El Centro de Arte Rupestre completa su sede con una muestra didáctica e interactiva

El pasado mes de marzo, el anterior Gobierno regional inauguraba las instalaciones que alojan la central de reservas y la taquilla para las cuevas prehistóricas de Cantabria, a modo de complemento de la visita a las cavidades y como oferta complementaria al Mupac (futura sede ahora en construcción) y al Museo de Altamira. En esa fecha se abrió asimismo la sala destinada a muestras temporales con la exhibición de un montaje en torno a La Dama Roja de la cueva del Mirón. Ahora queda completada la infraestructura con la apertura de la exposición permanente, una instalación cuyo objetivo radica en «acercar el arte rupestre de Cantabria al público general de un modo atractivo y didáctico, inmersivo e interactivo». La consejera de Cultura del Gobierno cántabro, Eva Guillermina Fernández, recuerda que «somos potencia internacional en este ámbito a nivel de yacimientos y de investigación y, por tanto, el CAR es una forma de hacer accesible toda esa riqueza al público y aprovechar todo ese potencial no solo como un referente cultural, sino como un activo turístico y generador de riqueza».

La exposición está diseñada de tal forma que transmite los contenidos de forma «comprensible y atractiva» e «intenta dar respuesta tanto a las exigencias del público general como a las del especializado y presta especial atención a las necesidades del público con discapacidad». Por ejemplo, además de facilitar la accesibilidad física, los textos explicativos han incluido el alfabeto Braille junto al español e inglés. Tres ámbitos temáticos con una puesta en escena diáfana y didáctica proponen un recorrido libre, no lineal, a través de grandes y claros interrogantes. Pantallas, dispositivos visuales, recreaciones en 3D, la reproducción de la Dama Roja del Mirón –la mujer que habitó la cueva hace 18.800 años–, elementos audiovisuales, una recreación del hábitat de La Garma, imágenes que recrean la vida cotidiana, gráficos animados, facsímiles que reproducen las paredes y trazos de las cuevas…, son algunos de los elementos que configuran esta superficie museográfica del Centro de Arte que abrirá al público en breve. Mirar, tocar y vivir una inmersión y experiencia sencillas de aprendizaje caracterizan el fundamento y el criterio que prima en la instalación, cuyas tres estancias diferenciadas responden, además, a otras tantas implicaciones a la hora de relacionar el lugar con el visitante: el asombro y el descubrimiento al acceder a un espacio opuesto a la parte administrativa del Centro; una segunda sala para propiciar el conocimiento de forma directa y amena, y una tercera, y última, vinculada a la reflexión.

Aunque dedicadas a mantener una relación y comunicación didáctica, informativa y sensorial distinta con el visitante, todas ellas están vinculadas por un nexo escenográfico y decorativo. Una estructura tubular serpenteante –membrana metálica poligonal que sobrevuela los ámbitos expositivos recreando el paisaje cavernario– teje a su vez paneles, imágenes e ilustraciones. De este modo, a la permanente sensación de haber accedido a sitios y recreaciones del pasado se le suma una constante aportación iconográfica y de conocimiento.

La obra de esta nueva instalación, ya concluida a falta de ultimar algunos detalles, será entregada la próxima semana. Una museografía clara, envolvente, que cumplirá tres objetivos: servir de nexo de unión informativo entre las visitas a las cuevas de Cantabria Patrimonio de la Humanidad, de Chufín y Hornos de la Peña a El Pendo y La Garma; proponer un recorrido interactivo pero equilibrado entre las nuevas técnicas y tecnologías del presente y lo que revelan las huellas del pasado; y, finalmente, el aprovechamiento de todo tipo de lenguajes, formatos y canales para acercar el patrimonio del arte paleolítico y arte mueble. Además de «interesar, educar y entretener al visitante, se propicia, además, su compromiso con el magnífico patrimonio que, desde distintas perspectivas, conoce en esta salas», subraya Roberto Ontañón, director del Mupac y de las Cuevas y, en este caso, responsable del programa previo y la coordinación del contenido que llegará al público. Las calidades estéticas de la exposición –tonos y materiales– complementan las de la arquitectura y las del paisaje exterior.

¿Qué es el arte paleolítico? ¿Quiénes lo hicieron? El mundo del arte paleolítico es el eje de la primera sala, espacio en el que tanto el mobiliario como los recursos interpretativos conviven en un juego de escalas y proporciones que potencian los mensajes a transmitir: grandes ilustraciones de fauna pleistocena a escala natural y la restitución corpórea de la Dama Roja del Mirón, más una recreación de la 'cabaña' de la zona I de la galería inferior de La Garma, mapas, audiovisuales...

En la segunda, el discurso se vertebra a partir de «¿Cuándo se realizaron? y ¿dónde se localizan estas manifestaciones?». Conceptualmente es el núcleo de la exposición, el lugar donde se presentan las cuevas de Cantabria Patrimonio Mundial, que se abren virtualmente al público desde una espectacular estación multimedia gracias a la cual se pueden recorrer las cavidades. A través de recursos interpretativos tocables, interactivos y experiencias lúdicas se intenta que el espacio actúe como «una gran aula experiencial de aprendizaje». Destaca un videomapping, 'Superposiciones parietales', que descompone un panel de la cueva de El Castillo.

Finalmente, las salas se cierran con el eje: '¿Cómo se realizaron? Y ¿por qué se hicieron? Un bien tan valioso como frágil'. Las diferentes técnicas de los artistas paleolíticos quedan reflejadas mediante imágenes estereoscópicas. «El espacio invita a cuestionar las teorías interpretativas que intentan explicar el arte rupestre», apunta Ontañón. Y resalta el recurso interactivo: 'Tu mano, tu compromiso', que permite tocar un panel de manos en negativo, algunas de las cuales responderán al visitante emitiendo un sonido envolvente que le pondrá en contacto con los artistas que vivieron hace miles de años».