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La Asociación de Turismo Rural de Cantabria (ATRC) ya está dinfundiendo entre sus empresarios (engloba a más de 200) el plan con el que habrá que funcionar a partir de ahora para dar seguridad a los establecimientos frente al coronavirus y garantizar así la llegada de turistas a una comunidad con importantes recursos naturales y poco masificada en las áreas de interior. En los negocios de la región se quiere hacer el 'checking' por mail y por anticipado y el cliente deberá confirmar también por correo electrónico que conoce todas las medidas de seguridad que se le ofrecen (así como de las que él deberá observar) antes de llegar al hotel o casa rural, se alquile esta última por habitaciones o completa.
El pago de la estancia deberá hacerse 24 horas antes de la llegada por transferencia bancaria, aunque no se exigirá pre-reserva. La anulación de una reserva por circunstancias relacionadas con el Covid-19 y su evolución no supondrán ningún coste para el viajero. Estas son algunas de las medidas que se quieren implantar en el sector, según ha informado la asociación, que también deja claro que, entre la salida y la entrada de usuarios -en el caso del alquiler íntegro de una casa rural- deberán mediar 24 horas.
En el momento de la llegada se informará al cliente de los servicios que quedarán condicionados a horarios determinados para su uso a tenor de la ocupación. Además, se le explicarán las medidas higiénico sanitarias implementadas por el establecimiento y durante su estancia tendrá a su disposición, bajo petición, mascarillas quirúrgicas y guantes. También se tiene previsto entregar llaves sin llaveros y desinfectadas y los responsables controlarán que se mantengan las distancias de seguridad en el caso de los alojamientos por habitaciones. Si mantener las distancias no fuera posible, se recordará que es obligatorio el uso de mascarilla, que también será obligatoria para el personal.
Además, las personas mayores de 65 años, las vulnerables al coronavirus y las mujeres embarazadas tendrán prioridad en la elección de horarios en las zonas que tengan su uso restringido.
El plan detalla las tareas de higiene y desinfección que se deben llevar a cabo antes y después de la estancia del cliente y pormenoriza las tareas que han de realizarse en el conjunto de las instalaciones. También indica cómo han de tratarse la lencería y ropa de hogar, vajillas y utensilios de cocina siempre utilizando los productos de limpieza incluidos en el listado de virucidas autorizados por el Ministerio de Sanidad y se ocupa de las medidas de prevención para piscinas, spas, zonas de recreo infantil, ascensores y gimnasios.
Además, se ha fijado un protocolo a seguir en caso de detectarse un caso positivo de coronavirus o de síntomas compatibles con la enfermedad entre los clientes o el personal. Si es un cliente quien presente los síntomas, será aislado y se llamará a los teléfonos de la comunidad autónoma habilitados a tal fin. Será el propietario del establecimiento el responsable de la toma de decisiones en el proceso.
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El plan de contingencia Covid-19 específico para el turismo rural ha sido realizado por la empresa Flasem Touristic Projects Management, empresa cántabra especialista en planes de calidad del sector. Asume todas las normativas elaboradas por el Instituto de Calidad del Turismo de España (ICTE) en coordinación con la Secretaría de Estado de Turismo y las establecidas por el Ministerio de Sanidad.
Estas recomendaciones se añaden al esfuerzo que la ATRC realiza actualmente asesorando a los empresarios de turismo rural de Cantabria, que también ha impulsado el curso online 'Medidas frente al Covid- 19 en establecimientos rurales' y ha difundido entre los asociados el webinar específico para este subsector del turismo impartido por el ICTE.
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