El conflicto de Sanidad se reaviva con dos anuncios de huelga paralelos

Porque a las reivindicaciones laborales se han sumado, desde el jueves, las incidencias organizativas derivadas de la puesta en marcha del nuevo modelo de Atención Primaria adaptado a la jornada de 36 horas semanales –con el nuevo horario de SUAP, desde las 15.00 horas, como cambio más visible–. Y, aunque no es el único motivo, sus consecuencias han dado lugar a una doble convocatoria de huelga. Una de la mano del Sindicato Médico, que fija los primeros paros parciales para la semana del 13 al 17 de mayo, que se convertirán en indefinidos a la siguiente; y otra a cargo de CC OO y UGT, que marca en el calendario concentraciones para el 8 y el 15 de mayo, arranque de las movilizaciones del 20 al 22 de mayo y, si no se revierte la situación y se soluciona el conflicto, huelga indefinida a partir del 23 de mayo.

Ambas protestas tienen en común sus críticas hacia la gestión de la Consejería de Sanidad, aunque sus demandas difieren. Desde el Sindicato Médico, principal negociador del controvertido acuerdo, que limita las agendas de los médicos de familia a un máximo de 28 pacientes (que llegarán a 35 sólo en circunstancias excepciones) y regula la retribución económica de las dos horas de tarde de consulta, de 15.00 a 17.00 horas, (las famosas peonadas), se denuncia «el incumplimiento de lo pactado». Una de las soluciones que se había consensuado era establecer un filtro (triaje) de los pacientes que acuden al centro de salud sin cita, para descongestionar la demanda médica y que puedan dedicarse diez minutos por consulta. Pero la medida chocó de lleno con la oposición de las enfermeras. De hecho fue el principal detonante de la huelga del pasado martes, hasta el punto de que el SCS tuvo que rectificar en su propósito y redactar de nuevo ese artículo, dejando claro que la demanda que llegue fuera de agenda será atendida por el profesional que corresponda, en función de sus competencias. Sólo así logró convencer a Satse (sindicato de enfermería) y anular los paros. Aunque de rebote, el Sindicato Médico volvió a la carga. Y registró el anuncio de huelga sólo 48 horas después. «El plan de Atención Primaria ha sido un desastre, porque no ha cambiado nada», denuncia.

En realidad, hasta ahora su aplicación se reduce a la derivación de las urgencias a los SUAP, que ahora ya funcionan a partir de las 15.00 horas. Entre sus profesionales, el primer día con el nuevo horario se resume en «caos», «porque el resto de modificaciones no se están aplicando, mientras que nosotros ya estamos absorbiendo más carga de trabajo». Más allá de las referidas a Atención Primaria, el sindicato añade a su lista de reivindicaciones el pago de la carrera profesional al personal interino, que «se está denegando», y la modificación del programa especial para la optimización del rendimiento quirúrgico «porque no cumple lo pactado». Cuestiones sobre las que se sentaron a hablar el jueves con la consejera de Sanidad, María Luisa Real, que se comprometió a presentar una propuesta antes de las asambleas previstas para los días 8 y 9.

En paralelo, CC OO y UGT, que se negaron a firmar en la mesa sectorial el acuerdo de organización de Atención Primaria (sólo lo hicieron CSIF y ATI), que tildaron de «despilfarrador» y «estéril», anuncian ahora movilizaciones por «las desigualdades generadas por el Servicio Cántabro de Salud ante la puesta en marcha de las recuperadas 36 horas», que serán 35 en 2020. «Nos sentimos ninguneados. Resulta que cuestiones que son denegadas en la mesa sectorial, después se acuerdan por detrás con colectivos concretos. Es un atropello. Nos vemos abocados a las movilizaciones por la mala cabeza y gestión de la Administración, que parece que sólo reacciona cuando se le plantea una huelga», señalan desde UGT.

Ambas formaciones defienden que no van a permitir que «a los distintos profesionales y colectivos del SCS se les trate de diferente manera por realizar el mismo trabajo». Ante «la falta de soluciones» por parte de la Consejería al conflicto generado, ambos sindicatos recurren a la convocatoria de huelga, que afecta a los 9.000 profesionales de la sanidad pública en Cantabria, «para protestar por una situación que se ha vuelto insostenible y que peca de desigual y discriminatoria». Y tienen muy claras las razones que les han llevado a este extremo. Exigen al SCS que la jornada de 36 horas entre el 1 de mayo de 2019 y el 30 de abril de 2020 sea efectiva para todos los profesionales, «sin que exista obligatoriedad de cumplir más jornada», y piden «el aumento de plantilla necesario para que se cumpla dicha jornada y conseguir de este modo empleo estable y de calidad».

Además, otra de las reivindicaciones que llevan por banderas es que «no exista, como sucede ahora con los acuerdos a los que la Consejería de Sanidad ha ido llegando con determinados colectivos, discriminación retributiva ni de condiciones laborales entre los diferentes profesionales». Además, UGT y CC OO exigen que se dote de más celadores y del resto de profesionales de refuerzo necesarios en los SUAP porque el objetivo final es que se afronte el cambio de gestión de la Atención Primaria tanto en planificación, como en recursos económicos y laborales, creando una Mesa Técnica de Trabajo con los profesionales y las organizaciones sindicales para el abordaje multidisciplinar del futuro de la Atención Primaria.