinerarios para el alumnado, en principio, es positivo, incluida esa opción de Bachillerato general que ya contemplaba la ley. «La diversidad y opcionalidad son positivas», ha señalado.
La duda ahora -una duda que comparte con otros representantes- es cómo aplicar todo esto. García pone el foco en la configuración de horarios y grupos, y en la forma de estructuras las materias para poder ofrecer estos itinerarios en los institutos sin olvidar a los del ámbito rural.
Jesús Aguayo, del sindicato STEC, también ha recibido con cierta sorpresa esta nueva configuración del Bachillerato. Está a la espera de que, en las reuniones que mantengan con la Consejera en octubre, les trasladen más detalles sobre este asunto, y puedan preguntas por las posibles dificultades de organización a la hora de implantarlo y el papel que van a jugar los institutos de menor tamaño. Rus Trueba, de ANPE, coincide en que es crucial tratar estos asuntos en los foros adecuados.
Por su parte, Conchi Sánchez, de Comisiones Obreras, entiende que, a priori, «todo lo que signifique diversificar está bien, aunque siempre que se pongan los recursos adecuados». Siendo España un país de la UE con altas tasas de abandono y fracaso escolares, la ampliación de la oferta formativa es, en primera instancia, positiva. También lo es que ganen peso las artes y humanidades («las más damnificadas por Lomce», indica). «Como opción nos parece bien», añade Sánchez, siempre y cuando se este nuevo Bachillerato se despliegue en la escuela pública, «tenga recursos suficientes» -con financiación estatal y autonómica-, y «se extienda lo máximo posible», sin olvidar las zonas rurales.
Por otro lado, el Ministerio, a petición de algunas comunidades autónomas, ha abierto la posibilidad de que la eliminación de las recuperaciones en ESO se aplacen al próximo curso. En Cantabia, ha recalcado esta mañana Lombó, la decisión de mantener o no este curso la convocatoria extraordinaria de exámenes en ESO está aún en fase de consultas. A priori, y sin un real decreto aprobado, «sería bastante precipitado llevarlo cabo» este curso, indicó la consejera, cuyo departamento, en primera instancia, si inclina por aplicar este cambio el curso próximo, con el real decreto ya aprobado.
No obstante, ha matizado Lombó, Cantabria trata ese asunto con los directores de Secundaria y el Servicio de Inspección y su consenso será definitivo. «Son todos reflexiones, estamos trabajando en ello», ha subrayado. Mercedes García ha apoyado las declaraciones de la consejera en este sentido: «Estamos en un periodo de reflexión. El propio Ministerio reconoce que con los reales decretos va un poco justo y es lo que estamos valorando» en esas reuniones entre el departamento de Pilar Alegría y los directores generales..
En este sentido, sindicatos como STEC tienen claro que hay que apostar por una evaluación continua y dejar atrás estas pruebas porque no favorecen, entre otras cosas, la igualdad de oportunidades. «Siempre ha existido un falso debate entre junio o septiembre. Nuestro planteamiento siempre ha sido que se eliminen de una vez», ha señalado Jesús Aguayo.
La idea en CC OO es que este paso «no sea a criterio de cada comunidad autónoma», ha indicado Conchi Sánchez. La meta tiene que ser dar oportunidades al alumnado y «evitar al máximo las repeticiones», una de las cuestiones por las que la OCDE ha «tirado de las orejas a España». «La música suena bien», aha añadido Sánchez, que aboga por que «el Ministerio lidere» esta cuestión.
«Lo que venimos demandando desde hace tiempo es que la educación no sufra estos vaivenes y no esté sujeta a intereses políticos. Que cada comunidad autónoma pueda ahora ponerlas o quitarla significa desigualdad de oportunidades», ha indicado al respecto Rus Trueba.
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