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La convocatoria de elecciones generales moviliza a los partidos en Cantabria
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A falta de proclamar candidato en algunas formaciones, muchos confían en mejorar resultadosÁLVARO MACHÍN
Sábado, 16 de febrero 2019, 08:03
Enfrascados en listas, primarias y en una campaña para las autonómicas y municipales que no es oficial -pero ya es permanente-, el anuncio de elecciones generales que hizo ayer Pedro Sánchez ... activó aún más las urgencias y los engranajes de los partidos en Cantabria. Hubo reacciones, muchas. Casi todas, triunfalistas. Centradas en movilizar al electorado y en echar por tierra o subir a los altares al todavía presidente del Gobierno de España. Y anuncios. El PRC ya había dejado caer que si los comicios nacionales iban por delante de los autonómicos de mayo presentarían batalla. Sánchez dijo abril (el 28) y Miguel Ángel Revilla salió a confirmar que se presentarán casi sin que terminara la intervención del líder socialista. Él no encabezará la lista -«por ley» no puede por ser presidente y candidato a repetir en el puesto-, pero está «convencido» de que esta vez sí conseguirán entrar en el Congreso. La última vez, en 2011, las urnas no se lo concedieron.
Revilla reconoció que la fecha «altera» sus planes de «volcarse» en repetir en Peña Herbosa. «Pero no hay mal que por bien no venga y el último éxito del PRC sería estar en Madrid el día 29 de abril». Adelantó que en sus listas habrá «gente reconocida» y que su oferta supondrá «un voto útil». Porque, si aprovechando «la atomización» del Congreso los regionalistas consiguen acceder, sería «una gran noticia para Cantabria y un aldabonazo para las autonómicas y municipales». Sobre todo, «si los diputados del PRC son necesarios para la formación de un gobierno». Tendrían, explicó, que 'tirar' para Cantabria.
Votos obtuvo el PRC en las generales del año 2011. Supuso un 12,53%, insuficiente para conseguir representación.
Ese es su escenario ideal, muy parecido al que dibujó la última vez que su partido se presentó a las generales. Él era, además, el candidato. Y no salió bien. En noviembre de 2011 sacó algo más de 44.000 votos, menos de la mitad que el PSOE (un diputado) y a un abismo de los más de 183.000 que se llevó el PP (cuatro representantes). Sin embargo, Revilla cree que el escenario es distinto y la mejor demostración es la cascada de reacciones de ayer. Hasta siete formaciones con posibilidades de 'pescar' contestaron a la convocatoria de Sánchez.
María José Sáenz de Buruaga (PP) aseguró que los populares cántabros están «contentos y preparados para ganar las elecciones generales, en las que los cántabros deben apostar por la unidad de España y la recuperación de las inversiones necesarias para el desarrollo de la comunidad». La presidenta de los populares adelantó que el jueves reunirá a la Junta Regional para «poner en marcha la maquinaria electoral» y, respecto a la fecha, opinó que hubiera sido «mucho más lógico y racional» que «se celebraran ya, en la primera fecha posible, o todas a la vez». «Ninguna de esas cosas ha ocurrido porque en la decisión de Sánchez ha pesado mucho más la delicada situación interna del PSOE, con unos barones, incluido Revilla, que no quieren medirse con él porque saben que es un lastre».
A Pablo Zuloaga (PSOE), por contra, la decisión del presidente le parece «un ejercicio de responsabilidad que no se recuerda en este país en la historia de los últimos años». «Si algo le caracteriza es que piensa muy poco en él y mucho en los españoles». Definió la fecha como «acertada», recordó que el Presupuesto no salió adelante por una «pinza» y que la convocatoria es consecuencia de un «escenario de bloqueo institucional por parte de bloques que parece que son frentistas pero que al final se juntan para tomar este tipo de decisiones». «Y la única alternativa para parar esto es el PSOE».
«Hoy es un buen día: Sánchez se baja por fin del Falcon y da voz a los españoles», ironizó Félix Álvarez (Ciudadanos). «Cantabria -dijo- sale ganando: este Gobierno socialista había rebajado nuestras expectativas de crecimiento reduciendo las inversiones para tener contentos a sus socios independentistas». Su partido deberá buscar candidato ya que él, que ahora es diputado, aspira a ser presidente de Cantabria.
