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En las anteriores elecciones, el PRC logró por primera vez representación en el Congreso de los Diputados como tercera fuerza política de Cantabria con casi 70.000 votos. Cuatro años después, los regionalistas han dado un paso atrás: no se presentarán a las elecciones ... ante el riesgo de desastre por el retroceso de la marca y dejan así a una quinta parte del electorado libre, porque además Revilla ha preferido –por lo menos de momento– no dar instrucciones a los suyos sobre qué hacer el próximo 23J. Por ese 20% de papeletas es por el que pelean las cuatro formaciones (PP, PSOE, Vox y Sumar) que ahora optan a tener representación en las Cortes. Se vio muy claramente durante el debate entre cabezas de lista al Senado organizado por El Diario Montañés, una cita que, al contrario que el cara a cara del lunes entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, avanzó durante los primeros compases con un tono propositivo, con cada candidato vendiendo las virtudes de su programa. Hasta que llegó el momento de hablar de los pactos... El PP habló mucho de la relación del PSOE con los independentistas que rechazan los votantes del PRC y el PSOE hizo lo propio con los acuerdos ya cerrados en distintos territorios entre PP y Vox, formación política que está en contra del modelo actual de autonomías al que se aferran los de Revilla.
Apenas hubo interrupciones hasta ese bloque. Todos respetaron el turno. Incluso se puede decir que salieron con el freno de mano echado y prefirieron esperar para hablar a que les diera paso la moderadora del debate, la periodista de este periódico Pilar González Ruiz. Pero el ambiente se calentó cuando tocó hablar de lo que ocurrirá a partir del 24 de julio en función del resultado que arrojen las urnas. «Si alguien puede demostrar solvencia en la gestión, honradez y que aporta estabilidad a las instituciones es Feijóo. ¿Para qué vamos a dispersar el voto? Lo lógico es que lo centralicemos en un partido útil que necesita nuestro país», introdujo la popular Elena Castillo, que como su jefe de filas prefirió no ponerse en el escenario de que el PP necesite a Vox para gobernar y se limitó a decir que lo que espera es que de las elecciones salga un gobierno en solitario. Un gobierno en solitario y, si es necesario, incluso, con la abstención del PSOE para que gobierne la lista más votada. Ahí hizo referencia al contrato que Feijóo propuso firmar a Sánchez para evitar un posible bloqueo político. «El problema lo tiene quien no quiere firmar ese acuerdo porque probablemente tenga otros con comunistas, independentistas y con los avalistas de los asesinos», remató Castillo antes de que respondiera Secundino Caso (PSOE).
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Álvaro Machín
El socialista lamentó que ese lema de apoyar a la lista más votada no lo haya utilizado el PP en Extremadura o en otras autonomías en las que los populares llegaron al poder siendo segundos en número de papeletas. Pero cuando realmente le cambió el gesto y saltó como un resorte fue cuando escuchó la referencia a ETA. «Lo que nosotros tenemos es una agenda progresista y lo que queremos es sacar adelante leyes que sean buenas para todos. Dime un acuerdo que haya hecho Sánchez en otra dirección», reclamó Caso, que entiende que esos acuerdos en el Congreso en asuntos como la reforma laboral distan mucho de ser un pacto general:«Que nosotros votemos con Bildu para sacar adelante leyes progresistas no quiere decir que gobernemos juntos». Frente a esa situación derivada de la aritmética parlamentaria, el socialista subrayó que sí será un pacto en toda regla la entrada de Vox en el Gobierno de España «porque el PP no va a tener diputados para gobernar solo y va a necesitar apoyarse en los que niegan el cambio climático».
En el cruce de reproches entre los representantes del bipartidismo se metió el aludido. «Quiero recordar que ETA ha matado a 21 compañeros tuyos. Te lo recuerdo, porque parece que se te ha olvidado», lanzó Daniel Álvarez (Vox) a Caso, que respondió que ETA desapareció hace 11 años con un gobierno socialista y que, como toda su generación, creció en un país en el que se pedía a los terroristas que hicieran política, no atentados. «Sacar esto porque os da rédito electoral raya lo...». No pudo acabar la frase el representante del PSOE porque la del PP le recordó la generosidad de su partido con los socialistas para evitar que los 'abertzales' pudieran gobernar en Vitoria y Guipúzcoa. También al dar la Alcaldía de Barcelona al PSC. «Nuestra línea roja es Bildu», sentenció Castillo. Y antes de que concluyera le devolvió le interrupción Caso:«Ustedes han votado con Bildu en el País Vasco. Y han coincidido en votaciones en el Congreso. ¿Eso les hace etarras?».
