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«Si ponemos en una balanza a lobos y personas, yo me pongo del lado de las personas», así de tajante se ha mostrado el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, con respecto a la caza de lobos en la región, que este martes vivió ... un nuevo capítulo después de que la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior aceptase la medida cautelar solicitada por el colectivo ecologista Ascel y que suspender las resoluciones de la Dirección General de Biodiversidad para matar lobos en los municipios de Hermandad de Campoo de Suso, Polaciones, Tudanca y Los Tojos, además de en los terrenos de la Mancomunidad Campoo-Cabuérniga.
El consejero de Medio Natural, Guillemo Blanco, no ha querido valorar este nuevo varapalo jurídico a los planes del Gobierno cántabro de controlar las manadas y evitar así los daños que están sufriendo los ganaderos. Pero sí que lo ha hecho el presidente Revilla, que ha anunciado que el martes, nada más conocer la resolución de TSJC tuvo una «tremenda bronca» con uno de los jueces que votó a favor de las posiciones del Gobierno central que prohibe la caza de lobos sin excepciones. Para la mayoría del Tribunal (dos votaron a favor de aceptar las medidas cautelares y sólo uno apoyó los argumentos que defiende el Ejecutivo regional), la «extracción (caza) de ejemplares es desproporcionada, sin antes no se han aplicado otras medidas de prevención y protección del ganado y de control del lobo ibérico que no supongan su muerte». Revilla ha relatado que «cuando el martes agarré a este juez a la salida de la inauguración del año judicial, no me aguantó todos los argumentos que le di para evitar los daños del lobo en la ganadería. Nosotros no queremos matar a todos los lobos, nunca hemos dicho eso, sólo queremos un control para que pueda haber una supervivencia pacífica entre lobos y ganado».
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El presidente dice que los únicos números de los que se fía el Gobierno es de los que dan los guardas que controlan la población de lobos y ellos aseguran que hay 19 manadas en la región. Pero es que «mientras tanto esta señora (la ministra para Transición Ecológica, Teresa Ribera) anda diciendo que los lobos en Cantabria están en peligro de extinción y eso no es cierto», insiste Revilla, que ha vuelto a aludir a las «dantescas imágenes que se producen todos los días en las que ves a potros, ovejas y vacas desgarrados por los lobos».
Revilla cree que «cuando la Guardería nos advierte de que el lobo está expulsando a la gente de los pueblos, es nuestra obligación tomar medidas». Ya que para él «si ponemos en una balanza a lobos y personas, yo soy partidario de las personas». Y para explicarlo ha puesto un ejemplo. «En Polaciones hay dos bares, 200 habitantes y casi todos ganaderos de vacas, caballos u ovejas... Y si no los cuidamos pues acabarán yéndose de nuestros pueblos».
Una de las soluciones que siempre han propuesto los ecologistas para que los ganaderos eviten los ataques de los lobos es tener perros mastines que cuiden de su ganado. Revilla calificó esta solución como ineficaz. «Los que me siguen en redes sociales saben que a mí me gustan los animales y que yo salía en una foto con un mastín que cuidaba del ganado en la subida a Brañavieja. Pues bien, a ese perro me lo han matado los lobos y lo que yo he llorado no lo sabe nadie», ha explicado emocionado.
Para concluir el presidente cántabro ha dicho, que «Cantabria va a ir a todas las instancias judiciales posibles para poder controlar la población de lobos. No queremos exterminarlos, sólo controlarlos para que haya una existencia pacífica entre lobos y ganaderos».
El secretario general de UGAM-COAG, Gaspar Anabitarte, no cree que el camino judicial sea el adecuado. «Después de todos los varapalos que nos hemos llevado con las decisiones judiciales, el último el de ayer por parte del TSJC, yo estoy convencido de que no hay que seguir el camino judicial. Tenemos que buscar otras fórmulas», afirma el representante ganadero. Anabitarte no ve bien seguir yendo a los tribunales por que es un camino muy largo y estamos en una situación en la que nos urge tener soluciones».
La propuesta de UGAM es llegar a un pacto entre conservacionistas y ganaderos, aunque admite que hoy en día es casi imposible. «Pero debemos intentarlo. Debemos llegar a ese acuerdo social, al que se ha llegado en otras comunidades como en La Rioja y al que nosotros fuimos capaces de llegar en su día, aunque luego sólo nos durase 20 días», añade el secretario general de UGAM refiriéndose al pacto al que conservacionistas y ganaderos llegaron cuando Blanca Martínez era consejera de Ganadería. Cuenta Anabitarte que fue precisamente Ascel (Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico) la que «dinamitó» ese acuerdo. En la negociación estábamos los ganaderos y Ecologistas en Acción, pero Ascel, que no tenía nada que ver en Cantabria, metió la pezuña, maleó a los ecologistas y todo se fue al garete», relata.
«Pero sin pacto no vamos a ningún lado», insiste el ganadero. «Además es que hay que hacerlo lo antes posible, aunque soy consciente de que es difícil, porque mientras tanto, el lobo sigue matando, ya que con el animal si que no podemos hacer una tregua», añade.
Raúl Guillarón, presidente de Asaja Cantabria, considera que la resolución tomada por TSJC de aceptar la medida cautelar solicitada por el colectivo ecologista Ascel, dejando suspendida la orden de matar lobos, «es una triste noticia» para todo el sector ganadero. «Llevamos ya un año, desde que el Gobierno de España decidió meter al lobo en el LESPRE y considerarle una especie protegida, un año en el que no se ha controlado la población de lobos a través del Plan de Gestión de Cantabria, con el que se había logrado un equilibrio. Este descontrol ha provocado que los ataques de los lobos al ganado se hayan incrementado. Y esto va a ir a peor, porque el lobo es el último depredador. Por encima de él no hay nadie, sólo el hombre, y si no se pueden cazar para controlar su población, la naturaleza se desequilibra», explica Guillarón, convencido de que los jueces no tienen la culpa de que ahora mismo todo esto «esté desmadrado. Tienen la culpa los que hacen la ley».
Para el presidente de Asaja todo nace por «una decisión política, que no técnica», del gobierno de España, que «día tras día ataca al mundo rural y agrario». Para el representante de los ganaderos, esta solución dada por la ministra Ribera lo único que ha generado «es conflictividad y un abandono de la actividad por parte de muchos ganaderos, desesperados con la situación». Guillarón cree además que Cantabria «está siendo castigada tras votar en contra de la estrategia nacional. Por que si no ya me explicarán por qué en Asturias se pueden cazar hasta el 9% de los ejemplares que hay y aquí no. Es incomprensible», señala.
Por último, el mandatario de Asaja reflexiona sobre el auto emitido por el TSJC que dicta que «la extracción (caza) de ejemplares es desproporcionada, sin antes no se han aplicado otras medidas de prevención y protección del ganado». Y él se pregunta: «¿Qué medidas preventivas? Díganme ustedes, ¿cuáles son las medidas (efectivas) para prevenir los ataques del lobo? ¿Una valla de siete metros como la de Melilla en cada lugar donde haya animales? ¿Más mastines? No tienen ni absoluta idea de lo que hablan. No se le pueden poner puertas al campo», concluye.
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