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Quienes en las últimas semanas hayan viajado por carretera hacia la Meseta desde Cantabria habrán sufrido las consecuencias de las obras que Adif está acometiendo en Palencia para llevar la Alta Velocidad a la región. En distintos puntos de la A-67, los carteles informativos ... obligan a los conductores a salir de la autovía y utilizar la carretera nacional, un trastorno que todavía se extenderá durante algunos meses. Es el precio que hay que pagar para que, en algún horizonte temporal aún sin concretar, llegue a Cantabria el primer AVE, que conectará la capital cántabra con Madrid en el entorno de las tres horas. También lo saben en el Gobierno de Cantabria y en el Ayuntamiento de Santander, donde comprenden el corte del tráfico ferroviario que sufrirá la línea entre Santander y Palencia todo agosto por las obras que desarrollará Adif en la Alta Velocidad y también por la duplicación de la vía entre Renedo y Guarnizo –que obligarán a los usuarios a hacer transbordos–. Lo que no comprenden son las formas, cómo se han enterado de estos trabajos, de los que tuvieron conocimiento por la prensa, lo que supone para ambas administraciones una falta «de lealtad».
Por eso, el Gobierno regional convocó ayer de forma «urgente» la Mesa del Ferrocarril el próximo 11 de julio a las 11.00 horas para «pedir explicaciones» a Adif y Renfe y que así se aclaren «cuáles son las molestias que se van a generar a los usuarios en pleno agosto», comentó el consejero de Fomento, Roberto Media, que también dijo que aún no conoce el dispositivo que se va a poner en marcha para hacer los transbordos, «tanto de la conexión entre Santander y Palencia como entre Santander y Torrelavega». Y es que, cuando quedan tres semanas para que comiencen las obras, Renfe aún no ha dado a conocer el plan alternativo por carretera, algo que también critican los propios usuarios. «Es lógico que se ejecuten los trabajos y que sigan avanzando pero deberían pensar en el usuario y avisar con antelación para explicarnos los transbordos», cuenta Javier Polanco, portavoz de las Mesas de Movilidad. De hecho, según ha podido saber este periódico, los trabajadores de Renfe esta semana tampoco estaban informados de cómo se iban a organizar durante el próximo mes.
Media no entiende este 'modus operandi' del Ministerio de Transportes, teniendo en cuenta que, a su juicio, mantienen una relación «de lealtad y colaboración constante en lo referente a todas las infraestructuras que se están ejecutando en la región». Por eso, a pesar de que comprende que cualquier obra puede generar inconvenientes, les pide trabajar «con más previsión». «No puede ser que se vayan improvisando estas cuestiones», añadió el titular de Fomento.
En la misma línea se posicionó la regidora santanderina, para quien el mes elegido para acometer los trabajos supone «un palo» para el sector turístico, que se suma a los problemas de las conexiones aéreas del Seve Ballesteros, una infraestructura que depende del Gobierno de Cantabria. Al igual que su compañero de filas, la alcaldesa también entiende que las obras siempre provocan ciertos perjuicios y que eso «no lo va a criticar», pero no comparte la forma de informar de los trabajos por parte del Gobierno central. «¿No hubiese sido muchísimo mejor avisar al sector turístico y a las agencias o en los propios billetes del tren, para decir que quien compre desde mayo que se sepa que el servicio en agosto va a sufrir modificaciones?», insistió. «No nos han explicado si era el mejor momento para realizar las obras».
La que prefirió no hablar sobre la forma de proceder de Transportes fue la delegada del Gobierno, Eugenia Gómez de Diego, que prefiere «obviar cualquier intento de polémica» y centrarse «en los importantes avances que se están materializando tanto en la conexión de Alta Velocidad como en la renovación de Cercanías», explicó. «Las obras avanzan a buen ritmo. En un horizonte próximo tendremos una red Cercanías totalmente renovada, más segura y fiable, como todos deseamos, y la conexión de Alta Velocidad reducirá los tiempos de viaje», concluyó Gómez de Diego.
El anuncio de que los usuarios deberán hacer transbordos de nuevo se produce siete meses después de que terminaran los anteriores, necesarios por las obras de la duplicación de la vía en el tramo que va desde Santander a Muriedas. Unos transbordos que se prolongaron durante seis meses y que parte de ellos también coincidieron con el verano. Los trabajos que comenzarán el 1 de agosto y que durarán todo el mes «afectarán a diversos servicios en Santander, Aguilar de Campoo, Reinosa, Torrelavega, Palencia, Alar del Rey o Quintanilla de las Torres, entre otras», según informó Adif. En el mismo periodo de tiempo se actuará en la Línea de Alta Velocidad (LAV), donde Adif desplegará los tramos paralelos a la línea convencional Palencia-Santander y el viaducto de 80 metros con el que se cruzan, que se construirá en el entorno de Marcilla de Campos, en Palencia. La empresa pública también avanzará con los trabajos de la duplicación de la vía entre Santander y Torrelavega, una de las obras más importantes del Plan de Cercanías y que servirá para que disminuya el tiempo del viaje a Madrid cuando entre en funcionamiento el futuro AVE. Una actuación que se está ejecutando por partes y que en agosto se centrará en la construcción de la plataforma para la segunda vía y su electrificación en el tramo entre Renedo y Guarnizo.
Uno de los puntos que más recalca Adif desde que anunció que las obras en la Alta Velocidad y en la duplicación de la vía entre Santander y Torrelavega no eran compatibles con la circulación ferroviaria es que la fecha elegida para hacerlo no es aleatoria y está muy meditada. Así, la explicación de por qué han elegido el mes de agosto para acometer los trabajos, uno de los momentos en que más visitantes acuden a Cantabria en todo el año, es que la fecha «minimizará la afectación al tráfico de mercancías con el Puerto de Santander». Aunque, el presidente de la Autoridad Portuaria de Santander (APS), César Díaz, aclara que agosto «es un mes plenamente operativo para el Puerto en lo que se refiere al tráfico de mercancías por ferrocarril, tanto de llegada como de salida de nuestras instalaciones: graneles, cemento, contenedores, vehículos…». A su juicio, hay que tener en cuenta que el de la capital cántabra es uno de los puertos de España que cuenta con mayor tasa ferroportuaria, con un 15%. «Por lo que no disponer de conexión ferroviaria con nuestro hinterland, –que es la zona terrestre de origen o destino de las mercancías o pasajeros que pasan a través de un puerto durante un mes completo– supondrá una importante afección».
Díaz también explica, a preguntas de este periódico, que al enterarse por Adif del corte ferroviario como consecuencia de las obras, el Puerto tomó «automáticamente dos iniciativas». Por un lado, trasladaron a sus clientes y operadores este hecho «para que pudieran ajustar su logística y planificar nuevas alternativas de transporte, fundamentalmente por carretera». Además, desde la Autoridad Portuaria también quisieron «acomodar» las inversiones que tienen en marcha dentro del Puerto en materia ferroviaria, «teniendo en cuenta las fechas del corte», concluye.
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