Dos contagiados en un brote en la residencia Alborada de Torrelavega
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Una mujer que dio positivo ha sido trasladada al Hospital Sierrallana y la otra está aislada en su habitación del centroEl coronavirus está volviendo a entrar en las residencias de Cantabria. Al foco localizado la semana pasada en el centro La Gloria de Liencres, hay que sumar ahora otro en Torrelavega, en la residencia Alborada del barrio de La Inmobiliaria. Dos internas ... han dado positivo por covid: la primera ya ha sido trasladada al Hospital Sierrallana por la gravedad de su situación y la otra permanece aislada en su habitación.
Salud Pública lleva desde el pasado viernes asesorando a la dirección del centro para evitar la propagación del virus y ya ha iniciado el dispositivo de rastreadores para cortar el contagio. Hasta el momento, se han realizado pruebas PCR a la planta donde estaba instalada la mujer que ahora mismo está en el hospital. Siguiendo el protocolo que marca Sanidad, en los próximos días los test se extenderán al resto de residentes y trabajadores.
El director del centro, Alberto Aragón, explicó a este periódico que están «intentando ser todo lo cautos que la situación merece», por eso toda la comunicación del rebrote se limita a los comunicados oficiales del consejero de Sanidad. «En la rueda de prensa de este lunes, el consejero comunicará la magnitud del brote, en qué consiste y en qué situación está. No queremos pecar de falta de transparencia, pero es una situación delicada y tenemos que seguir las indicaciones y las recomendaciones de Sanidad», añadió.
Ricardo Gutiérrez | Hijo de una afectada
Lo que sí confirmó Aragón es que las visitas de personas del exterior al centro han quedado suspendidas cautelarmente, todo ello siguiendo los criterios que marca el protocolo de actuación de Salud Pública ante un foco de contagio.
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Esta medida, por tanto, se extiende a todos los familiares de residentes del centro. Como es el caso de Ricardo Gutiérrez, que tiene allí a su madre, de 100 años. Este domingo se presentó en Alborada a la una del mediodía desconcertado y preguntando por su estado de salud. «Me han llamado esta mañana diciendo que mi madre ha dado positivo, pero me han colgado rápido y no me he enterado bien de la situación. Vengo aquí a ver si me informan mejor de lo que está pasando», señaló.
Al llegar al centro, se encontró con la inactividad de la residencia. La verja cerrada, no se escuchaban ruidos y movimientos del interior, el jardín estaba vacío y, a pesar de que muchas de las ventanas estaban abiertas, nadie se asomaba. A los pocos minutos de llegar a las inmediaciones, Ricardo recibió una llamada de la residencia a su teléfono y le confirmaron que su madre había dado positivo en coronavirus, pero que «está muy bien de ánimo y de salud». También le confirmaron que hay otra residente en Sierrallana, pero que su madre permanece aislada en su habitación. «Me han dicho que ella pregunta por qué está encerrada en su cuarto porque no entiende muy bien todo esto», añadió.
Alberto Aragón | Director de la residencia Alborada
Al colgar, Ricardo se dirigió rápidamente a su casa para iniciar el confinamiento preventivo que marca Sanidad al haber estado en contacto con una persona confirmada como positivo por covid. «El viernes estuve con ella la última vez y la vi bien. No entiendo nada, la verdad. Mañana (por hoy) me hacen la prueba». Está preocupado porque no sabe cómo ha podido contagiarse su madre. «Yo no ando por ahí en grandes tugurios ni nada de eso. No creo que haya sido yo el que se lo haya pegado a mi madre. O eso creo, aunque al final nunca se sabe». Sobre su estado de salud, Ricardo indicó que se encuentra «perfectamente». «No tengo ningún síntoma ahora mismo».
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El primer brote localizado en una residencia de mayores en Cantabria en esta segunda ola fue en la residencia La Gloria, en Liencres. El centro, perteneciente al grupo empresarial DomusVi, sumó este domingo un nuevo contagiado, actualizando la cifra del centro a seis residentes y cuatro trabajadores con casos activos de coronavirus. Los contagios se hicieron públicos hace dos fines de semana y, desde aquel domingo, el centro se ha visto obligado a confinar a los 140 residentes en sus respectivas habitaciones y ha prohibido las actividades colectivas en el interior, así como las salidas del edificio.
La residencia está aislada y tampoco permite las visitas del exterior como medida para atajar los contagios. Se han realizado las pruebas PCR a todos los residentes y a los empleados, incluso a los que estaban en periodo de vacaciones. Además, esta semana se les ha hecho un test de anticuerpos a todas las personas mayores del centro, que tendrán que seguir encerradas en sus habitaciones hasta que termine el periodo de 14 días de cuarentena. «Nos han hecho también la prueba del pinchazo en el dedo y supongo que a finales de esta la semana nos hagan otra PCR para confirmar que no estamos contagiados y poder recuperar la normalidad de nuevo. La situación en Liencres sigue igual. Estamos bien, pero aburridos y sin poder salir de las habitaciones», contaba uno de los residentes del centro.
La situación de continuos rebrotes que están surgiendo en la comunidad -especialmente preocupantes en los centros de mayores- ha hecho que las residencias recrudezcan sus medidas de seguridad, como prohibir las salidas de los residentes al exterior o las visitas de familiares y amigos al centro. En el caso de la Fundación Asilo de Torrelavega, la institución -que actualmente no cuenta con ningún caso de coronavirus- ha decidido reducir las visitas en número de días y horas. Algo que, según cuentan varios empleados del centro, no habría gustado a los familiares de los residentes.
La llegada del covid a las residencias de Cantabria se produce después de que los primeros rebrotes se dieran en locales de hostelería, reuniones familiares y fiestas privadas. Uno de los primeros casos fue el de los más de diez jóvenes contagiados en una celebración en una casa de Soto. El último caso más preocupante fue el foco de contagio en el restaurante El Cantábrico, de Comillas, que se mantuvo abierto a pesar de que cinco de sus trabajadores habían dado positivo y otros cuatro de los siete empleados, que debían hacer una cuarentena de forma preventiva por ser contacto estrecho de sus compañeros, estaban trabajando.
Sanidad calificó esto como «un incumplimiento flagrante» de las medidas de seguridad y anunció que denunciará esta situación a la Fiscalía. Afortunadamente, ningún cliente del restaurante comillano ha dado positivo por ahora. También esta semana hubo que lamentar que la pandemia de coronavirus se cobrase la vida de una mujer de 89 años tras dos meses sin tener que lamentar muertes en Cantabria.
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