«Ya he dado la orden de comenzar las auditorías en Obras Públicas y Sanidad»

-¿Tiene fecha de caducidad su compromiso de gobernar en solitario? ¿Puede cambiar de opinión después de las elecciones generales?

-Mi voluntad y mi propósito es mantener un Gobierno en solitario toda la legislatura. Por decirlo alto y claro, empezamos la legislatura con un Gobierno en solitario y voy a terminarla igual, con un Gobierno monocolor y exclusivo del PP. Sé que, evidentemente, 15 diputados no son 18. Sé que no tenemos mayoría suficiente y que vamos a tener que hablar mucho, que escuchar mucho, que tender muchos puentes y llegar a acuerdos puntuales, pero no me asusta ni me preocupa en absoluto.

-Hemos visto a María Guardiola, en Extremadura, decir lo mismo, que bajo ningún concepto pactaría un Gobierno con Vox y luego ha rectificado.

-Cada territorio tiene su idiosincrasia y su situación política. Lo importante de Extremadura no es cómo empezó el asunto sino cómo ha terminado: con un gobierno del PP y con la investidura de María Guardiola. Yo quiero mantener, como he dicho, ese Gobierno en solitario. Y lo que no barajo, en ningún caso, son imposiciones ni intromisiones por parte de la dirección nacional. Tampoco creo que mi presidente fuera a pedirlo porque no es su modelo de partido. Los votos de Vox no son necesarios en Cantabria y, por lo tanto, ¿por qué tiene que entrar en el Gobierno?

-¿Ha sido esa la única razón para que Vox no esté sentado en el Consejo de Gobierno o usted, personalmente o como política, considera inaceptable alguna de sus propuestas o reivindicaciones?

-Tengo un profundo respeto hacia los votantes de Vox. No soy una persona de líneas rojas, no me gusta el discurso del miedo, no me gustan los cordones sanitarios y tampoco las exclusiones. Puedo llegar a acuerdos con todos los partidos siempre y cuando discurran por el carril del respeto a la Constitución, a nuestro Estatuto de Autonomía y a los derechos y las libertades fundamentales. Ahora bien, yo no soy Vox, ni el Partido Popular es Vox. Los ciudadanos nos han dado 15 diputados para gobernar en solitario con acuerdos de los que no excluyo ni al PRC, ni a Vox, ni al PSOE si estuviera en otra predisposición. No venimos a dividir, ni a enfrentar, ni a inflamar ideológicamente a la sociedad, sino a resolver sus problemas. Me siento cómoda con este Gobierno en solitario y quiero mantenerlo toda la legislatura.

-Vivimos un momento de desprestigio de la vida política, ¿se ha encontrado muchas negativas para formar Gobierno?

-La gente se ha subido a este proyecto con entusiasmo y no me ha costado en absoluto encontrar esos perfiles. He tratado de buscar, en primer lugar, compromiso con Cantabria, solvencia profesional, talento, trayectoria y capacidad de gestión. Luego, por supuesto, también habilidades políticas. Tengo el equipo que quiero tener. Todos ellos han sido mi primera opción.

-Mantiene el mismo número de consejerías que el anterior Gobierno, ¿va a adelgazar el segundo nivel de mandos o fusionar empresas públicas?

-Para mí no ha sido prioritario reducir el aparato político de la Administración. Lo prioritario es que no obedeciera a un reparto de sillones o de intereses, sino a un modelo de desarrollo regional. Hay que tener una estructura mínima para trabajar con eficacia y exigir resultados. El Gobierno estaba correctamente dimensionado y lo he querido mantener. Y en el resto, prácticamente se va a mantener el mismo número de mandos medios. Lo que sí tenemos pendiente es fusionar fundaciones o empresas públicas que tienen objetivos coincidentes o que se solapan o duplican competencias. Se abordará con más calma una vez que hayamos empezado a funcionar.

-El nombramiento del consejero de Ganadería ha provocado revuelo por su pasado laboral y fiscal, denunciado por el PSOE. ¿Conocía estos hechos antes de nombrarle consejero?

-Estamos en momentos complicados para entrar en política y, quizás, seamos los propios políticos los que contribuyamos a ello. Me refiero a la reacción de Pablo Zuloaga, que se apresuró a echarse encima de un consejero con unos ánimos casi inquisitoriales, sorprendentemente el mismo día que el BOC publica la sanción a una directora general suya que tuvo que cesar porque confundió la actividad pública con la privada. Solemos ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.

-¿Pero sabía de antemano esos retrasos de impago de impuestos locales?

