
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La propagación del coronavirus en las residencias de ancianos de la región parece controlada y el número de casos detectados, una docena en total, se ... mantiene estable.
Mientras en el exterior los contagios no dejan de crecer a un ritmo acelerado, la barrera contra el virus que han levantado todos estos establecimientos sigue funcionando, y eso a pesar del estrecho margen de maniobra con que cuentan para desenvolverse. El extremo cuidado en los contactos de los usuarios con quienes vienen de fuera, tanto las visitas como los propios trabajadores de los centros, es la principal baza con que cuentan.
«La situación en las residencias no es preocupante de momento, porque se están detectando a tiempo los brotes, pero evidentemente las personas mayores son en general más vulnerables y eso hay que tenerlo en cuenta», manifestó ayer el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez. Lleva semanas advirtiendo del riesgo de que los positivos que se vienen multiplicando durante el verano terminen por saltar ese muro y afectar a las personas más desprotegidas ante la enfermedad. Los casos de las residencias La Gloria, de Liencres -seis usuarios y cuatro empleados infectados-, y Alborada, en Torrelavega -dos de sus residentes están afectados-, no han hecho sino confirmar estos augurios.
Miguel Rodríguez -Consejero de Sanidad
Por parte de los responsables de las residencias se están demandando mayores medidas de control ante ese mismo temor, y consideran que la actuación de las autoridades sanitarias, sobre todo en lo que respecta a la supresión de salidas al exterior de los usuarios de los centros, debería ir más allá de la mera recomendación. El consejero, que ya ha recordado anteriormente que la restricción de movimientos generalizada sólo puede decretarse en un contexto de estado de alarma o de excepción, dijo ayer además que «las residencias dependen de la Consejería de Empleo y Políticas Sociales, y los aspectos organizativos le corresponden a esa Consejería, tal y como establece el apartado 74 de la resolución por la que se establecen las medidas sanitarias aplicables en la Comunidad Autónoma de Cantabria durante el periodo de nueva normalidad». En estas circunstancia, Sanidad sólo puede pedir que se eviten en lo posible las salidas de residentes mientras hace un llamamiento a la responsabilidad de toda la población.
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En la residencia Alborada están destinando todos sus esfuerzos en controlar el brote de dos residentes contagiados que se confirmó el domingo: una mujer que fue trasladada al Hospital Sierrallana por una infección de orina y allí le diagnosticaron coronavirus, y otra mujer de 100 años que se encuentra aislada en su habitación. El centro -que no había registrado ningún caso positivo hasta el momento- ha decretado el confinamiento de todos los residentes en sus habitaciones. Cada persona recibe la comida en su cuarto y se han prohibido todas las actividades colectivas. Además, tal y como aseguró el trabajador social y coordinador del covid en la residencia, Alberto Aragón, «se están realizando pruebas PCR a todas las personas mayores y empleados de la residencia y estamos siguiendo a rajatabla el protocolo que marca Sanidad».
Ayer en los alrededores de la residencia se podía observar el cumplimiento de este protocolo. Algunos residentes -aislados en sus habitaciones- se asomaban a la ventana para mirar cómo los trabajadores efectuaban tareas de desinfección en el jardín. Además, a través de la cristalera de la entrada principal del centro, también se observaba que estaban limpiando todo el recibidor, la puerta de entrada y las salas de la planta baja.
«El sábado nos llamaron para informarnos de que cerraban la residencia a visitas por un posible caso de covid. Desde ese día, nos comunicaron que iban a meter a todos los usuarios en las habitaciones por seguridad hasta que pasara la cuarentena de dos semanas», relata la hija de una mujer que reside en el centro. Cuenta también que las auxiliares -al igual que durante el estado de alarma- se comprometen a realizar dos videollamadas a la semana con los familiares. «A veces son más. Yo estoy contenta con el trato de la residencia. Veo que a mi madre la cuidan bien», aseguraba esta misma mujer.
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En el caso de la residencia La Gloria, en Liencres, tampoco ha habido que lamentar nuevos contagios. La cifra se mantiene en diez casos activos, seis residentes y cuatro trabajadores (el último positivo tuvo lugar el domingo). Precisamente, este brote se hizo público el domingo 9 de agosto por lo que, a finales de semana, se cumpliría la cuarentena de dos semanas y podrían repetirse las pruebas PCR. Si no apareciera ningún positivo, se daría por finalizado el brote.
Actualmente ningún residente puede abandonar el edificio, se han prohibido las visitas de familiares y los empleados -cuando no están trabajando- no pueden salir de sus casas. «Cuando surgió el brote nos hicieron la prueba PCR y la semana pasada nos han hecho el test de anticuerpos. Nos tendrán que repetir la prueba a finales de semana para ver si podemos volver un poco a la normalidad, aunque aquí nadie nos dice nada. No tenemos ninguna información», cuenta uno de los residentes desde el aislamiento de su habitación. Todos los casos positivos del edificio se encuentran aislados en la misma planta (planta segunda) y sólo tienen contacto con un grupo concreto de auxiliares.
El consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, defendió la «política de transparencia informativa total» que sigue su departamento tras la confusión que se produjo el fin de semana por un positivo que en un primer momento la Consejería situó en una tercera residencia, pero que después corrigió.
«El error se produce porque se transmite inmediatamente la información de los positivos en las residencias. En este caso la persona positiva figuraba en el censo de una residencia, aunque después se comprobó que desde hacía más de catorce días ya no estaba allí». Rodríguez insistió en que «son las residencias las que tienen que informar a sus usuarios y en su caso a los medios de comunicación. La autoridad sanitaria no puede revelar la información de cada empresa en la que haya positivos».
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Ana del Castillo
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