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Tras un verano tranquilo, el coronavirus ha vuelto a colarse en las residencias. Y lo ha hecho con contundencia, sobre todo desde el último mes. Los profesionales del sector ya esperaban que el otoño trajese consigo una segunda ola, pero no imaginaban que el crecimiento ... de la curva fuese tan pronunciado en tan poco tiempo. En apenas cuatro semanas el número de casos positivos, entre usuarios y trabajadores, ha pasado de 12 a 166. «Es difícil de explicar, pero el aumento responde a un reflejo de lo que sucede en la calle», explica Julio Soto, director general de Políticas Sociales. «El virus funciona dentro como lo hace fuera», confirma Rubén Otero, presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia de Cantabria (FED).
Para encontrar cifras similares a las actuales hay que remontarse hasta el primer estado de alarma de marzo. Sólo entonces se superó el centenar. Precisamente cien fueron los mayores infectados que ayer aparecían registrados en el contador del Instituto Cántabro de Servicios Sociales (ICASS). 18 de ellos aún continúan en su residencia, 63 han sido derivados al centro covid que el Ejecutivo abrió en Suances y 19 se encuentran hospitalizados.
Llama la atención que la mayoría, 82, se concentran en cuatro centros. La residencia Hijos de Mar, en Igollo de Camargo, tiene 35 usuarios con covid; el Centro de Atención a la Dependencia de Santander, 16; la residencia mixta San José, de Villacarriedo, 16;y la residencia Virgen del Pilar, de Santa María de Cayón, 15. Además, son los que más trabajadores aquejados acumulan: 38 de los 66 totales. «Afortunadamente el covid está siendo mucho menos virulento, tiene menos fuerza y está produciendo muchos menos fallecimientos, que era una de nuestras grandes preocupaciones. Nadie quiere pasar por lo mismo de hace unos meses», explica Otero. Desde que comenzó la pandemia, el covid se ha cobrado la vida de 147 personas, aunque la mayoría de decesos, alrededor de 120, se registraron durante la primera ola.
Otra de las rendijas por las que se ha podido colar el virus son las visitas, que siguen estando permitidas. «Con la reducción de la movilidad se han rebajado notablemente. La gente que viene a ver a sus familiares sigue cumpliendo un estricto protocolo», relata Otero. El presidente de la patronal del sector considera que, aunque el número de positivos es elevado, la cifra «no es aún alarmante», sobre todo si se analizan en conjunto los números: en Cantabria hay 5.634 usuarios en las residencias de mayores que atienden 4.034 profesionales. «Aun así, a nosotros nos preocupa con que haya un solo caso positivo más al día», añade.
«Lo peor –admite– es que es muy difícil de controlar el avance del coronavirus. Los trabajadores entramos y salimos, vamos a casa, estamos con nuestros familiares que también salen... y nosotros regresamos de nuevo. Lo que no hemos dejado es de aplicar el protocolo en las residencias. La ropa se sigue lavando dentro sin sacarla fuera del recinto, desinfectamos todo cada vez que hay visitas, llevamos los equipos de protección... Vamos que hacemos lo mismo que durante el verano cuando las cifras eran buenísimas».
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