Cantabria no detecta viruela del mono desde 2022, aunque está «vigilante» tras la nueva alerta

La emergencia decretada el pasado miércoles desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) devuelve «ese miedo a que se repita la situación que vivimos hace dos años, aunque si así fuera nos cogería mejor preparados que entonces, porque la viruela del mono está incluida desde 2022 en nuestra red de vigilancia, por lo que tenemos el sistema alerta para detectar posibles infecciones, y además tenemos vacunas disponibles», subraya Viloria, convencido de que «cualquier brote que pudiera llegar a Europa se va a conseguir frenar de forma mucho más eficiente».

Confirmado ya el primer caso fuera de África en Suecia, la propia agencia de salud de la Unión Europea advierte de que «hay que prepararse» para la llegada de esta nueva versión del virus, potencialmente más peligrosa, cuya principal vía de transmisión son las prácticas sexuales de riesgo (sin protección), especialmente entre varones. De hecho, el colectivo gay y bisexual es el principal grupo diana de la vacunación, aunque el Ministerio recuerda que la indicación se extiende también a los contactos estrechos que no hayan pasado la enfermedad, así como a personal sanitario de consultas especializadas en atención de ITS/VIH, que tratan a personas de alto riesgo; así como a profesionales de laboratorio que manejan muestras potencialmente contaminadas o que se encarga de la desinfección de superficies en locales específicos donde se mantienen relaciones sexuales sin protección alguna.

En la crisis de 2022, se administraron en la región al menos 46 dosis de la vacuna, que «sigue siendo igual de útil para esta variante nueva», precisa Viloria. «Tenemos remanente para ofrecer a quienes necesiten protegerse».

En estos dos últimos años, España ha registrado 8.104 casos, siendo el país europeo con más personas afectadas, seguido por Francia (4.272) y Reino Unido (3.866). «Desde que se desactivó aquella alerta en 2023, el goteo de infecciones en nuestro país ha sido mínimo, y habitualmente no es una enfermedad muy grave».

En lo que va de 2024 se han notificado 264 casos de monkeypox, la mayoría en hombres con una mediana de edad de 37 años y nacidos en España; y todos de la variante en circulación desde el brote de 2022. El 76,5% de los casos presentó alguna sintomatología general a lo largo de su proceso clínico (fiebre, astenia, dolor de garganta, dolor muscular o cefalea), siendo la fiebre la más frecuente (61,1%). La señal más característica del contagio es el exantema (erupciones cutáneas) en zona anogenital –el 76,5% de los afectados lo tenía–, así como en boca y garganta. Hasta 27 pacientes presentaron complicaciones en su proceso clínico (infección bacteriana secundaria, úlcera bucal e infección corneal).

Para evaluar la situación actual, España participará el lunes en una reunión convocada por la Unión Europea. Y el martes las comunidades autónomas se reunirán en la Ponencia de Alertas para valorar las medidas a implementar. En su llamada a la calma, el Ministerio recuerda que España cuenta con experiencia sobre las acciones que han demostrado ser «efectivas», pero se evaluará cualquier información nueva para determinar si es necesario «ajustar el enfoque» ante esta nueva amenaza procedente del Congo.