Cantabria desconoce el origen de un tercio de los contagios por covid
Cantabria ·
La última semana la cifra alcanzó el 33,6% de los positivos, dos puntos menos que la media española: «Es vital para controlar el contagio comunitario»Secciones
Servicios
Destacamos
Cantabria ·
La última semana la cifra alcanzó el 33,6% de los positivos, dos puntos menos que la media española: «Es vital para controlar el contagio comunitario»Cantabria desconoce el origen de un tercio de los contagios, es decir, el 33,6% de los casos positivos que se registraron la pasada semana desconocía dónde podía haber contraído la enfermedad. Más allá de la impresión de vulnerabilidad que precede al desconocimiento, lo ... cierto es que este indicador es crucial para mantener a raya el contagio comunitario. Según los últimos datos disponibles (recogidos a cierre de cada semana, y correspondiente, por tanto, a la del 11 de abril), en la región se desconoce el 33,6% de los contagios, un valor que ha subido con respecto a la semana anterior (la del 4 de abril), cuando estábamos sólo en un 24,4% de casos desconocidos (diez puntos por debajo de la media española, que esa misma semana desconocía el origen del 35,7% de los casos).
«Cantabria detecta el origen del contagio porque el propio paciente afirma haber estado con otro positivo, pero si desconoce el contacto, el equipo de rastreo sí es capaz de localizar el origen», dice Adrián Hugo Aginagalde, responsable del Observatorio de Salud Pública de Cantabria. En este sentido, aquí jugamos con ventaja: «Tenemos menos casos de origen desconocido que la media estatal», dice el especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. En concreto, según los datos correspondientes a la semana del 11 de abril, dos puntos menos.
«Que el caso no sepa dónde se ha contagiado no quiere decir que el equipo de rastreo no lo averigüe», y ahí entra el método de retrorrastreo que la Consejería de Sanidad puso en marcha el año pasado y que supone no sólo localizar con quién ha estado el caso positivo sino retrotraerse casi una semana atrás para ir pisándole los talones al virus. Esto tiene dos lecturas: por un lado, recorrer su camino para localizar positivos y cuarentenarlos antes de que siga la propagación, y por otro, llegar al punto de partida, es decir, al origen de su contagio, o un posible caso índice, origen de un brote.
¿Hasta qué punto Cantabria va por delante del virus en el manejo de los datos? «Gracias tanto a conocer el origen de los contagios como a la trazabilidad (ser contacto de caso confirmado), hemos conseguido tener un indicador sensible y estable. Nos fijamos mucho en la incidencia, pero el grado de control sobre la transmisión comunitaria viene muy condicionado por la trazabilidad, y perder el control suele preceder a un incremento de los contagios».
¿Cómo logran llegar los rastreadores de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica e Intervención de Cantabria a ese porcentaje de origen desconocido? «Más allá de los datos que generamos para el Instituto Carlos III (que elabora semanalmente el Informe Renave con la situación epidemiológica del país), tenemos otro cuestionario de diez preguntas específico con el que intentamos averiguar los de origen desconocido y que, gracias a ello, deducimos por dónde van», explica el responsable del Observatorio. Además, con el retrorrastreo «se capturan también los casos primarios u ocultos cuando descubres un asintomático alrededor de casos hasta siete días antes del inicio de síntomas», explica Aginagalde.
Adentrados en la cuarta ola, cabe preguntarse cómo estamos con respecto a otras olas, en el sentido de desconocer dónde nos contagiamos. ¿Estamos mejor, estamos más preparados? «Los cambios importantes para averiguar el origen de la transmisión fueron en septiembre y octubre, «al introducir el cuestionario y el protocolo de los casos de origen desconocido porque cada caso es revisado. Y en noviembre, cuando empezó el retrorrastreo (tras un primer pilotaje en septiembre), que ha ayudado mucho a bajar las cifras de origen desconocido», explica el epidemiólogo. «Desde que pusimos en marcha ese protocolo, entre mayo y octubre la media de casos sin contacto con caso conocido estaba en un 36,57%, y desde que pusimos el retrorrastreo (datos de noviembre a marzo), ha bajado a un 29,15%. Y los de origen desconocido, han bajado de un 27,32% a un 21,09%». Pero durante el último mes ha empeorado, dice, lo que advierte a estas alturas de la envergadura de la cuarta ola y las medidas restrictivas a tomar.
¿La información es un arma para luchar contra la pandemia? «La ciudadanía tiene derecho a saber dónde hay riesgo. Más que contribuir a la lucha, al menos la ciudadanía es consciente, y además, es información que producimos para ellos. Ahora mismo los lugares de más riesgo donde se están identificando los focos de contagio se están localizando con el cuestionario». Dicho cuestionario con el que Cantabria se enfrenta al porcentaje de casos de origen desconocido no lo hacen otras comunidades autónomas: «Lo metimos nosotros para fijar el origen de la transmisión y como no teníamos ningún cuestionario específico a nivel estatal, se propuso coger un modelo de los centros estadounidenses de control de enfermedades (CDC, en siglas en inglés). ¿Qué preguntan? «Si ha estado en bares, establecimientos comerciales, iglesias, gimnasios, lugar de trabajo; si ha tenido reuniones domiciliarias con no convivientes; si ha estado en medios de transporte público, peluquerías o restaurantes, o en ninguno de los anteriores sino en otros, y se les pide la fecha y el lugar».
