Las cenas de empresa empiezan en noviembre

Los hosteleros atisban una Navidad optimista en cuanto a reservas se refiere. «Tenemos muy buenas expectativas. La Navidad es como el verano, se trabaja muy bien hasta después de Reyes, que es cuando llega el problema», explica Ramón López, responsable de los tres restaurantes de la Taberna del Herrero. La reserva más amplia que tienen por el momento es de 180 comensales. «Varias empresas hacen cena con fiestas a continuación, contratan Dj y barra libre para los empleados. Hay muy buen ambiente», añade. Pasa a menudo. En el restaurante Deluz también se estila terminar la cena en la discoteca que tiene el establecimiento en la planta baja, donde pueden coincidir varias empresas al mismo tiempo.

La sala Rocambole y el Luciano organizan cenas de empresa en formato cóctel con un aforo de 200 personas aproximadamente. «Tenemos el 95% de las fechas cerradas, incluyendo noviembre. Este formato de pie es una tendencia que está en auge. Son cenas más informales y divertidas que funcionan muy bien», explica Ángel Suárez, al frente de ambos establecimientos.

Los días más fuertes para estas celebraciones son el viernes 15 y el sábado 16 de diciembre. Estas jornadas están prácticamente completas en los restaurantes de la capital cántabra con los compañeros de trabajo que salen a brindar y a dar rienda suelta al espíritu navideño.

La gente cada vez es más previsora. En septiembre, la mayoría de las empresas cierra sus fechas. A veces, incluso antes. «En marzo ya nos llamaron para reservar el Café Centro Botín», cuenta el director de operaciones del Grupo Riojano, Jesús Moreno. Según su experiencia, las cenas suelen ser de menos comensales que años atrás, «ahora muchas veces se reúnen por departamentos, ni siquiera la empresa entera, o grupos de amigos dentro de la empresa. Además, lo más frecuente es que cada uno se pague lo suyo».

El precio del cubierto para comidas o cenas de empresa ha subido un 10% respecto al año pasado. De media, los menús van desde los 36 euros a los 50 y suelen ser clásicos, compuestos por entrantes, un segundo de carne o pescado y un postre con copa de cava.

En el restaurante Cadelo, en Santa Lucía, las reservas «van como una moto». «El teléfono no deja de sonar. Estamos prácticamente completos, pero nuestro aforo es pequeño y cada vez más, la gente reserva su cena con mucha antelación».

La forma de pagar también se adapta a los nuevos tiempos y en muchos establecimientos, cuando se trata de cenas multitudinarias, se pide un pago anticipado de una parte del total cuando se trata de reservas de muchos comensales.

En el hotel Bahía tienen reservadas todas las fechas de noviembre y diciembre para cenas de empresa. Unas son de 30 personas, las hay de 100 y otras de 200. «Casi siempre se pide un depósito previo de una cantidad fija que varía en función del número de personas y unos días antes de la cena se hace un cobro por adelantado del total, con el número definitivo de asistentes», aclara el directo Sergio Peón.

«Todavía es pronto, ni siquiera lo tengo decorado de Navidad», dice Maite Rodríguez, de La Flor de Tetuán. En su restaurante todos los años acogen numerosas cenas de empresa de grupos pequeños, con un máximo de 30 comensales. «Este fin de semana empezamos a decorar el restaurante para darle el ambiente y prepararé los menús, que este año rondarán los 50 euros. Voy jugando con el género, pero se personalizan para cada empresa porque a veces directamente viene una empresa pequeña, con un grupo de ocho comensales, que optan por el marisco», expone la hostelera.

En el restaurante La Prensa ya empiezan a recibir comidas y cenas de empresa a partir de este fin de semana y alguna también entre semana. «Tenemos una reservada de Renfe, de algunas fábricas, de Valdecilla y cuadrillas de amigos. Lo tenemos enfocado a menús, que tienen un precio inferior al de carta, muy ajustado», comenta un encargado de esta casa de comidas que tiene un aforo de 300 personas. Los menús van desde 35 euros a los 55 e incluyen la bebida, los entrantes, el plato de carne o pescado, el postre y el café. «Los grupos que vienen suelen rondar las 20 o 30 personas y los que van de comida pueden alargarse con una animada sobremesa», destacan en La Prensa.

«Los menús han subido un poco respecto al año pasado, pero muy poco», explica el encargado de Casa Ajero, Rubén Pérez, donde este fin de semana, por ejemplo, han recibido al primero de esos grupos de empresa, con 40 comensales, que ocuparon el establecimiento al completo. En el entorno de Cañadío estarán de lo más animado y concurrido lo que queda de año.