«Menos el covid, este año me ha pasado de todo. Qué ganas tengo de dejarlo atrás»
RELATO COLECTIVO DE LA PANDEMIA ·
Concepción García es vecina de Puente Arce y fue trasplantada de riñón durante el confinamiento: «Que me llamasen fue algo muy inesperado» | Este reportaje forma parte del suplemento '2020. El año del covid' que se publicará el próximo miércoles, 30 de diciembre, con El Diario Montañés
Ha sido un año complicado para Concepción García, quien ya mira hacia el 2021 con ganas de pasar página. Ella no se ha contagiado de covid, pero le ha pasado todo lo demás. En abril, en el momento más crudo de la pandemia, le trasplantaron un riñón. Una operación dura, pero no ha sido la única prueba a la que se ha tenido que someter desde entonces. También ha tenido que enfrentarse a la muerte inesperada de su hermano y de otros seres queridos. «Parece que me ha mirado un tuerto. Menos el covid, este año me ha pasado de todo. Qué ganas tengo de dejarlo atrás».
Cuando la llamaron, el 17 de abril, para realizarle el trasplante, no se lo podía creer. «Fue totalmente inesperado, era un momento en el que los contagios por coronavirus no dejaban de aumentar y pensaba que este tipo de operaciones estarían paralizadas hasta, por lo menos, 2021», narra García, quien llevaba un año en lista de espera. Esa misma tarde, le hicieron las pruebas de compatibilidad y ya la ingresaron para hacerle el trasplante. Allí conoció a Nieves Blanco, quien se convirtió en su «hermana. Así nos referimos la una a la otra porque nuestro donante es el mismo, nuestros riñones pertenecieron a la misma persona». Siguen en contacto y hablan a menudo, aunque Nieves reside en Valladolid y es allí donde se realiza las revisiones.
¿Cómo es acudir a las revisiones médicas en medio de la pandemia? La mayoría, afirma García, las realiza por teléfono. Tiene varias citas de este tipo a la semana, a través de las cuales su médico le hace las preguntas pertinentes para llevar a cabo el seguimiento de su trasplante. «Cuando tengo que ir a Valdecilla, trato de cuadrar los horarios lo más pronto posible para que me acerque mi hijo antes de ir a trabajar, ya que las frecuencias de los autobuses son muy bajas», explica esta vecina de Puente Arce. Por la relevancia de su enfermedad, no ha sufrido el colapso de las citas. «Necesito regularidad para ver cómo avanza y en ese aspecto no he tenido ningún problema».
Este es su segundo trasplante. El primero se lo hicieron hace trece años y durante los últimos meses recibía sesiones de diálisis porque el órgano ya no funcionaba bien. Cuando se lo trasplantaron en abril, «el riñón tardó en arrancar». Blanco tuvo más suerte y desde el primer momento le respondió bien. «Aunque el mío tardó unos días, enseguida reaccionó y pude hacer vida normal», afirma García. Recuerda que, cuando le dijeron que había un riñón disponible, le dio más miedo la posibilidad de contagiarse que la propia operación. «Pero cuando llegué a Valdecilla me hicieron la prueba del covid y en la habitación sólo dejaron entrar a nuestros maridos, así que ya estuve tranquila».
García fue trasplantada en abril, en el momento más duro de la pandemia. «Que me llamasen fue algo muy inesperado»
Por si someterse a un trasplante fuera poco, Concepción ha sumado más intervenciones desde entonces. «He tenido un infarto ocular y me han tenido que operar. Ahora tengo que ir al hospital de Liencres a que me realicen varios pinchazos para evitar perder la visión». Cuando le ocurrió, disminuyó su capacidad visual y le dijeron que podría quedarse así si no se actuaba rápidamente. «Por suerte, tras la intervención –le colocaron una pastilla dentro del ojo–, he vuelto a ver como antes». Está pendiente también de que le revisen unas venas del cuello que se le colapsan, sospecha que a raíz del trasplante. «A pesar de todo esto, en mi día a día me encuentro bastante bien».
Pero el 2020 no sólo se ha cebado con ella en el plano de la salud. En verano falleció su hermano, pocos días antes de cumplir los 61 años. «Fue de repente. Estaba tomando algo con unos amigos, empezó a encontrarse mal y se fue a casa, desde donde llamó al 112. No pudieron hacer nada por él», lamenta. «Ha sido un año horroroso, pero no sólo para mí. Mucha gente ha pasado por el covid, por otras enfermedades, por la pérdida de familiares... Todos tenemos ganas de que termine por fin».
* Este reportaje forma parte del suplemento '2020. El año del covid' que se publicará el próximo miércoles, 30 de diciembre, con El Diario Montañés. Sus páginas recogen las vivencias de cientos de lectores que este año se han asomado a El Diario para contar su experiencia tras la irrupción del coronavirus.
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