El PP no atacó a Vox, pero tampoco le tendió directamente la mano. Al revés que Vox al PP. «Nuestra prioridad es echar a Sánchez. Está destruyendo España y está creando pobreza. Tenemos la mano tendida al PP. Siempre con respecto a nuestros votantes y a nuestro programa. Nos interesa el proyecto, no los sillones. Podríamos establecer un acuerdo de gobierno, pero respetando eso», clarificó Álvarez, que cree que el voto útil para lograr ese objetivo es Vox ante la capacidad de sorprender –a su entender, para mal– del PP. En ese sentido, puso el ejemplo de lo ocurrido en Cantabria a nivel autonómico con el pacto de investidura entre Buruaga y Revilla, pero también el de Murcia, donde los populares insisten en copar todas las consejerías del Ejecutivo a pesar de no tener mayoría absoluta. Es más, Álvarez insinuó que Buruaga está guardando las formas hasta las elecciones y que tras el 23J podría incorporar a dirigentes de Vox al Consejo de Gobierno. «En los próximos días se verá que no», zanjó Castillo, que salió en defensa de su jefa autonómica.
PP y Vox pelean por un votante común y PSOE y Sumar tienen claro que sus potenciales votantes en Cantabria son distintos. Por eso en esa banda no hubo choques. Todo lo contrario: hubo reconocimiento de que, si pueden, reeditarán el actual Ejecutivo en Madrid. La elegida por la plataforma de Yolanda Díaz para encabezar la candidatura a la Cámara Alta en Cantabria, Mercedes Boix, da tan por hecho que está todo listo para un pacto postelectoral si dan los números en la izquierda como en la derecha. A su juicio, la diferencia es que en el primer caso los protagonistas lo reconocen y en el segundo no. Y entiende que también Sumar cogerá voto regionalista porque «el PRC aglutina voto muy diverso». Castillo ve a los huérfanos de Mazón más cerca del PP, no por las siglas, sino porque «es evidente que el mejor proyecto es el del PP». Y el PSOE avisa de que el grueso de esos apoyos irá para ellos. «Sin duda. Hay muchos alcaldes del PRC que me han llamado para transmitirme su apoyo», reconoce Caso, que cuenta con el ala progresista regionalista, pero también con el ala conservadora que sabe «que hemos cumplido siempre con los compromisos asumidos con el PRC», con las inversiones derivadas del 'papeluco' como máximo exponente.
Todos quieren darle el mayor mordisco posible a los 70.000 votos que tuvo el PRC en noviembre de 2019 por el gran número de electores que hay en la bolsa regionalista, pero también quieren pescar en el caladero del mundo rural. No hay tantos votos en juego, pero pueden ser determinantes en un escenario abierto. Especialmente para Vox, que según las encuestas no tiene asegurado lograr representación en Madrid.
«El próximo 23 de julio los cántabros, con nuestro voto, tenemos la posibilidad de terminar con el 'sanchismo'. Ese 'sanchismo' que tanto daño ha hecho a España y a Cantabria. España es ahora un barco sin rumbo y estamos inmersos en una profunda crisis institucional. Los violadores tienen más derechos que la gente de bien. Los que dan golpes de Estado reciben más prebendas que los que cumplimos la Ley. Y los defensores de los asesinos tienen más beneficios que los que lloramos y sufrimos por las víctimas del terror. La realidad es que las familias cántabras viven peor, su poder adquisitivo ha bajado y los que dicen que la economía va bien son los que no pagan la hipoteca o no llenan la cesta de la compra. Por eso, yo les pido el voto útil para el PP, el voto para nuestro presidente, Alberto Núñez Feijóo. Un presidente que ha demostrado solvencia económica, buena gestión, honradez y humildad. Y, sobre todo, ese respeto a las instituciones que tanta paz y tranquilidad nos han dado en los últimos años. Es el momento del PP, es el momento de Alberto Núñez Feijóo.
«Yo me dirigiría a todos los progresistas de esta tierra, a los votantes del PRC e, incluso, a los votantes moderados del Partido Popular. Como habéis visto en el debate, que en las instituciones pueda estar Vox con el PP da, verdaderamente, miedo. Le pediría a todas aquellas personas que creen que hay otro mundo rural y que hay que humanizar y llevar los servicios a ese mundo rural que nos votaran. Y también decir que creo que somos el único partido que es capaz de hacer funcionar la economía y, además, siempre mirando por el retrovisor para que nadie se quede atrás».
