Cantabria pierde tirón como destino para realizar el MIR

Esa salida laboral casi garantizada no basta para captar a los recién licenciados, a tenor de cómo va el informe de elección de plazas de este año. De los mil primeros aspirantes sólo catorce han escogido Valdecilla, frente a los 17 del año pasado, aunque hay datos dentro de ese primer balance que para el jefe de estudios del hospital, Héctor Alonso, son una buena señal del poder de atracción que aún tiene el hospital de Santander: «El número uno de la lista de Traumatología y Ortopedia, que fue el número 11 en elegir, se viene a Valdecilla». Y también el expediente más brillante en Radiodiagnóstico (puesto 12 de la lista). Sin embargo, y ahí va la de cal, no ha logrado retener al licenciado de la Facultad de Medicina que consiguió la segunda mejor nota del país en el examen, y que aspiraba a ser neurocirujano de Valdecilla. Finalmente, se irá al hospital madrileño de La Paz, que es el más demandado seguido del Gregorio Marañón y el 12 de Octubre. Entre los catalanes, el preferido es el Val'd Hebrón. «Nos hace falta potenciar el efecto marketing de Valdecilla», señala.

14MIR de entre los mil primeros en elegir este año optan por su formación en Valdecilla.

17escogieron plaza en Cantabria en la primera tanda de mil residentes el año pasado.

El análisis que hace el centro de estudios del Sindicato Médico de Granada sitúa a Cantabria, junto a La Rioja, Baleares, Extremadura y Navarra, entre las comunidades con menos plazas adjudicadas entre los 6.000 MIR que ya tienen destino. Con un dato que, a simple vista, resulta llamativo: sólo once pusieron como primera petición al Servicio Cántabro de Salud, cuando el año pasado fueron 169. Alonso no ve un signo de decadencia en esas cifras. «No tenemos una elección brillante, pero es comparable a otras veces. Es más, entre los 300 primeros aspirantes, tenemos nueve elecciones, el mejor promedio de los últimos cinco años. Pero hay que tener en cuenta que hay una atracción grande de los hospitales centrales de Madrid y Barcelona, y es difícil competir con eso», explica. Y si se observa el recuento cuando la lista llegó a los 3.000 nombres, Cantabria contaba con 49 fichajes, frete a los 35 del año pasado en el mismo momento. «Servicios como Cardiología y Traumatología agotaron sus plazas antes de que se llegara a las 300 peticiones», añade. También las ofertas de Psiquiatría (3) y Pediatría (7) están completas. En total, hay 78 plazas asignadas -cinco menos que en la edición pasada a estas alturas-, incluidas las cuatro de Sierrallana (Medicina Interna, Cirugía General, Digestivo y Traumatología). Acreditos constan 144 puestos, contando también los destinadas a matronas (5), enfermería (2 de Salud Mental y 2 de pediatría), psicólogos (2), entre otras categorías.

Las que está costando llenar son las de Medicina de Familia y Comunitaria (37). «Ahí sí que hemos notado que la elección va peor que otros años», admite Alonso. No en vano, de los 6.000 residentes que ya tienen destino en el que formarse, sólo cuatro de los 512 que optaron por esta especialidad han elegido formarse en el Servicio Cántabro de Salud (tres asignados a Atención Primaria del área de Santander y uno al Hospital de Laredo), confirmado así las preferencias de los nuevos facultativos por los servicios hospitalarios, en detrimento de la medicina de familia, donde precisamente es más urgente el recambio generacional. Esos 37 facultativos rotarán por los centros de salud, pero también por los hospitales. La nueva remesa de residentes se incorporarán a sus puestos el 30 y 31 de mayo.