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Del resultado de la reunión de hoy en Madrid dependerá que lo ocurrido durante las últimas 48 horas en Ciudadanos Cantabria sea una crisis profunda que divida en dos a la formación y provoque la salida de una parte importante de sus cargos electos y ... orgánicos o, directamente, la sentencia de muerte de unas siglas que ya tenían difícil su supervivencia más allá de las elecciones autonómicas de mayo de 2023, no tanto por la dinámica regional sino por la deriva del partido y la sangría de votos que arrastra desde hace meses a nivel nacional. Félix Álvarez se verá las caras a partir de las doce del mediodía con la cúpula estatal –aún no está confirmado que participe en el encuentro Inés Arrimadas– con la intención de reconducir el cisma entre Santander y Madrid a causa de la decisión de los diputados liberales en el Congreso de no apoyar una proposición de ley que reclamaba volver a permitir la caza del lobo. Una abstención, la del pasado martes, que en Cantabria se leyó como una «traición». Como una ruptura inexplicable con la postura tradicional de Cs en todas las instituciones y un choque con los principios que los tres diputados autonómicos han venido defendiendo con gran vehemencia en la Cámara regional.
Álvarez, como coordinador, viajará a Madrid acompañado por Diego Marañón, otro de los hombres fuertes del partido tras la última reorganización interna. También ha sido invitada la tercera diputada, Marta García. La ganadera, que fue la primera en romper el carné de afiliada en la mañana del miércoles a consecuencia de la votación en las Cortes, declinó inicialmente participar en el encuentro, pero finalmente se sentará en esa mesa. Casi a modo de despedida, porque su determinación de irse de Cs es innegociable. «Por principios y por dignidad, no puedo conformarme cuando mi partido vota en contra de los ganaderos. ¡En política no vale todo!», afirmó en el comunicado con el que dio el portazo. No se ha dado de baja, pero sí ha dejado todas las responsabilidades orgánicas el hasta ahora secretario de Organización y número dos en Cantabria, Rubén Gómez.
«Vamos a ver si somos capaces de reconducir la situación. En ello estamos trabajando y peleando», aseguraba ayer Álvarez, que no descarta ningún escenario. Están abiertas «todas las posibilidades» y la premisa con la que se enfrentan a las próximas horas decisivas es que, «por encima de las siglas, defenderemos los intereses de esta tierra».
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Aunque oficialmente ni él ni Marañón han puesto su dimisión sobre la mesa, sí que comunicaron en la tarde del miércoles a muchos compañeros que tenían intención de dejar la militancia naranja por la «traición» a la posición tradicional sobre el lobo. Horas después, ante los medios de comunicación, señalaban que continúa el enfado por el sentido del voto de Cs el martes en el Congreso de los Diputados, pero tratan de relativizar.
«Lo lógico es que tengamos la cabeza fría, que nos sentemos y que hablemos. Que no nos dejemos llevar por el corazón porque a veces se toman decisiones en caliente y yo no quiero que eso ocurra», entiende Álvarez. Según explicó a Cantabria la dirección nacional, Cs sigue en contra de la protección del lobo que implica la prohibición de su caza, pero se abstuvo en la votación para tomar en consideración esta proposición de ley (la impulsaba el PP) por dudas técnicas sobre su redacción. «Es casi una abstención técnica», matizaba ayer Álvarez. «Somos un partido, no una secta. Hay disparidad de opiniones y las vamos a solucionar. O eso espero…», concluyó.
Lo que pedirán a la líder nacional, Inés Arrimadas, es que Ciudadanos promueva en el Congreso una iniciativa que demuestre de forma «clara e inequívoca» la postura de Cs sobre el lobo. A partir de lo que ocurra hoy en Madrid, el coordinador en Cantabria volverá a reunir al Comité autonómico del partido para explicar los avances y tomar una decisión de forma colegiada. También con la intención de sentarse con Marta García para tratar de que rectifique y vuelva a la disciplina del partido naranja.
Eso fue lo que trataron de hacer ayer también Álvarez y Marañón. La diputada García llegó al Parlamento a las diez y media de la mañana y treinta minutos después se reunió con sus todavía compañeros de partido. La ganadera se negó en todo momento a afiliarse de nuevo a Ciudadanos, pero insiste en que mantendrá su acta de diputada. No solo eso, sino que, a un año para las próximas elecciones, no tiene intención de abandonar el Grupo Parlamentario de Ciudadanos pese a que ya no obedecerá la disciplina de voto.
