![El cántabro de Penagos que se codea con el cosmos más lejano](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202204/04/media/cortadas/cosmoscantabro-kS7B-U1601546101326UaC-1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
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José María Diego nació en Arenal de Penagos y, desde este pequeño pueblo cántabro –que no llega ni al medio centenar de vecinos–, ha ido dando pasos hacia adelante hasta tutearse con lo más remoto del universo. El primero lo dio hacia la Universidad de ... Cantabria, donde en el año 2000 obtuvo el título de doctor y, de ahí, otros le llevaron al reconocidísimo MIT (Massachussetts Institute of Technology) y a las universidades de Pennsylvania y Oxford.
Unos pasos más le convirtieron en director del Observatorio Astronómico de Cantabria (2010-2013) y, tras varios premios y reconocimientos en su campo –y como científico titular del CSIC español– su nombre está estos días en boca de la 'crème de la crème' de la astrofísica: el cántabro ha formado parte del equipo que ha puesto en el mapa a Eärendel, la estrella individual más lejana jamás observada por los humanos, a 12.900 millones años luz de la Tierra.
El grupo que ha logrado la hazaña ha tenido la ayuda del telescopio espacial Hubble y los resultados se han publicado en la revista 'Nature', encargada de dar carta de veracidad a este tipo de hallazgos. Diego, que está centrado en el campo de la cosmología y los clusters de galaxias desde una perspectiva multilongitudinal, usó esta semana pasada su afición por la divulgación para explicar a los mortales qué es Eärendel, una estrella de la que «vamos a aprender muchas cosas» una vez se obtenga su espectro (su huella digital) que aportará datos cronológicos de su existencia.
«También arrojará luz sobre la materia oscura, que es uno de los grandes misterios de la ciencia moderna y abrirá muchas otras ramas de investigación que ni siquiera nos planteamos ahora mismo». La estrella, que tiene 50 veces la masa del Sol y es mucho más brillante, se ha podido detectar gracias a que un cúmulo de galaxias la magnificó, lo que se conoce como lentes gravitacionales.
El caso es que si el científico ha podido llegar hasta estos confines, fue porque hace años le ofrecieron una beca para hacer la tesis en el grupo de Astrofísica de la Universidad de Cantabria, en cuyo Instituto de Física (IFCA) sigue dando pasos por el espacio exterior. Pero no se ve reflejado en el típico perfil de niño fascinado por las estrellas. «Tenía un telescopio y era aficionado antes de empezar a trabajar en esto». Pero ese telescopio «apenas lo he vuelto a tocar después, quizá porque se me quedó pequeño», cuenta con un guiño desde Filadelfia.
Hasta detectar a Eärendel, el 'récord' de lejanía respecto a la Tierra estaba en poder de la estrella Ícaro, descubierta en 2018, a 9.000 millones de años luz. El estudio ha sido liderado por Brian Welch, de la Johns Hopkins University (EE UU), y también ha participado el equipo Space Telescope Science Institute (STScI).
Diego ha hecho estos últimos días de portavoz del grupo para los medios de comunicación españoles. Por él sabemos, por ejemplo, que los investigadores son fans de Tolkien, de ahí que bautizaran la estrella con el nombre de la protagonista del poema 'El viaje de Eärendel, la estrella vespertina', escrito en 1914 por el autor de 'El señor de los anillos'. Eärendel explotó hace mucho tiempo y ya no existe, pero todavía se ve su luz «porque la que percibimos los humanos al mirar al cielo hoy, en realidad, la emitieron mucho antes. Como Eärendel está tan lejos, su luz ha tardado en llegar a la Tierra 12.900 millones de años. Lo que apreciamos ahora es el astro como fue en el pasado».
Nada de todo este conocimiento sería posible sin instrumentos como el telescopio James Webb, sucesor del Hubble que ya está en un programa de observación aprobado por la NASA. Y tampoco sin los científicos que, un paso detrás de otro, exploran con ellos cada vez más allá.
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