Cuatro congresos sanitarios quedan aplazados en Santander

Los efectos del coronavirus también empiezan a notarse en la celebración de congresos y reuniones profesionales en la región. El Ayuntamiento de Santander confirmó ayer el aplazamiento, que no cancelación, de cuatro convenciones programadas para los meses de marzo, abril y mayo; en todos los casos se trata de encuentros relacionados con el ámbito de la salud, que se limitan a seguir las instrucciones del Ministerio de Sanidad, que ha acordado con las comunidades autónomas la suspensión de todos los congresos, cursos, talleres y jornadas que impliquen a los profesionales sanitarios para evitar contagios y garantizar su disponibilidad.

En concreto, se han aplazado las VIII Jornadas de Residentes y Tutores de Semergen, la I Jornada de Daño Cerebral Adquirido, el III Curso Internacional de Electroencefalografía y el VIII Congreso Nacional de Enfermería en Cirugía, según informó la concejala de Turismo, Miriam Díaz. «La actividad que no tiene que ver con el ámbito sanitario se mantiene. Sí es cierto que la información se actualiza constantemente y vemos que va a afectando a otro tipo de eventos como los deportivos, así que estamos expectantes a las instrucciones que los organismos competentes van trasladando para actuar en consecuencia», dijo, y reconoció que «existe cierta incertidumbre a la hora de planificar a corto y medio plazo».

Fuera del terreno de la salud, en Torrelavega también se ha dejado para mejor momento la inauguración de la planta de fabricación de ácido clorhídrico de Bondalti en el complejo de Solvay, prevista para el 15 de abril. «Por motivos relacionados con la propagación del virus Covid-19 en diferentes regiones del mundo, Bondalti considera prudente posponer la ceremonia de inauguración de su nueva fábrica en Torrelavega (...). Se trata de una situación de salud pública, por lo que creemos que esta es la decisión más responsable y también la que se ajusta a las normas de prevención y seguridad que forman parte de nuestra conducta», indicó el responsable de comunicación de la firma, Paulo Caetano.

Precisamente ese 'contagio' a otros ámbitos profesionales distintos a la sanidad es lo que temen los organizadores de congresos, un sector que solo en Santander -según datos de la Oficina Municipal de Congresos- reunió en 2019 a un total de 61.288 delegados, y generó un impacto económico para la ciudad de 33,3 millones de euros.

«Hay una gran incertidumbre y bastante miedo, el miedo a que la suspensión que afecta al ámbito sanitario se pueda extender a otros sectores», indicó Rafael Gutiérrez, vicepresidente de la Asociación de Empresas y Profesionales Organizadores de Eventos y Congresos en Cantabria (OPCE). «Esta situación está afectando al organizador de eventos: si no se puede aplazar una reunión pequeña no es un problema, pero un congreso de cientos de personas sí lo es: esos trabajos se hacen con un año de antelación, se reservan vuelos y alojamientos, hay condiciones de cancelación... Tenemos encima una espada de Damocles y hay miedo a que se produzca un efecto dominó».

Según el Foro MICE, la voz de la industria de reuniones nacional, «las últimas valoraciones vertidas en el ámbito de la celebración de congresos médicos, reuniones y otros eventos científicos están teniendo un efecto directo sobre la actividad», y aboga por que los medios de comunicación, las instituciones y las organizaciones cuiden sus mensajes para «arrojar claridad sobre esta situación para revertir a medio plazo el impacto económico negativo que está repercutiendo de forma masiva en todo el sector».

La próxima celebración de la junta general de accionistas del Banco Santander, prevista para el 3 de abril, puede ser un buen momento para evaluar en qué medida afecta la epidemia del coronavirus a este tipo de acontecimientos. De momento, la cita, una de las más importantes del calendario en la ciudad, sigue en pie, pendiente de los acontecimientos y las cambiantes recomendaciones de las autoridades.