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El tramo final de legislatura acostumbra a ser el más agitado desde el punto de vista sindical, sobre todo en el ámbito sanitario. Es cuando las organizaciones echan el resto para sacar adelante las reivindicaciones pendientes y los políticos ceden más fácilmente a las exigencias ... para no enturbiar la ansiada calma preelectoral. Y si a María Luisa Real (PSOE) le llovieron los conflictos en los meses previos a agotar su mandato, en 2019, al consejero actual, Raúl Pesquera, tampoco le van a faltar asuntos sobre los que sentarse a negociar, demostrando la «capacidad de diálogo» que se forjó en su pasado como sindicalista.
De entrada, el Sindicato Médico ya le ha puesto sobre la mesa una huelga en Atención Primaria a partir del 7 de noviembre, a la que podrían sumarse las enfermeras, según ha dejado caer el sindicato Satse, si no se cumplen los acuerdos que se firmaron hace casi cuatro años.Ambas formaciones coinciden en que ha llegado el momento de «saldar cuentas pendientes» y de reivindicar las mejoras que quedaron en punto muerto por la crisis sanitaria. «Durante la pandemia no sólo no hemos pedido nada, sino que hemos hecho todo lo que hemos podido para responder a las necesidades del momento», recuerda Ana Samperio, secretaria autonómica de Satse.
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«La profesión está cansada y desmotivada –dice–, es ahora cuando hay que retomar la hoja de ruta para mejorar nuestras condiciones laborales». Y el pasado lunes ya le trasladó su lista de peticiones al gerente del SCS, Rafael Sotoca. «Nuestro talante es negociador siempre, pero si no acercamos posturas nos veremos abocados a convocar movilizaciones. Nunca queremos medidas que afecten a la población, pero a veces no queda otra», señala Samperio, que recuerda que en 2019 se convocó la primera huelga enfermera en 40 años. «Entonces dijimos ¡basta! Yahora reivindicamos medidas que se firmaron para salir de aquella huelga».
Reforzar la seguridad de la plantilla. Que se impongan sanciones administrativas en casos de agresión a sanitarios, así como personal de seguridad.
Limitación de agenda. Atajar la sobrecarga laboral, con máximo de 28 pacientes por día, como se firmó en 2019.
Médicos de continuidad. Rechaza esta categoría porque no estará asignado a un centro de salud sino a todos los situados en un radio de 50 km.
Así, han reclamado a Sotoca el cambio de modelo que se acordó para establecer cupos de enfermería (de forma que los pacientes conozcan qué profesional tienen asignado); el pago de la autocobertura (que sí tienen los médicos) cuando el personal asume el trabajo de compañeros de baja o de vacaciones sin sustituir; y la posibilidad de «hacer programas especiales» (horas extra) para que «matronas y fisioterapeutas, que suele haber uno por zona básica, atiendan la demanda acumulada cuando faltan, puesto que no se les sustituye».
Acuerdo de 2019 sin cumplir. Un cambio de modelo con cupos de enfermería, pago de autocobertura y programas especiales para aliviar la carga de fisioterapeutas y matronas.
Mejoras laborales. Adecuación de los recursos para evitar la denegación de permisos y favorecer la conciliación.
Otras reivindicaciones. Agilidad en la contratación y equiparar las ratios de personal entre servicios de distintos centros.
Además, Satse reclama «la adecuación de los recursos», porque la escasez de enfermeras lleva al recorte de derechos laborales, traducido en «que se deniegan reducciones de jornada» y «aumentan las dificultades para la conciliación familiar». Agilizar los procesos de contratación y equiparar las ratios de personal entre servicios del SCS, «ya que hay diferencias de un hospital a otro», son otras de sus demandas.
A los acuerdos de 2019, firmados por Real, se remite también el Sindicato Médico cuando reclama la limitación de las agendas: un máximo de 28 pacientes al día, salvo en caso de pandemia o catástrofe, excepciones en las que se podía ampliar hasta 35. «Pero la sobrecarga es parte de la rutina de los médicos», lamentan. «No ha cambiado nada». Junto a esto, la organización sindical urge medidas de protección ante el incremento de agresiones. Más allá de las anunciadas cámaras de vigilancia, que no acaban de llegar, piden personal de seguridad y que se impongan sanciones administrativas. El consejero de Sanidad ya ha respondido que están «trabajando en ello». «Estoy convencido de que llegaremos a un entendimiento, como pasa siempre. Lo normal es que lo abordemos y se resuelva antes de que llegue la huelga», ha declarado. Tiene menos de un mes por delante.
En las últimas semanas tampoco han faltado críticas a la gestión de Sanidad desde los otros sindicatos de la mesa sectorial: UGT, CC OO, ATI y CSIF. Este último, a través de su portavoz del sector sanitario, Margarita Ferreras, ha insistido en que se cumplan los acuerdos de 2019. «El objetivo no era otro que corregir los fallos del sistema, algo que sólo se ha hecho parcialmente, pues quedan numerosas situaciones indeseables por enderezar y paralizadas por motivos electoralistas». Habla también de cambios en la gestión de las agendas, para aliviar la carga laboral; reclama «medidas incentivadoras» que conviertan zonas alejadas de la capital en destinos atractivos para trabajar; y pide que «a las enfermeras se les retribuya cada hora trabajada de más como debe ser». Reivindicaciones que trasladó a Pesquera en una reunión mantenida días atrás que calificó de «infructífera».
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