Sin embargo, en Podemos, ya tienen la elección hecha. «Celebramos primarias en diciembre, así que somos los únicos a los que no pilla con el pie cambiado», explica Luis del Piñal, que será su cabeza de lista. «La convocatoria es algo que se podía prever viendo el rumbo que tomaba el PSOE intentando gobernar con 84 diputados de forma poco dialogante y poco valiente», señala. «Hemos hecho lo posible por aprobar el Presupuesto e intentar conseguir mejoras para Cantabria vía enmiendas, pero determinados partidos nacionalistas han interpuesto las banderas al interés general».
Y aún quedan aspirantes. Por ejemplo, Izquierda Unida. «Vamos a volcarnos en movilizar y atraer el voto de la izquierda», aseguró ayer Israel Ruiz Salmón, que apeló «a la seriedad y a la responsabilidad con la que IU siempre ha llamado a organizarse políticamente a los ciudadanos para resistir las llamadas a la confrontación sobre la sangre y la identidad». O Vox, que entiende que la convocatoria de elecciones «llega siete meses tarde, pero más vale tarde que nunca», según Igor Aguilera. «Esperamos que los españoles, con su voz y con su voto pongan fin a un gobierno que consideramos ilegítimo, cobarde, mentiroso y traidor a España y a su pueblo». Aseguran estar «ilusionados» con los comicios y terminan su mensaje con un «¡Viva España!».
Fueron curiosas las conclusiones del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para Cantabria en su barómetro de enero. El 30% de los que encuestaron –reflejan– daría su voto en unas elecciones generales al PSOE. Estaría distanciado del PP y de Unidos Podemos (empatados con un 10%) y más aún de Ciudadanos y Vox (ambos con un 5%). Lo llamativo es que la encuesta determina que el partido que «más simpatía» despierta entre los cántabros es Ciudadanos, con un 20%.
La encuesta pregunta por partidos y por aspirantes, con nombre propio. Según el CIS, el 30% de los cántabros apostaría por Pedro Sánchez como presidente. A Pablo Casado lo elegiría un 15% y a Albert Rivera, un 12,5%. Más atrás quedarían Pablo Iglesias (5%) y Santiago Abascal (2,5%). Pero, ojo, porque el porcentaje de los que optarían por el actual residente en Moncloa es el mismo que el de los cántabros que dicen que ninguno les gusta para el cargo. Eso sí, todo hay que ponerlo en cuarentena. El propio CIS advierte de que el tamaño muestral de las comunidades autónomas es «insuficiente» para poder obtener conclusiones estadísticamente válidas. Que son pocas entrevistas.
Por eso, el 'sondeo' más resistente es el resultado de las últimas generales. Fueron, en cierto modo, dobles. En diciembre de 2015 Cantabria rompió con el bipartidismo a costa de los pinchazos de populares (que, pese a todo, ganaron con mucho margen) y socialistas. Podemos y Ciudadanos consiguieron que sus cabezas de lista regionales, Rosana Alonso y Carlos Pracht, llegaran al Congreso. Pero, sin posibilidad de formar gobierno, los comicios se repitieron en junio de 2016. Ese es, por tanto, el último precedente.
Los resultados
En cuanto al reparto de sillones, no cambió nada. Dos, uno, uno y uno. Mismo esquema. Pero sí hubo conclusiones en las urnas. En los recuentos. El Partido Popular se impuso esta vez con mayor holgura y el PSOE resistió la amenaza anunciada de Unidos Podemos. Eso, traducido en números concretos, fueron 139.486 votos para la lista que encabezaban Ana Madrazo y José María Lassalle (los populares que consiguieron ser diputados) y 79.042 para la candidatura de Puerto Gallego (diputada por parte de los socialistas).
Los otros dos puestos en la cámara fueron para Rosana Alonso (gracias a los 59.367 votos que logró Unidos Podemos) y para Félix Álvarez (que sustituyó a Pracht como candidato de Ciudadanos y que alcanzó 48.379 votos).
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