CEsar a tiempo

  El caso es que, en vez del relevo natural que correspondía al vuelco político que produjeron las elecciones autonómicas de 2015, lo que ha acontecido son los ceses abruptos de los dos altos cargos tres años después. De inmediato, la oposición ha alimentado la sospecha de que el Gobierno ha querido quitarse de encima a dos incómodos notarios que pudieran dar fe de irregularidades en la Administración, por ejemplo en las contrataciones del Servicio Cántabro de Salud. Eso es lo que sugirió ayer el portavoz popular, Íñigo Fernández, en sus intervenciones, y también el diputado de Ciudadanos, Rubén Gómez.

Para el consejero Sota, que rechazó las insinuaciones conspiranoicas de la oposición y contraatacó con la falta de controles durante el Gobierno del PP y también con dudas sobre la lealtad del subdirector Gutiérrez, los polémicos relevos son sólo uno de los peligrosos remolinos a sortear en las aguas bravas que bajan desde su departamento. Tanto es así que ni siquiera ha encontrado quien se haga cargo de la Oficina de Proyectos Europeos, y de la gestión de la 'marca Racing' que lleva aparejada, y ha tenido que endosar el 'marrón' a su jefe de gabinete.