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A. VERANO / J. C. ROJO
Santander
Sábado, 25 de febrero 2023, 01:00
El cadáver en avanzado estado de descomposición que trajo el mar a la playa de Mioño el 28 de enero no pertenece al pescador santoñés desaparecido el pasado mes de noviembre, como se había especulado desde un primer momento. La comparativa del llamado ... perfil genético, realizado por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de España, con sede en Madrid, ha zanjado que no es el cuerpo de José Luis Fernández (45 años), el santoñés que cayó al mar el 20 de noviembre cuando faenaba junto a su hermano en la zona conocida como el Túnel, en Laredo.
Por esta razón el perfil de ADN del cadáver ha quedado integrado en la base de datos nacional conocida como Sistema de Índice Combinado de ADN (Codis, en sus siglas en inglés), que alberga la identificación genética de todas las personas desaparecidas en España. Así se podrá continuar con la investigación para tratar de esclarecer cuál es su identidad.
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«Se ha repetido al menos dos veces el análisis para cotejarlo con el del pescador y ha resultado negativo», aseguran fuentes cercanas a la investigación, que también descartaron la posibilidad de que el cuerpo fuera el del joven Martin Fyrla, el chico de 23 años desaparecido el pasado 12 de noviembre en los acantilados de Cueto. «Se manejaban otros indicios que lo descartaban», indican estas mismas fuentes.
Fue un vecino de Mioño, que paseaba por la playa el pasado 28 de enero, el que dio aviso a la Guardia Civil al avistar un cuerpo, que se encontraba «en avanzado estado de descomposición», según concretaron los agentes, y había sido arrastrado hasta la orilla porque en aquel día había un intenso oleaje. Los restos fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Santander para su estudio, y fue este organismo el que lo derivó al laboratorio de Madrid, donde se le realizó el detallado estudio genético que ha revelado que no se trata de José Luis Fernández.
Las especulaciones sobre la aparición del cadáver fueron varias, sobre todo cuando la desaparición del pescador había sucedido en las semanas previas; pero en ningún momento los agentes hallaron indicios de que pudiera pertenecer a Fernández. No portaba documentación, y era muy complicado que hubiera pistas para que la familia pudiera identificarlo porque el grado de descomposición era muy avanzado. En otras circunstancias, los cuerpos conservan prendas de ropa, joyas o incluso tatuajes, elementos que pueden ayudar en esta tarea, «pero en este caso es prácticamente imposible determinar la identidad de la persona sólo con esos indicios», avanzaron fuentes de la investigación entonces. Por eso ha resultado fundamental el análisis genético. «Puede ser José Luis Fernández o cualquier otra persona caída al mar y arrastrada hasta las costas cántabras a saber desde qué distancia», insistieron esas mismas fuentes.
Son numerosas las ocasiones en que el caprichoso flujo de las corrientes en estas costas arrastra cuerpos procedentes de latitudes mucho más altas, en Francia. Lo que no es habitual es que aparezcan tanto tiempo después de haberse perdido en el mar. «En este caso, por la forma en la que estaba el cadáver, está claro que llevaba mucho tiempo bajo el agua», remarcó el pedáneo de Mioño, Asier Laforga.
A él le preocupaba principalmente que se resolviera la incógnita cuanto antes, «sobre todo porque hay una familia que está esperando cerrar la herida para descansar». Lo dijeron también algunos compañeros del gremio: «Es una forma de pasar página, saber que lo han encontrado después de todo este tiempo», avanzaban otros pescadores que conocían al desaparecido y a su familia; pero el resultado de los análisis no ha ayudado.
El cuerpo de José Luis Fernández, que desapareció hace ya casi cien días en la zona del Túnel, en Laredo, permanece ilocalizado, supuestamente, en el mar Cantábrico. Según el relato de su hermano, superviviente a aquella noche del 20 de noviembre, un golpe de mar precipitó al Motorillo, de 5,5 metros de eslora, contra una roca de grandes dimensiones en medio de un aguacero. Inicialmente los hermanos lograron salir indemnes y comenzó su intento por alcanzar tierra firme. Pero José Luis no lo logró.
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