![Cantabria solo produce la mitad de la energía que consume al año](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202209/14/media/68585380-kR9H--624x350@Diario%20Montanes.jpg)
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El sistema de generación de energía en la región es insuficiente. En el hipotético caso de que Cantabria se quedara aislada de la red eléctrica nacional, no sería capaz de cubrir la mitad de la demanda que se produce cada año, todo ello a pesar ... de que los sistemas de generación de energía han avanzado progresivamente en los últimos tiempos.
La realidad es que la región se sostiene gracias a que, en el conjunto del país, existe un superávit energético en el que contribuyen de manera masiva las regiones de Extremadura y Castilla y León. Son estas dos áreas las que más producen y menos consumen: en Extremadura, donde generan cuatro veces más energía de la que gastan, o Castilla y León, donde se genera el doble de energía que necesitan. Son cifras del portal de datos abiertos de la Red Eléctrica de España (REE) y permiten conocer no solo el nivel de dependencia energética entre regiones, sino también la madurez del sistema de generación energética de cada comunidad autónoma.
En los primeros meses de 2022, en Cantabria solo se ha generado el 48% de la energía que se ha gastado, lo que la lleva a ser la tercera comunidad que más dependencia energética tiene, solo por detrás de País Vasco y la Comunidad de Madrid, donde solo generan un 42,9 y un 5% de lo que necesitan, respectivamente. Estas tres comunidades son las principales responsables de lastrar el exceso de producción en España, que el año pasado fue de 3,4 millones de MwH. El déficit de Cantabria al cierre de 2021 ya supuso 2,3 millones de MwH en el mismo periodo, así que si el sistema eléctrico español se basara en un traslado de zonas sobrantes a zonas deficitarias, prácticamente el 70% del exceso común de todo el país iría para paliar solo las necesidades de Cantabria.
A pesar de que los datos de 2022 están sesgados porque no ofrecen un marco general de la producción y demanda de energía en la región, una visión retrospectiva deja entrever que esta pequeña parcela ya es representativa del marco general. Si este 2022 solo se ha producido el 48% de lo necesario, en 2021 fue el 42% y en 2020, aun con pandemia de por medio y una demanda inferior debido a los parones de las grandes industrias y la economía en general, necesitó el aporte externo de casi el 60% de la energía para poder cubrir las necesidades de todo el año, una situación que deja en desventaja a la región frente a otras y que la expone ante necesidades y, sobre todo, pone en riesgo «su grado de desarrollo, estabilidad social y prosperidad futura», como alerta el profesor titular de Economía de la Universidad de Cantabria David Cantarero.
El experto añade que «esta inestabilidad en el suministro energético y nuestra dependencia de otros territorios para la obtención de parte de la energía consumida por Cantabria puede generar importantes alteraciones en el suministro energético», ya que el sistema de generación, transporte y suministro energético es complejo y, por tanto, «no está únicamente bajo nuestro propio control».
Advierte de que, en una situación económica como la actual, «se pueden seguir produciendo turbulencias en nuestra economía y la dependencia energética del exterior hace que nuestra economía montañesa sufra las fluctuaciones continuas de un precio de la energía cada vez más volátil e impredecible a medio y largo plazo», lo que redunda en una mayor «inestabilidad en el coste energético con lo que ello supone para nuestros hogares y empresas». Y esta dependencia energética, que tilda de «fuerte» y «cada vez mayor», puede desencadenar un desequilibrio en la balanza comercial «y condicionar pasos presentes y futuros en los sectores afectados».
David Cantarero
Profesor Titular de Economía en la Universidad de Cantabria
Ante el reto energético, Cantabria también va tarde. La última personalidad en posicionarse y exigir medidas rápidas ha sido la embajadora de Finlandia en España, Sari Rautio, quien defendió en estas páginas que la energía renovable tenía que ser un asunto «de hoy y no de mañana».
En esta cuestión, las cifras de la REE también dejan a la región cántabra en una posición de cola, por ser una de las regiones donde menos energía renovable se produce en el total. Solo una cuarta parte (24,%) de la generación del último año procede de fuentes renovables como la hidráulica, la eólica, o la fotovoltaica solar. Es además la primera de ellas la más importante, y el aprovechamiento del movimiento del agua produce el 64% de toda la energía renovable que se fabrica. Por contra, una de las más alabadas y utilizadas en la actualidad, también para el consumo individual como es la solar fotovoltaica aún registra datos muy residuales. El pasado año solo supuso un 0,9% del total de energía renovable en la comunidad autónoma.
Esta situación deja a Cantabria como la sexta región donde menor proporción de energía renovable se produce, por detrás de Islas Baleares (6,8%), País Vasco (16,7%), Cataluña (17%), Comunidad Valenciana (18,8%) y las Islas Canarias (19,9%). Y muy alejada de las cifras de regiones vecinas como Castilla y León, donde el 90% de la energía que produjeron el pasado año proviene de fuentes renovables y, en concreto, la éolica, que supone el 55% de toda la generación renovable de la región. O de Aragón y Galicia, donde la producción de energía renovable se sitúa en el 77,4 y el 74,3%, respectivamente.
Para Cantarero, desde Cantabria se juega «contrarreloj» pues, como reflejan las cifras de la REE, «otros han hecho los deberes antes que nosotros y además nadie puede aún calibrar las consecuencias geopolíticas y económicas que está teniendo el conflicto en Ucrania». Pero el impulso de las denominadas 'energías limpias' también plantea dilemas y señala precisamente el caso de las eólicas, en las que chocan una producción de energía renovable, más limpia, con unos «efectos paisajísticos y medioambientales» evidentes.
El experto baja los pies a tierra y señala que «aunque no queramos» se deben cambiar las fuentes de energía y también «virar la dirección del cambio climático para así dejar un planeta mejor a nuestros hijos y nietos».
Por contra, las cifras analizadas señalan que el camino tomado por Cantabria va lenta en esta apuesta por energías 'verdes' y nuevas fuentes para su obtención. Todo ello a pesar de que la cantidad de energía renovable generada ha ido aumentando progresivamente cada año en Cantabria, pero no se ha dado una evolución relevante en la última década. En 2012, las energías renovables suponían un 14% de la producción total en Cantabria, en 2013 ya eran un 22% y, en 2015, cerca del 28%, más que en la actualidad. En lo que va de 2022, la proporción de energía renovable va por el 26%.
Para Cantarero, las soluciones pasan por «basar el modelo energético en compensar las causas que hacen que tengamos este balance tan desigual», pasando por medidas de ahorro energético y también el impulso a las energías renovables, «donde se nota la falta de avances en este campo y déficit de protagonismo».
En cuanto a la demanda general de energía, el camino de Cantabria es favorable y en los últimos cinco años, la comunidad ha conseguido reducir el consumo en casi un 5%, pasando de más de 4,2 millones de MwH en 2016 a apenas superar los 4 millones en 2021, último año con datos cerrados.
Los efectos económicos de mejorar la eficiencia energética y generarla a través de procesos más verdes y sostenibles también se notarían fuera del negocio energético y tendría un impacto en la economía general de la comunidad. Así al menos lo cree Cantarero, quien finaliza señalando que «hay tiempo por delante, pero no tanto» para buscar un modelo de energía más sostenible. Apuesta por que las soluciones pasen por transitar por la vía de políticas de eficiencia energética para a largo plazo ser ambiciosos y generar más energía, «equilibrando así la balanza primero por ajustar la demanda y posteriormente poder ampliar la producción en función de las necesidades sociales», con especial atención a familias vulnerables y empresas menos resilientes en Cantabria.
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