Un tren se avería en un túnel cerca de Beranga y la Guardia Civil 'rescata' a los pasajeros

Esta explicación poco importó a los viajeros que no consiguieron llegar en tiempo y forma a sus destinos por más que la compañía les recogiera y les trasladara en autobús. Ellos ya habían vivido su aventura del día: se quedaron encerrados en el tren dentro del túnel y no pudieron bajar hasta que aparecieron los efectivos de la Guardia Civil, que fueron los encargados de guiarlos fuera del túnel, que era muy estrecho», con poco margen para que descendieran. En el sitio en el que se paró el tren solo quedó el maquinista.

Y, así, escoltados por dos parejas de la Benemérita, las 13 personas que ocupaban el convoy caminaron por la vía férrea hasta un paso a nivel de Praves, «porque en el lugar en el que nos quedamos tirados no había acceso hasta ninguna carretera». Allí les recogió un autobús.

El aviso se recibió en la Central de Emergencias de la Guardia Civil de Cantabria sobre las 9.45 horas y, al llegar los agentes al túnel, se encontraron con el grupo, todos ilesos, al que evacuaron y acompañaron hasta Praves.

Desde Renfe se indicó que sus protocolos internos de seguridad no permitían abrir las puertas del tren parado hasta que no llegaran los agentes, a quienes se avisó en cuanto se tuvo noticia de lo que había ocurrido. «Normalmente, nosotros no permitimos que la gente camine por la vía, a no ser, como en esta ocasión, en que los viajeros son acompañados» por los guardias.

Este incidente es uno más de los muchos que Renfe tiene que registrar cada año debido a la antigüedad de sus infraestructuras (trenes incluidos), una circunstancia que han denunciado de forma permanente tanto los usuarios de este trayecto (Santander-Bilbao) -que llevan años reclamando inversiones tanto para los trenes como para la vía férrea- como los integrantes de la plataforma en Defensa del tren Santander-Bilbao.

Quien quiera cubrir la distancia entre ambas capitales tiene que armarse de paciencia: los menos de 100 kilómetros que las separan en línea recta se convierten en tres horas de periplo en tren (no por la línea de costa, sino por el interior) y con 30 paradas en otras tantas estaciones.