Cantabria, una isla en el debate ferroviario

La mejor forma de explicarlo es observar el mapa que acompaña esta información. El corredor Atlántico lo forman una serie de líneas principales y ramales ferroviarios que unen el norte de España con Francia. Cuando esté finalizado servirá para conectar pasajeros y mercancías con Europa. El diseño lo elaboró Bruselas en colaboración con España y el resto de estados miembros. Inicialmente figuraban en el mismo Bilbao, Vitoria, Palencia, León y Valladolid, antes de desviarse hacia Portugal. En 2018, en una modificación de este mapa, se sumaron Gijón y Galicia.

Las conversaciones entre España y la UE para definir el corredor comenzaron en 2009. Entre 2012 y 2014 se aprobó el dibujo definitivo y ahí no aparecía la conexión al Puerto de Santander. El PP acusa hoy al Gobierno de Cantabria de entonces (con Revilla a la cabeza) y de España (presidido por Zapatero) de no haber hecho lo suficiente para que apareciera un ramal a Cantabria. Y PSOE y PRC aseguran que la ministra popular Ana Pastor, que asumió la cartera en 2012, es la responsable de que la región no entrara a la primera y tampoco en la revisión que se hizo en 2018.

La red ferroviaria similar a la diseñada en el norte de España, pero en Levante. Cruza desde Algeciras hasta Francia pasando por Cartagena, Murcia, Valencia, Sagunto, Tarragona y Barcelona. También tiene ramificaciones hacia el interior con las líneas del AVE ya existentes a Zaragoza y Madrid. Los 1.300 kilómetros del corredor Mediterráneo van mucho más avanzados que los del noroeste. Aun así, los gobiernos autonómicos y los empresarios de estos territorios exigen más celeridad al Ministerio de Transportes, que ha prometido que toda la obra estará acabada en 2026.

Evidentemente, tener una infraestructura siempre es mejor que no tenerla. Y formar parte de uno de los corredores ferroviarios europeos que transcurren por España es una garantía de que la obra se convertirá en realidad. La Red Transeuropea, que abre la puerta a la llegada de fondos continentales, está dividida en tres categorías según su prioridad para Bruselas: la Red Básica (tiene que estar acabada en 2030), la Red Básica Ampliada (en 2040) y la Red Global (2050). Las conexiones ferroviarias no solo son fundamentales para el movimiento de pasajeros, también y sobre todo para el transporte de mercancías. La UE quiere reducir progresivamente el tránsito de cargas por carretera para llevarlas al ferrocarril, más eficiente y menos contaminante.

Aunque ya están en el corredor Atlántico, estos tres territorios han creado un frente común para pedir al Estado -es el que canaliza las inversiones- que estas obras no queden rezagadas respecto a las del corredor Mediterráneo. En el noroeste las inversiones están mucho menos concretadas y tampoco hay una fecha para su entrada en funcionamiento. Galicia, Asturias y Castilla y León pelearon en su momento por estar dentro de la Red Ferroviaria Europea -y lo consiguieron- y ahora pelean para que el Estado no les discrimine respecto al Levante.

Cantabria no está en el frente común de sus compañeras del norte porque no le interesa conectarse al corredor Atlántico por Palencia -Revilla dice que, de facto, ese nexo ya existe a través de la línea de AVE que está en construcción-, sino por Bilbao a través de un tren rápido. El Gobierno de Cantabria utiliza este argumento desde hace un año, cuando el propio Revilla viajó a Bruselas con la reivindicación de tener un hueco en la Red Básica (la que tiene el horizonte de 2030) y allí le dijeron que esta inclusión era imposible. A día de hoy, el tren de 55 minutos Santander-Bilbao con paradas en Laredo/Colindres y Castro aparece en la Red Global (la que tiene que estar hecha en 2050) y el bipartito quiere que entre en la Red Básica Ampliada (2040).

Los partidos y el Gobierno cántabros saben que, por mucho que vayan a Bruselas, a quien escucha la Comisión Europea es a los Estados. Hace un año, Revilla acusó a Pedro Sánchez de no haber hecho lo suficiente para lograr la entrada de Santander en la Red Básica. Ahora, el regionalista pide un sobreesfuerzo para que entre en la Red Básica Ampliada, que será sometida a revisión próximamente. El Ministerio responde afirmando que ya ha enviado a la UE la petición formal y que el compromiso con el tren Santander-Bilbao está más que demostrado. Primero, con la redacción del proyecto ya presentado y, después, con la promesa de que, incluso aunque no entre en el corredor Atlántico, contará con fondos españoles o europeos.

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, arrancó ayer a la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, un «compromiso firme del Gobierno de España» con el proyecto del tren rápido Santander-Bilbao durante un encuentro en el que el jefe del Ejecutivo no esperó a que, en el turno de preguntas, los periodistas cuestionaran por ello a la titular del Mitma.

Por si Sánchez no lo sabía, Revilla le informó de que ese proyecto «cuenta con el apoyo unánime de todo el arco parlamentario, algo que no es fácil», dijo, «y que se ha materializado en el hecho de que esta semana los portavoces de todos los partidos con representación en el Parlamento cántabro hayan viajado a Bruselas para impulsar la financiación europea al tren Santander-Bilbao».

Lo que se pretende, subrayó, es que este proyecto se incluya en la denominada Red Transeuropea de Transportes, aprovechando que, a primeros de año, se van a discutir las alegaciones presentadas al documento del mapa europeo de redes.

El presidente, que apeló a su buena relación con la ministra, insistió en la defensa de este proyecto, que serviría para comunicar Cantabria con el Valle del Ebro y con Europa a través de la Y vasca y también para descongestionar el tráfico por carretera en la A-8 en los límites entre la comunidad y el País Vasco.

Ante su ruego, la ministra insistió en el «compromiso firme» del Gobierno de España con ese proyecto de tren.

De hecho, y en relación con ello, Raquel Sánchez informó de que el Ministerio ya ha remitido una petición formal a Europa con ese objetivo, tanto a la Comisión como a la Presidencia.

«Nosotros lo vamos a apoyar. Vamos a remitir cuantas cartas sean precisas», dijo la ministra, que deseó que el tren a Bilbao sea incluido en la Red Transeuropea de Transportes.