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Le marcó un triple al cáncer y ahora está dispuesta a repetir. Carlota Egusquiza (Torrelavega, 1989), la jugadora cántabra de baloncesto que superó dos veces la enfermedad y le escribió una carta a Yerai, el jugador del Athletic que también la padecía, ... vuelve a la cancha. El 'bicho' no ha podido detenerla. Y este domingo, a las 12.30 horas, volverá a enfundarse la camiseta de su equipo, el madrileño Olímpico 64, para medirse al Valencia Basket en el SAGE de Madrid. Atrás se quedan los momentos en el hospital en los que las noticias no eran las mejores y parecía que volver a la pista se antojaba una utopía.
«Esta vuelta significa vida. Una victoria», explica Carlota, que tiene claro que lo más importante de este nuevo debut es «disfrutar y pensar en todo lo que me ha costado llegar hasta ahí, todo lo que he luchado y que por fin ya es mío». Y es cierto que ha luchado mucho y que va ganando la batalla, aunque sigue lidiando con las secuelas. El tumor que tuvo en la ingle le afectó bastante a la pierna. «Sigo sin haber recuperado la fuerza por completo en el pie. Tengo una especie de hemiplejía que me impide subirlo hacia arriba. De hecho para poder jugar tengo que llevar una férula que he comprado en una ortopedia, porque tengo el pie como si estuviera caído para abajo. Pero no va a ser un freno ni un límite para jugar», afirma rotunda Carlota. Y, por si quedaba alguna duda, añade: «Si el cáncer no me ha frenado para volver a jugar al baloncesto no lo va a hacer un pie, eso seguro».
Aunque lleva soñando mucho tiempo con volver a tener un balón entre las manos y está «muy ilusionada», reconoce Carlota que, como en las grandes ocasiones, la invaden los nervios. «Es algo que he soñado mucho tiempo. Todos los días durante la enfermedad me acostaba y por la noche y lo único que pensaba era en el día que volvería a jugar al baloncesto. Por eso tengo un poco los nervios de cuando era pequeña e iba a jugar mis primeros partidos», comenta entre risas.
Y eso que hace poco ha tenido un pequeño susto, a pesar de que el tratamiento va viento en popa. Después de hacerse un nuevo TAC de control los médicos le han encontrado un pequeño ganglio en el pulmón derecho, pero por suerte parece que no reviste peligro. «Está más que hablado con los oncólogos», relata Carlota. «Me han dicho que no me preocupe porque está controlado, que vamos a machacar al ganglio con radioterapia como hicimos con los anteriores», dice sin un ápice de duda. Incluso los médicos le han aconsejado que no vuelva a parar. Que la vuelta al baloncesto y su rutina de trabajo -es fisioterapeuta- es su mejor medicina. Un consejo que piensa seguir al pie de la letra: «Ya no me frena nada, ahora sólo quiero mirar hacia adelante».
Dicho y hecho. Este domingo es el gran día. «Viene mi familia, gente de Torrelavega y también de Madrid, para estar conmigo. La otra vez lo hice de sorpresa», recuerda Carlota, «y en esta ocasión me han llamado para que les avisase porque no se lo querían perder». No es para menos, no todos los días se tiene la ocasión de ser testigo de un partido que gana la vida.
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