Las comunidades reforzarán la vigilancia y la vacunación frente a la viruela del mono

Como expone el jefe de servicio de Salud Pública, Luis Viloria, el protocolo en vigor es «perfectamente válido y aplicable» y que se está demostrando eficaz, en todas sus medidas, tanto para la versión del virus en circulación desde 2022, procedente del África Occidental, como para la nueva cepa (clado B1), con origen en África Central. Y prueba de que funciona fue la aparición del primer contagio en Cantabria en el último año y medio, cuya sospecha se detectó el pasado viernes en una consulta de Atención Primaria, confirmándose el positivo al día siguiente. El afectado, un varón joven que había llegado a la región desde Madrid, fue dado de alta este martes, en el Hospital Valdecilla, donde permanecía ingresado desde el viernes por un motivo ajeno a la infección. El laboratorio de Microbiología determinó que la causante es la variante del virus en circulación desde la crisis de 2022, no la nueva que ha reactivado la emergencia sanitaria por parte de la OMS.

En la reunión de la Ponencia de Alertas, el órgano encargado de proponer medidas frente a una emergencia sanitaria en el que participan las autonomías –por parte de Cantabria acudió el propio Viloria y la técnica de Vigilancia Epidemiológica Marta Pacheco–, todas las comunidades coincidieron en que resulta fundamental determinar, en cada caso, si la infección está provocada por la cepa predominante desde hace dos años o por la nueva, más contagiosa y mortal. Aquellas que no tengan capacidad de hacerlo en sus propios laboratorios remitirán las muestras al Centro Nacional de Microbiología.

Asimismo, se pusieron sobre la mesa planes para mejorar la vacunación de los grupos diana, con la apertura de más centros de inmunización, la ampliación de agendas de citas o la recaptación de los vacunados que solo recibieron una dosis (unos 20.000, la mitad de los que han recibido la pauta completa). También se insistió en la necesidad de reforzar la comunicación e información a los viajeros de las zonas afectadas por mpox (principalmente, la República Democrática del Congo), sin que ello suponga ninguna restricción al movimiento de personas o al control de fronteras, como reclamó la Comunidad de Madrid.

El Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso fue, de nuevo, el más beligerante y pidió que en instalaciones como el aeropuerto de Barajas se vigile a los viajeros procedentes de las zonas afectadas.

A raíz del debate surgido en el seno de la reunión, Cantabria considera que es necesario reforzar las políticas de salud pública, incrementando los medios personales, económicos y materiales dedicados a la prevención, vigilancia y control epidemiológico. La Consejería insta a constituir, «de una vez por todas», la Agencia Estatal de Salud Pública, un órgano técnico que el Ministerio comprometió con todas las comunidades, que se quedó en una «mera propuesta, porque sigue sin crearse» y que parece más «un brindis al sol» que un proyecto sólido.

Desde Cantabria se apunta que es urgente contar con esta agencia, que disponga de las capacidades y recursos de la actual red y dotándola de suficientes medios para vigilar y coordinar las actuaciones frente a cualquier problema de salud pública, entre otros cometidos.

El PP buscó elevar la crisis sanitaria al ámbito político y exigió la comparecencia en el Senado de la ministra de Sanidad, Mónica García, por su «inacción».

Mientras, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó un mensaje de calma sobre la viruela del mono. «La mpox no es la nueva covid», afirmó Hans Kluge, director regional del organismo internacional para Europa en una rueda de prensa. La diferencia principal entre las dos enfermedades, según la OMS, está en que las autoridades sanitarias saben cómo controlar el nuevo virus. «Podemos y debemos hacer frente juntos al mpox», señaló Kluge. La OMS ha vuelto a hacer un llamamiento para la lucha global contra la viruela del mono. «¿Vamos a optar por poner en marcha las medidas necesarias para controlar y eliminar la mpox en todo el mundo? ¿O entraremos en otro ciclo de pánico y negligencia? La forma en que respondamos ahora y en los próximos años será una prueba crítica para Europa y el mundo», agregó.