![Los centros de salud aumentarán el peso de la atención presencial, que ahora es del 50%](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202109/18/media/cortadas/Imagen%20centro%20salud2-kIeF-U150566019770bnG-1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
![Los centros de salud aumentarán el peso de la atención presencial, que ahora es del 50%](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202109/18/media/cortadas/Imagen%20centro%20salud2-kIeF-U150566019770bnG-1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
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Aún no hay plazos, pero sí una certeza: «Vamos a ampliar progresivamente la atención presencial, que ya está en torno al 50%, según el lugar, y a abrir todos los consultorios rurales en las próximas semanas;aunque muchos están ya funcionando», confirmó ayer ... la responsable de Atención Primaria, Teresa Ugarte. El plan es regresar a una realidad más parecida a la prepandémica en los centros de salud. Pero se hará poco a poco, diferenciando según las posibilidades y demandas de cada lugar, y aprovechando también las ventajas de algunos cambios forzados por el covid. Los sanitarios están retornando del periodo vacacional para restablecer la totalidad de las plantillas y el éxito de la vacunación, que está conduciendo a una estabilización de la situación sanitaria, va a permitir «que tengamos la seguridad de poder hacerlo», apunta.
Llevará más tiempo allá donde la carga de trabajo ha sido mayor. Sobre todo en los centros que han sufrido más peso asistencial en verano, donde la presencia masiva de turistas se ha sumado al covid para exprimir aún más los recursos sanitarios, que ya estaban mermados por las ausencias vacacionales y la falta de sustitutos. Allí hay mucho trabajo acumulado. «Aunque no sea como en julio y agosto, hay lugares donde aún tienen mucha presión diaria», advierte Ugarte.
Los principales municipios costeros, que aglutinan el grueso del turismo estival en la región, han tenido dificultades estos últimos meses. San Vicente de la Barquera, Marina de Cudeyo, Meruelo o Castro Urdiales, donde incluso se recurrió a la contratación de un médico jubilado, son ejemplos donde aún pesa la saturación a la que ha habido que hacer frente durante el verano.
Tampoco será fácil esa vuelta a la normalidad en aquellos centros donde no hay espacio para cumplir las medidas de seguridad, que seguirán siendo de obligado cumplimiento.«Hay edificios no muy grandes y no podemos consentir que se formen aglomeraciones en las salas de espera», asegura la gerente. Una vez se haya incorporado la atención presencial directa, a través de los servicios de admisión de cada sitio, se pasará a abrir también la cita directa a través de la web.
No se trata de implantar una atención asistencial del 100%, «eso hace muchos años que no existe, incluso antes de que apareciera el covid. Pero sí habrá que ir trabajando en que la atención al ciudadano en citas presenciales sea equitativa en todas las zonas y en la medida de lo razonable», apunta la responsable de Atención Primaria. Eso obligará a una reorganización y redistribución de los recursos materiales y humanos, que permitirá ir ofreciendo servicios en aquellos consultorios que hasta ahora permanecían cerrados. A mayor escala se está avanzando en la misma línea. El hospital de Laredo recuperó este pasado jueves la actividad completa en el área de partos, que fue derivada a Valdecilla durante el verano por falta de médicos anestesistas.
«Las contrataciones que precisábamos están ya hechas y ahora lo que nos va a tocar decidir y organizar va a ser la distribución de todos estos recursos y si es preciso hacer modificaciones», detalla Ugarte, que también señala que la puesta en marcha de un mayor número de servicios llevará a que a partir del próximo día 1 de octubre se pueda solicitar a través de internet cita física con el pediatra.
Lo previsible es que se vaya valorando la ampliación de esta medida a matronas, trabajadores sociales y otros profesionales sanitarios con los que será posible tener un contacto directo, lejos de las pantallas y el teléfono a los que ha obligado la pandemia durante este año y medio. Una distancia en el trato que no toda la ciudadanía ha acogido de la misma forma. Y los más críticos no han dudado en trasladar la queja a los profesionales sanitarios en las consultas.