«Nuestro lema de campaña es 'vota lo que importa'. Si te importa la familia, si te importan las tradiciones, si te importa la sanidad, si te importa el fin del adoctrinamiento en las escuelas, si te importa la despolitización de la Justicia, la creación de empleo, la reducción de la presión fiscal a empresas y particulares, vota lo que importa, que es votar a Vox. Y aprovecharía estos segundos que me quedan antes de terminar para hacer un llamamiento tanto a los electores del PRC como a los del Partido Popular. En el caso del PRC, todo el mundo rural, si quiere derogar todas las leyes climáticas que los están asfixiando, sólo tienen a Vox. Y en el caso del PP, sabemos que muchos votantes en Cantabria están muy decepcionados con la situación que ha ocurrido tras las elecciones autonómicas. Por eso, pedimos a los electores del PP que se sumen a Vox para tener verdaderamente una alternativa real. Vota a Vox. Vota lo que importa»
«¿Por qué tenemos que votar a Sumar? Para impedir que esa atmósfera en forma de Gobierno PP más Vox derogue y promulgue leyes contra la democracia. Para evitar que el odio se convierta en una fórmula de relación e intentar que nos sirvan como ciudadanía las medidas, las leyes y los datos. Lo primero que hizo la derecha tras gobernar fue quitar banderas LGTBI y prohibir minutos de silencio por mujeres asesinadas. Lo segundo, subirse el sueldo en más de una decena de municipios. Y ahora, eliminar la Consejería de Medio Ambiente en Baleares. Son negacionistas climáticos. El PP cede ante Vox aunque no les incluya en los gobiernos. Con tal de gobernar, el PP es capaz de negar la violencia machista y el cambio climático. Lo importante no son los pactos, sino la asimilación que ha hecho el PP de todo el ideario de Vox. El 23J no dudarán en pactar porque ya son lo mismo. Es importante para España y para Europa. Este ciclo hay que pararlo».
«El voto del PRC está muy concentrado en el mundo rural y nosotros somos el verdadero voto útil si los ganaderos quieren dejar de sufrir las leyes climáticas que supone la Agenda 2030. Somos los únicos que luchamos contra ella. El resto de partidos ha suscrito ese documento», defendió Álvarez. Aunque todos hicieron referencia a la necesidad de apoyar al mundo rural desde el principio, fue Vox quien repitió con más intensidad sus planes en este ámbito. El PP prefirió no confrontar con Álvarez en este asunto y se centró en propuestas como el apoyo a la renovación generacional en el sector primario y las ayudas directas para hacer frente a los incrementos de los costes de producción; Caso, además de lamentar los discursos negacionistas, reconoció que «no se ha valorado lo suficiente la labor que están haciendo los ganaderos y agricultores en nuestra tierra»y esbozó las medidas de su partido para revertir esta situación, y Boix, directamente, negó la mayor:«Las leyes climáticas no son un problema para el mundo rural. Son una solución para que el mundo siga existiendo».
La representante de Sumar también se mojó a la hora de defender la prohibición de la caza del lobo. Boix fue mucho más clara que Caso, que no concretó si el PSOE rectificaría su postura y se limitó a rechazar el uso partidista que, en su opinión, hace de este asunto la derecha. Reconoció que él mismo, como ganadero –tiene una explotación de cabras– ha perdido cuatro animales en los últimos meses, pero intentó mantener el difícil equilibrio en el que se mueven los socialistas cántabros en este tema. En PP y Vox no tienen duras:hay que volver a las políticas de control de la especie.
Estas dos formaciones políticas también coincidieron a la hora de valorar negativamente las inversiones del Estado en Cantabria en los últimos cuatro años. «Se ejecuta uno de cada tres euros que aparecen en los presupuestos», dijo Castillo. De «proyectos fantasma» calificó Álvarez obras como las del AVE a Palencia o el nudo de continuidad de Torrelavega: «Se nos llena la boca de grandes proyectos. Pasa la legislatura y siguen igual. No se acaban de hacer nunca». Una visión totalmente opuesta a la del PSOE, que anima a los ciudadanos a darse un paseo por la comunidad autónoma para ver cómo trabajan las máquinas. Por ejemplo, en la obra de La Hermida.
En temas concretos, el socialista habló de sus planes para respaldar a la industria, la popular de los problemas de las electrointensivas por la falta de apoyos del Gobierno, Sumar se acordó del caos en las Cercanías y Vox ofreció adelgazar la administración para poder bajar impuestos. Entre otras casos, acabando con el actual estado de las autonomías, un modelo «ruinoso que ha traído desigualdad entre españoles».
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