-No, no lo sabía. Sí conocía su trayectoria, su capacidad profesional y su experiencia en la gestión, pero no que en algún momento se había retrasado en el pago de un impuesto. Viene del mundo real, es un emprendedor y un autónomo que ha arriesgado y ha invertido en su propia empresa. Y que haya tenido que hacer frente a una dificultad en un pago, creo que no es motivo para avergonzarse ni para estar inhabilitado para el cargo.

-¿Pone la mano en el fuego por todos sus consejeros?

-A estas alturas, yo pongo la mano en el fuego por mí misma. Todos son de mi plena confianza. Todos. Son personas leales a Cantabria, al proyecto y creo que van a ser todos unos grandísimos consejeros, pero hay que pedirles resultados. Estoy segura de que se van a dejar la piel.

-Se ha autoimpuesto un calendario de reducción de listas de espera sanitarias muy exigente. ¿Cómo piensa hacerlo? ¿Es solo cuestión de dinero?

-La situación de las listas de espera es absolutamente escandalosa. Nunca, desde que tenemos competencias, ha habido tanta gente esperando tanto tiempo para todo. La situación es insostenible, pero se puede revertir. La sanidad es una prioridad para este Gobierno y tenemos un objetivo ambicioso: el primer año dejaremos los tiempos en lo que marca la Ley de Garantías, y luego a la mitad a final de legislatura para que nadie espere más de 90 días para una operación. ¿Cuál es la solución? El Plan Integral de reducción de listas de espera. Ya nos encontramos una situación similar a ésta en 2011. Pusimos en marcha un Plan Integral, no medidas coyunturales ni puntuales, sino medidas de alcance estructural y mantenidas en el tiempo, y redujimos las listas a mínimos históricos. Si lo hicimos en 2011 lo podemos volver a hacer.

-¿Será entonces un plan similar al de hace doce años?

-Por supuesto. Pondremos todos los recursos disponibles del sistema sanitario público y de la red de titularidad privada al servicio de ese objetivo.

-Ese plan contempla entonces derivación de operaciones a la sanidad privada.

-Por supuesto. Claro. Eso lo ha habido siempre. Seguramente, ahora existan más derivaciones a la privada que nunca. La prioridad es el servicio público, mientras que la red privada es complementaria, pero hay que tomar medidas para optimizar el rendimiento y la productividad de nuestros recursos. No es una cuestión solo de dinero, pero este plan tiene que ir respaldado con presupuesto. Sin eso no se puede trabajar más. Y es fundamental, también, acabar con los conflictos permanentes con los profesionales. Necesitamos paz social y laboral en Sanidad, por eso el objetivo prioritario es lograr un pacto profesional por la Sanidad pública.

-También hacen falta más médicos. Uno de sus compromisos es levantar un nuevo hospital en Castro Urdiales cuando el de Laredo funciona a medio gas por falta de personal.

-En Castro Urdiales queremos un hospital de alta resolución. No es ninguna ocurrencia ni ningún disparate, se trata de una decisión muy meditada que se asienta en criterios técnicos de planificación sanitaria. El hospital de Castro será un complemento del de Laredo, no viene a debilitarle ni a desmantelarlo, sino a potenciarlo, como en su día fue el Tres Mares de Sierrallana. Evidentemente, es un proyecto de legislatura, no algo inmediato. Habrá que buscar unos suelos idóneos, diseñar el plan funcional y ejecutar una obra de esas dimensiones. Pero yo no he engañado a nadie. El hospital está condicionado a que vayamos mejorando la situación en los recursos humanos. No tiene sentido abrir infraestructuras sanitarias si no tenemos profesionales que los atiendan. Por eso es fundamental el plan de ordenación de recursos humanos. Debemos saber cuántos profesionales tenemos, de qué especialidades, dónde están, cuándo se jubilan...

-¿Maneja algún calendario para la auditoría en el Servicio Cántabro de Salud? ¿Qué espera encontrar en esa investigación?

-Ha sido una de las primeras instrucciones que he dado. El consejero de Salud ya tiene orden de iniciar los trámites para encargar esa auditoría de eficiencia del SCS para conocer su situación económica, organizativa y asistencial. César Pascual ya tiene el encargo y a lo largo de los próximos días pondrá en marcha el procedimiento para encargarla.

-¿Y la de Obras Públicas? ¿También ha dado orden a Roberto Media para que la active? ¿Los resultados serán públicos?

-Efectivamente, ya hemos hablado y el consejero de Fomento pondrá en marcha el procedimiento para iniciar la auditoría de los últimos 20 años en Obras Públicas. Todo pendiente, eso sí, del nombramiento del nuevo interventor general.

