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Primero el descarrilamiento de un tren de mercancías en la conexión ferroviaria con la Meseta; luego otra avería en la vía entre Santander y Bilbao, a la altura de Beranga y Hoz de Anero; y después una más en San Pedro de Rudagüera ... , que afectó a la línea de cercanías entre la capital cántabra y Cabezón de la Sal. El cúmulo de averías y accidentes se sucedieron este martes en el sistema ferroviario cántabro hasta convertir la jornada en un completo caos para los operarios de Adif y Renfe, que no dieron a basto para atender a todas las incidencias en una suerte de caprichosas desdichas que coincidieron en el tiempo.
No hubo que lamentar daños personales, por suerte, pero el trastorno causado por los retrasos y los trasbordos que afectaron a cientos de viajeros –Adif no concretó cifras– sumaron una muesca más en la cuenta de quienes protestan a diario por las condiciones deficientes en que se encuentran las vías ferroviarias en la comunidad.
La primera de esas inicidencias, y también la más llamativa y aparatosa, fue el descarrilamiento de un tren de mercancías, que transportaba vehículos, a la altura de Lantueno, en Santiurde de Reinosa. El convoy se salió de la vía a las cuatro y media de la tarde del pasado lunes y causó el colapso de la conexión ferroviaria de la región con Madrid. Esta noche continúan los trabajos para restablecer la circulación. «No es algo sencillo. Esto va a llevar unas cuantas horas», informó en la mañana de hoy uno de los operarios de Adif tras ver la situación en que se encontraban cruzados los vagones sobre la vía.
Los trabajos comenzaron el mismo lunes con la retirada de los vagones no descarrilados para después cortar por la mitad los que se habían salido de la vía.
A media mañana de hoy las labores continuaron con la retirada de la catenaria, un paso previo para poder introducir las grúas que se ocuparían de cargar los vagones para sacarlos de la vía. Luego se procedió a encarrilarlos y a sacarlos de las vías. Ese es el punto al que se llegó, y este miércoles continuarán los trabajos para sustituir todas las piezas deterioradas de la infraestructura, desde las vías hasta las traviesas, porque el accidente había dañado buena parte de ellas. «Esperamos que todo esté resuelto para mañana por la mañana y que podamos volver a funcionar con normalidad», informaron fuentes de Adif en la mañana de este martes; pero luego todo se complicó y los trabajos tuvieron que prolongarse más de lo esperado.
Los pasajeros afectados, tanto los de cercanías como los de larga distancia, tuvieron que hacer transbordo por carretera para hacer el trayecto desde Bárcena de Pie de Concha hasta Reinosa. Para los trenes de larga y media distancia, los transbordos se realizaron entre Torralevega y Reinosa. Se fletaron autobuses de varios tamaños para transportarlos a todos. Y entre tanto, las labores continuaban en la vía dañada en Lantueno.
«Lo que hacemos es levantar a pulso los vagones y tratar de ponerlos sobre las vías. Lo que pasa aquí es que no sabes lo que vas a tardar hasta que no te pones y surgen los problemas», informó este martes el responsable de Grúas Roxu, la empresa asturiana que envió una de sus máquinas para trabajar en el incidente.
Los daños en la vía se prolongaron a lo largo de 300 metros y se estima que ha habido que reponer alrededor de 600 traviesas, además del motor de la aguja que se encuentra en ese punto del trazado. Según informó Adif, hay indicios de que la incidencia fue provocada por la rotura de una pieza de un vagón del tren de mercancías.
«Ha roto el eje, van a tener que venir los operarios de Valladolid», avisó uno de los trabajadores que organizaba en Lantueno la solución de la incidencia. Lo que no esperaban algunos de los operarios presentes en este accidente era que tendrían que atender también otras dos averías.
La segunda afectó a la vía entre Santander y Bilbao, a la altura de Beranga y Hoz de Anero. Fue, en concreto, un desprendimiento de tela asfáltica (una especie de recubrimiento de la pared) en un túnel, según informó Adif. El servicio se suspendió «por precaución» mientras el personal trabajaba para solucionarlo. La incidencia se reportó pasadas las 13.30 horas y quedó solucionada poco antes de las siete de la tarde.
Feve dispuso un plan alternativo por carretera entre las estaciones de Marrón y Hoz de Anero, para trasladar en autobús a los pasajeros que viajaban desde Cantabria a Bilbao, o a los que venían Santander desde la capital vizcaína. Hay que recordar que en el túnel que hay entre Hoz de Anero y Beranga un tren se quedó parado el pasado mes de julio y los pasajeros tuvieron que ser 'rescatados' por la Guardia Civil. Igual que ahora, Renfe explicó que el tren sufrió «una incidencia puntual».
Y la última avería, la que consumó la cadena de casualidades de esta jornada de martes, sucedió hacia las dos de la tarde en San Pedro de Rudagüera y afectó a la línea de cercanías entre la capital cántabra y Cabezón de la Sal. Fue «un problema con las telecomunicaciones», según Adif, que trajo retrasos de hasta 20 minutos en los trenes que recuperaron la normalidad a las seis y veinte de la tarde.
«Ha sido un problema menor que sólo ha traído unos pequeños retrasos en la normalidad de las líneas», informaron. Pero a la postre toda esta cadena de problemas vuelven a poner sobre la mesa la necesidad de acometer una modernización de la red ferroviaria cántabra.
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