Es decir, que si Álvarez y Marañón se lo permiten –al ser tres integrantes, dos de ellos pueden decidir la expulsión del tercero–, no se pasará al Grupo Mixto como diputada no adscrita. Por el momento, a la espera de lo que ocurra en Madrid, Álvarez no se pronuncia sobre esa posibilidad.
Tampoco confirma si pedirá a la ganadera que devuelva el acta de diputada para que se corra un puesto en la lista. Si el Grupo de Ciudadanos pierde un miembro significará directamente su disolución, ya que el Reglamento del Parlamento exige que los grupos lo formen al menos tres personas. Y quedarse sin grupo significa también perder recursos económicos, personal a sueldo de la Cámara y tiempo en las intervenciones durante los debates.
Lo que ya no tiene marcha atrás es la renuncia como secretario de Organización de Rubén Gómez, que en cambio no se da de baja como militante y seguirá apoyando el trabajo parlamentario de Álvarez y Marañón. Renuncia porque «ya no tengo ni fuerzas ni ánimo para seguir representando un cargo orgánico dentro de Cs» tras lo ocurrido en la votación sobre el lobo. Al tiempo, ayer se dieron de baja los concejales Sara Cristina Quintanilla (Argoños) y Alberto Alcubilla (Cieza). «Las últimas decisiones tomadas a nivel nacional, contrarias a las que venimos defendiendo en Cantabria, hacen incompatible seguir defendiendo las siglas», añadió Nacho Hernando, portavoz en Bezana, que también deja Cs.
Cronología
Lunes
Consultas: el grupo parlamentario de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados se pone en contacto con sus portavoces en Cantabria, Asturias, Galicia y Castilla y León para fijar su postura común sobre la proposición de ley sobre la caza del lobo.
Martes, 16.00 horas
Posición ambigua: la diputada en el Congreso María Carmen Martínez expone los argumentos de Cs sobre la tramitación de la proposición de ley del PP.
Martes, 18.30 horas
Votación: el Congreso rechaza revisar la protección del lobo. Se oponen a revertir su entrada en el Lespre PSOE, Podemos y los socios del Gobierno. PP, Vox y PRC lo apoyan. Cs se abstiene.
Miércoles, 11.00 horas
Marta García se da de baja en Ciudadanos: la diputada Marta García comunica en sus redes sociales que se ha dado de baja en el partido por la abstención en la votación sobre el lobo. No renuncia a su acta en el Parlamento cántabro.
Miércoles tarde
Félix Álvarez y Diego Marañón sopesan dejar el partido: ante la «traición» de Madrid, los otros dos diputados de Cs en Cantabria también parecen convencidos de romper el carné de afiliado y pretenden mantenerse junto a García en su grupo parlamentario.
Miércoles, 22.15 horas
Comité regional: tras escuchar la posición del resto de miembros del máximo órgano en Cantabria, Álvarez y Marañón deciden esperar a hablar con la dirección nacional de Cs antes de tomar una decisión irreversible.
Jueves, 10.00 horas
Dimisión: Rubén Gómez renuncia como secretario de Organización. Se dan de baja tres concejales de Bezana, Cieza y Argoños.
Jueves, 11.30 horas
Reunión: Álvarez y Marañón piden a García que reconsidere su salida y esta se niega. Finalmente sí accede a viajar a Madrid.
Hay que escuchar varias veces la intervención de María Carmen Martínez, la diputada que defendió el martes en el Congreso la posición de Ciudadanos, para entender los motivos que llevaron a la formación a abstenerse en la iniciativa impulsada por el PP y romper así su postura tradicional en este asunto.
Como portavoz regional, Félix Álvarez sigue enfadado con este voto, pero ayer rebajó las tintas y trató de explicar que fue una «abstención técnica». No porque la formación naranja estuviera en contra del fondo –sacar de nuevo al lobo del Lespre–, sino porque entendían que las formas no eran las correctas –no compartían la redacción del documento impulsado por el PP–.
Una afirmación que es matizable. Martínez dijo una cosa y la contraria. En primer lugar, afirmó que compartía «buena parte del contenido»de la proposición de los populares que tumbó el Gobierno de Pedro Sánchez y sus socios habituales, pero al mismo tiempo afirmó que Cs no estaba en contra de que el lobo estuviera incluido en el Lespre, sino de que el Ministerio lo haya incluido sin consenso y sin dialogar previamente con el sector ganadero. Martínez sí fue mucho más clara en la necesidad de agilizar el pago de las ayudas para compensar los ataques.
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