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La calle suele ser un buen reflejo de cómo avanza el verano y cómo están las agendas de los hoteles. Empiezan a llegar visitantes y el sector turístico cántabro percibe desde hace semanas que la gente tiene «ganas» de coger las maletas ... y visitar la región. Un interés que empezaron a notar cuando finalizó el estado de alarma, el pasado 9 de mayo, y se permitió la movilidad. Desde esa fecha, muchos establecimientos han recibido un goteo de llamadas que les ha permitido ocupar habitaciones. Sobre todo, los fines de semana. Por eso, aunque aún no ha desaparecido la incertidumbre por la situación sanitaria, de momento las sensaciones con vistas al verano son «positivas». Y Cantabria arranca el mes de julio con un 75% de ocupación hotelera. A partir de este dato inicial, a lo largo de las semanas entrarán en juego otros aspectos que ayudarán a aumentar el porcentaje o, al contrario, a reducirlo. Entre ellos, la reserva de última hora, el tiempo y, por supuesto, el avance de la pandemia y el temor a cancelaciones.
«Desde que se levantó el estado de alarma, los fines de semana han sido bastante buenos», explica Sergio Peón, director del Hotel Bahía de Santander. Junio no ha ido mal. Una tendencia que refleja como la gente «tiene ganas de salir». Para más muestra, vale echar un vistazo al calendario: su previsión para julio es, por ahora, de un 77%. Un porcentaje que sube los viernes y sábados. Las reservas están centradas en «la primera quincena» de mes, que arranca «más fuerte». Y, conforme avance, se irá llenando el resto de días. La misma lectura hace Emérito Astuy, del Hotel Astuy, en Isla. Una vez se permitió la movilidad, «los fines de semana han sido buenísimos».
En su caso empiezan julio «en torno al 80%». Unos números que entre semana están «muy bien», admite. Astuy pone sobre la mesa el otro factor que repiten una y otra vez los profesionales del sector: el tiempo. «Dependemos también del clima», añade. Si salen días «muy buenos» o, al menos, así lo anuncian, el porcentaje podría subir hasta incluso «rozar» el completo. Así que espera «funcionar bien» y que el verano sea «tan bueno» como el pasado. Pero que ese trasiego no se quede sólo en la temporada estival, sino que se alargue más meses porque «lo que hemos sufrido el resto del año no se arregla con un buen verano», resume. Expectantes y conscientes de que las buenas cifras de dos meses no solucionan el resto, están también en el Grupo Sardinero, en el que están el Bahía junto al Hoyuela y el Hotel Sardinero. «Estamos pendientes del tiempo que, por ahora, no ha ayudado», comenta su directora Cristina Pérez. En cuanto a cifras, para ellos la temporada empieza «muy similar» a como lo hizo el año pasado.
Emérito Astuy - Hotel Astuy (Isla)
David García - Hotel Ramona (Laredo)
José Luis Poo - Hotel Joseín (Comillas)
Sergio Peón -Hotel Bahía (Santander)
Aunque no ha desaparecido eso de decidir si viajar o no casi el mismo día, este año «las reservas se han hecho con bastante anticipación», explica Eva Magaldi, directora del Balneario de Puente Viesgo. Las expectativas para el verano son «muy buenas» porque para julio y agosto ya tienen porcentajes de ocupación «mayores» a los del 2019, así que, de momento, «muy contentos». Eso sí, siempre pendientes de cómo avanza la situación sanitaria. ¿Cómo ha ido junio? Fines de semana «lleno» y el resto de días «buena ocupación», resume. El verano pasado al «abrir más tarde, había más ansia», señala David García, responsable del Hotel Ramona, en Laredo. Y en cuanto se abrieron las fronteras «las reservas cayeron en masa». Una tendencia que no se ha repetido tanto este verano. Ellos empiezan julio al 75% entre semana. Mientras los viernes y sábados, casi al 100%. El hostelero coincide con el resto: «Las expectativas son buenas». Sobre todo, si hace buen tiempo. Entonces «se llenará», asegura. De momento sólo puede decir que los próximos dos meses van «muy bien» y está a la espera de que septiembre empiece a completarse.
En algunas zonas de la comunidad autónoma como la comarca de Liébana, las reservas se han anticipado tanto que ya están casi completos. «La gente ha reservado con mucha antelación», explica Carmen Llanes desde la recepción del Hotel Infantado, en Ojedo. Julio acaba de empezar y ya lo tienen al 80%. Y agosto está mejor, según la agenda. El mes que viene está casi lleno del 2 al 22. Así que, como algunos clientes habituales esperen algo más para llamar, quizá no encuentren habitación. Las reservas empezaron a llegar nada más terminar el estado de alarma, aunque el mes de junio «ha sido flojito por la falta de ingleses», reconoce Llanes. Un perfil de cliente que no parece que vaya a dejarse ver hasta septiembre. Sólo queda cruzar los dedos para que la situación sanitaria no traiga consigo cancelaciones: «Confío en que no lleguen», dice.
RESERVAS
SITUACIÓN SANITARIA
Lo de llamar con semanas de antelación lo corrobora también Ana Rivas, una de las propietarias del Hotel del Oso, en Cosgaya. «Junio es irregular, pero se ha trabajado muy bien», reconoce. Por eso allí están «contentos» y miran al verano con optimismo. De momento, en el horizonte,julio arranca «bien» (al 80%), en agosto ya pueden presumir de estar llenos y septiembre se presenta «mejor que el año pasado». Así que, por ahora, la lectura que deja el calendario hace presagiar un buen verano para el sector.
«Sí que es verdad que la sensación es buena», reconoce Ángel Cuevas, presidente de la Asociación de Hostelería de Cantabria. Y esperan que la temporada estival se acerque a los datos que se registraron el año pasado, que fueron «muy buenos para el 80% del sector». Sin embargo, la incertidumbre e inseguridad no han desaparecido y el semáforo covid se encarga de recordar que las restricciones pueden cambiar en cualquier momento. «Estamos en una noria y lo mismo que decimos que las reservas van a buen ritmo, pueden caer», resume Cuevas. Cualquier nueva medida podría afectar de lleno al sector.
A pesar de que la situación sanitaria puede cambiar en cualquier momento y las últimas cifras registradas en Cantabria no ayudan, de momento la gente «está lanzándose a reservar», insiste José Luis Poo, responsable del Hotel Joseín, en Comillas. Allí en julio, de media, están al 75%. Aunque si miraran sólo los fines de semana, podrían colgar el cartel de completo. Hay optimismo porque, más allá de las habitaciones que ya están adjudicadas, se esperan las que lleguen con el paso de los días. Hay quien espera su turno de vacunación para que la cita no le pille de viaje.
Álvaro Liébana - Hotel NH Ciudad de Santander
Ana Rivas - Hotel del Oso (Cosgaya)
Carmen Llanes -Hotel Infantado (Ojedo)
Eva Magaldi - Balneario de Puente Viesgo
En el Hotel NH Ciudad de Santander han registrado en junio cifras previas a la pandemia y esperan cerrar julio con un «91% de ocupación», comenta su director, Álvaro Liébana. Él también ha percibido que aunque la gente es «prudente», se han adelantado las llamadas. En mayo no se ocuparon las fechas de agosto, pero sí durante la «última semana de junio». Mientras que el año pasado apenas avisaban con diez días de antelación. Así que «optimismo» por ahora, siempre que no empeore la situación.
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