«La saturación ha sido complicada porque esta quinta ola llegó de súbito, con un pico que nos sorprendió a todos, y hemos tenido que trabajar duro para absorberlo», destaca Ugarte. En algunos centros donde se habían comenzado a restablecer las citas presenciales hubo que volver atrás, para priorizar sólo las indispensables. Y todo ello ha tenido consecuencias. Desde Atención Primaria se teme que el seguimiento de algunos enfermos crónicos haya quedado descuidado por culpa de esta última embestida del virus. De forma que haya algún caso donde se pueda presentar una descompensación suficientemente importante como para que sea necesaria una derivación al especialista. Problemas que ya se contemplan desde la Gerencia y que forman parte de la resaca que deja esta última ola, que sorprendió a la población con los más jóvenes sin inmunizar.
Lo dijo esta semana Fernando Simón, coordinador de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad:«No habrá más olas como hasta ahora». La causa, los pinchazos que están cerca de alcanzar al 85% de la población. Algo que permite pensar que la situación sanitaria estará más controlada; que los próximos ataques del coronavirus tendrán menor impacto hospitalario, y que todo ello permitirá a los centros de Atención Primaria amortiguar mejor futuras ondas.
En los planes de Sanidad hay muchas variables que se incluyen ya en escenarios venideros. La tercera dosis, que en parte correrá a cargo de los centros de salud y que ya se ha avanzado que llegará a usuarios de residencias, enfermos de cáncer, portadores de VIH o personas con síndrome de down mayores de 40 años, «no supondrá ningún problema para nosotros. Podremos absorberlo perfectamente y ya se está planificando. Se irá informando sobre ello conforme se vayan tomando decisiones en Salud Pública», matiza Ugarte, que una vez más, no da plazos.
«Hay que pensar que también se acercan otras situaciones que deberemos manejar, como la campaña de vacunación de la gripe y otras circunstancias que nos obligan a ser cautos y a no avanzar fechas para esta vuelta a la normalidad de los centros».
Por lo pronto, los médicos de familia están deseosos de recuperar la presencialidad, según reconoce Santiago Raba, vicepresidente del Sindicato Médico:«Los compañeros vienen realizando mucha atención presencial;aunque con un cribado previo. Y están muy cansados de la atención telefónica. Dificulta la consulta y además es un trabajo que no se ve, de manera que la población piensa realmente que no estamos trabajando», lamenta. No obstante, considera que nada volverá a ser como antes. «La Atención Primaria tal y como la conocíamos ha desaparecido», sentencia. La falta de personal hace imposible abarcar la demanda de forma presencial.
En los consultorios rurales la situación es aún peor, a su juicio. «Revilla, Zuloaga y Rodríguez saben perfectamente que no hay personal para cubrir las plazas vacantes, pero no hacen nada». «Aquí se funciona a golpe de protesta. Cada vez que un alcalde levanta la voz, se manda un médico, que está dos días y no soluciona nada», critican en el Sindicato Médico, donde se estima que Cantabria precisa cerca de 120 médicos de familia más para completar la deficitaria plantilla.
Muchos ciudadanos acudieron este verano a su centro de salud indignados. Tras un primer intento telefónico para contactar con su médico, optaron por personarse en busca de mejor suerte; pero en su mayoría tuvieron que regresar a sus casas sin respuestas.
«Entendemos que ha habido indignación en la gente. Porque muchos han llamado y no se les ha atendido como queríamos. Pero esta quinta ola complicó mucho las cosas», se disculpa Teresa Ugarte, responsable de Atención Primaria.
«Los servicios telefónicos se han saturado por las continuas llamadas de personas que tenían dudas sobre el covid. Y al final eso ha llevado a que no hayamos podido gestionar bien todas las solicitudes telefónicas», razona. Ugarte espera que a partir de ahora resulte más sencillo administrar el teléfono, que en todo caso es indispensable porque sirve de primer cribado para gestionar las citas presenciales, que se van a ir generalizando «progresivamente» en todos los centros de salud y consultorios rurales de Cantabria.
«En estos meses de verano hemos atendido muchas llamadas donde la ciudadanía tenía dudas sobre los procesos de vacunación, o sobre los protocolos que se deben seguir en diferentes casos de covid». Toda esa demanda, que afloró en esta quinta ola, se está relajando ahora y permitirá que el teléfono tenga mayor disponibilidad para la gestión de citas o para las consultas rutinarias en los centros.
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