Secciones
Servicios
Destacamos
Andrés Matas, el maquinista de 30 años agredido el pasado martes en la estación de Los Corrales de Buelna por un pasajero insatisfecho con el trayecto, se encuentra de baja laboral por ansiedad y molestias en el cuello. «Moralmente estoy regular y físicamente, con pastillas ... relajantes para el dolor», señala este trabajador de Renfe que ha dedicado los últimos diez años de su vida a llevar y traer a miles de pasajeros: «En ningún momento imaginé que me podía pasar algo así y menos en esta línea de tren tan pequeña».
Su relato de los hechos comienza cuando el convoy llegó a término. Apagó máquinas, cerró la cabina y se dispuso a cruzar los vagones para llegar al otro extremo y emprender, pasados unos minutos, la marcha de vuelta a Santander. En el transcurso se topó con tres pasajeros y uno de ellos preguntó si el tren iba a ir hasta Reinosa. «Le dije que no y la respuesta no gustó al hombre, que se puso muy nervioso e inquieto. Comenzó a blasfemar, a insultarme y a gritarme sin yo poder lidiar palabra. Entonces me cogió del cuello y me empujó fuera del tren», explica el maquinista.
Noticia relacionada
Ana del Castillo
Una vez abajo, el agresor -al que Andrés describe como «de unos cincuenta y largos y de habla castellana»- siguió zarandeándolo y agrediéndole verbalmente hasta que el interventor de otro tren, tras presenciar los hechos, acudió en su ayuda y separó al hombre. En ese momento, el maquinista sacó su teléfono móvil e hizo una fotografía que mostró a la Guardia Civil cuando acudió a interponer la correspondiente denuncia.
Sobre el aspecto del agresor, asegura que vestía «desenfadado», de camiseta y pantalón negro, con botas vaqueras marrones, una bandolera y una gorra de la selección española también negra, «con la bandera de España en un costado».
Este trance a alejado temporalmente a Andrés, malagueño de nacimiento, de su profesión (al menos hasta el 1 de octubre, cuando recibirá el alta médica) a la que define como una «pasión». «De niño mi padre me llevaba a la estación de Antequera, me gustaban mucho los trenes, las maniobras, las salidas de la estación...», señala. Y para más inri, su mujer también es maquinista: «Ella me entiende mejor que nadie. Compartimos profesión y lamenta mucho lo ocurrido, no se tenía que haber llegado a una agresión física. Me pide paciencia y me brinda su apoyo para seguir adelante».
Matas se suma a la petición ayer de Comisiones Obreras (CCOO) de solicitar a la empresa un aumento considerable de los efectivos de seguridad privada tanto a bordo de los trenes como en las estaciones y apeaderos, «como estamos no podemos seguir». «Sería satisfactorio tener ayuda o agentes que vayan acompañando en el trayecto del tren», señala el empleado de Renfe, quien apunta al abono gratuito de Cercanías como parte del problema. «El tipo de pasajero ha cambiado, ahora entra gente sin respeto ni educación. No siguen las normas, ensucian los vagones y se dan situaciones de todo tipo», matiza.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.