La clave para saber el camino que recorre el contagio para frenar posibles transmisiones posteriores es saber quién y dónde hemos estado en contacto con el virus. Gracias a eso, el control de la transmisión comunitaria en Cantabria parece haber sido mejor que en otras comunidades autónomas. Y ahí entra la Unidad de Vigilancia Epidemiológica. Ubicada en el Hospital de Liencres, las tres salas de rastreadores y la cuarta ubicada en la base militar de Burgos se reparten los casos por zonas geográficas de Cantabria; el equipo indaga tras cada positivo para localizar a los posibles contactos estrechos y también rebobinar con el fin de llegar al origen de ese positivo.
¿Y cómo llegan a ese porcentaje desconocido, cómo hacen para llegar hasta el punto de partida y, por tanto, poder frenarlo?: «Con el retrorrastreo», dice Silvia Ventisca, responsable del área de Vigilancia. «Localizamos a toda la gente que no sabe el caso que le ha contagiado y buscamos cómo ha podido pasar. Para ello, exportamos todos los datos de Go Data (la aplicación informática de los rastreadores) y empieza el cruce de datos entre todas las salas para buscar las posibles coincidencias que puede haber en los lugares de exposición donde haya estado cada caso positivo; en qué bares ha estado, restaurantes, polideportivos, en qué lugar puede haberse podido contagiar. Cuando vemos que dos personas han coincidido en un lugar, ya es señal de alarma. Empezamos a buscar específicamente más personas que han coincidido en ese lugar, y cuando vemos que ahí nos aparece un brote que no está localizado porque igual es asintomático y nunca se ha realizado una PCR, ponemos en marcha las adendas. Como ha sido en este local, en esta clase, en ese gimnasio, hacemos un cribado para localizar los casos índices».
¿Hasta qué punto desvelar el origen de los contagios nos ayuda a ir por delante del virus? ¿Lo tenemos ahora bajo control? «Localizamos muchos más casos y localizamos muchos casos asintomáticos. El retrorrastreo es muy importante porque se corta la cadena que podría estar contagiando sin parar. Un positivo, por ejemplo. Hacemos retrorrastreo y no tiene caso índice. En el momento en que miramos hacia atrás, localizamos a la gente que muchos de ellos pueden ser positivos y evitamos que estén por ahí al cuarentenarlos, eso hace que sea mucho más rápido cortar la cadena de transmisión. Uno de los momentos más críticos fue el brote de Santoña, porque se disparó el porcentaje de casos desconocidos, con el riesgo que eso entraña».
Con un equipo «formado por 221 personas», entre rastreadores, vacunas, intervención o administración, ahora el reconocimiento llega desde la Organización Mundial de la Salud: «Ha sido un honor que se haya fijado en nosotros, que se hayan fijado a nivel mundial porque esto funciona, con datos muy favorables. Es un honor», concluye Ventisca.
La efectividad en la detección de casos y sus contactos ha llamado la atención no sólo de varias comunidades autónomas, sino de la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), que hace unos días invitó a Cantabria, a través del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, a explicar su metodología de búsqueda retrospectiva de casos primarios ocultos de covid. En una presentación realizada por el director del Observatorio de Salud Pública de Cantabria (OSPC), Adrián H. Aginagalde, y del MIR de Medicina Preventiva y Salud Pública de Cantabria Alfonso Alonso Jaquete, Cantabria explicó su método de retrorrastreo y rastreo ampliado de casos de coronavirus a la OMS, concretamente en la Red de Alertas y Respuestas de este organismo, que integra a 194 estados de todo el mundo.
Según Jaquete, cuando Cantabria empezó el Programa de Estudio de Casos e Identificación de Contactos de Covid-19 «pionero en España» a través de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica e Intervención, ubicada en el Hospital de Liencres, se constató que «el protocolo de rastreo se quedaba corto tanto con los casos asintomáticos como con los que no habían sido contacto de casos conocidos». Al final, dijo, «siempre terminaba habiendo casos que no sabían dónde se habían contagiado, pero del 60-70% de casos de origen desconocido, se ha conseguido bajar hasta un 28% (valor que varía según la semana) gracias a los rastreadores». Para Aginagalde, «la experiencia adquirida sobre la probabilidad de contagio en ciertos entornos ha permitido adaptar la búsqueda en los lugares de un mayor rendimiento», haciendo alusión a los momentos en los que no se utiliza la mascarilla (comidas), «que es donde principalmente se buscan casos primarios ocultos y contactos que quizá no estaban exactamente a menos de dos metros».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.