-¿Tiene ya decidido quién ocupará ese cargo?

-No. Es una decisión que aún no hemos tomado. Tenemos el perfil, pero está trabajando en ello el consejero de Economía. En cuanto esté nombrado, se iniciará el procedimiento porque será una auditoría que haremos desde la casa, desde los servicios de Intervención. Y, por supuesto, sus conclusiones serán públicas porque pretende ser un ejercicio de transparencia y rendición de cuentas, que permita recuperar la confianza de los ciudadanos en su Administración.

-Ha anunciado una reforma fiscal con una importante bajada de impuestos. ¿Va a entrar en vigor el próximo 1 de enero? ¿Han calculado el ahorro que supondrá para los cántabros?

-Me gusta ser muy seria y rigurosa siempre. Bajaremos impuestos, he sido muy clara: todos los impuestos que pueda y todo lo que pueda. Porque si algo tengo muy claro es que en Cantabria los impuestos no se pueden subir más, estamos en un contexto en el que se pueden bajar. Ahora bien, no puedo cuantificar esa reforma cuando no tengo determinado todavía el alcance, porque no tengo la fotografía de la situación económico-financiera de la región. En cuanto la tenga veremos ese alcance de la reforma fiscal.

-¿Pero llegará a tiempo para 2024?

-Si tenemos capacidad de maniobra, sí, estará para 2024. Ya hicimos una propuesta de reforma fiscal en 2021 para los Presupuestos regionales. En aquel momento, calculamos un impacto de 130 millones de euros. Era una estimación inicial y ahora tenemos que calcularlo de manera más fina, pero el impacto de la reforma será muy inferior al beneficio, porque inyectas los millones ahorrados a la economía productiva de Cantabria y enseguida genera retornos. Y también será mucho menor que el exceso de recaudación del que nos estamos beneficiando por el IVA o el IRPF. Se estimaba una sobrerecaudación en 167 millones.

-Revilla siempre dijo que dimitiría si no tenía los presupuestos aprobados el 1 de enero. ¿Usted asume ese compromiso en el contexto de una minoría en el Parlamento?

-Nuestra obligación es trabajar para tener Presupuesto el 1 de enero. Haremos todo lo necesario, en ese clima de entendimiento, para poder pactar su aprobación. Empezaremos a trabajar en él en septiembre y a hablar con las fuerzas políticas para encontrar puntos de entendimiento. Entiendo que si todo discurre como hasta ahora, será relativamente sencillo.

-¿Entra en sus planes revertir el calendario escolar que puso en marcha el PSOE?

-Lleva siete años aprobado. Hay una regla de oro en la política: la sensatez y el sentido común. El calendario está asumido y asimilado por la sociedad y la comunidad educativa. Ha dejado de ser un problema, por lo que no lo vamos a tocar. Yo no vengo a generar tensiones, ni reabrir cuestiones viejas ni enfrentamientos, sino a solucionar lo que no funciona. El calendario ha llegado a una cierta aceptación. El Consejo Escolar aconseja mantenerlo porque ya se empiezan a apreciar beneficios pedagógicos. Vamos a centrarnos en otras cosas y no reabrir ese melón.

-Ha generado cierta polémica el anuncio de los conciertos en Bachiller, ¿cómo lo va a articular?

-Lo que hay que hacer es explicar bien el alcance de esta medida. Vamos a extender los conciertos a Bachiller solo en aquellos centros en los que ya hay concierto hasta 4º de la ESO. No va a ser una medida generalizada. No queremos romper el equilibrio sano entre lo publico y lo concertado. Pero muchas familias, por razones económicas, tienen que romper la continuidad pedagógica, y queremos solucionarlo.

-Copsesa y Ric Energy acaban de adquirir parte de los terrenos de Sniace para su proyecto de Hidrógeno Verde. ¿Lo avala? ¿Cuál es su plan para el suelo de Sniace?

-El anterior Gobierno se lavó las manos ante el cierre y la liquidación de Sniace, que no se tenía que haber producido. Tampoco se ha hecho nada por mantener la unidad productiva. Estamos en el punto en el que no queríamos estar: la subasta de los suelos. Si conseguimos que los terrenos sigan siendo productivos y traemos inversión privada, como ese proyecto del que me hablan, enmarcado en el sector de las renovables y con las cifras que habían dado de inversión y empleo, pues con toda la prudencia y cautela, si el proyecto es viable, el Gobierno se volcará y lo apoyará.