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No habían dado las nueve de la mañana en el reloj, cuando Daniel Muñoz Tymofyeyeva (Barcelona, 2004) accedió a la web de la Universidad de Cantabria para conocer su calificación en la EBAU. Las pruebas de acceso a la universidad le habían salido bien, pero ... no se esperaba un resultado tan formidable: este alumno del Colegio Castroverde de Santander (concertado) ha logrado la mejor nota de Cantabria, 9,976 puntos que le acercan un poco más a su sueño académico: estudiar ingeniería aerospacial. «He trabajado duro durante el año y estoy contento porque, en cierto modo, me he visto recompensado», revela agradecido por las felicitaciones recibidas.
Daniel encabeza el ranking de los mejores expedientes de la EBAU 2022 seguido de cuatro alumnas con notas que distan apenas milésimas: Lidia del Río Araújo, del IESJosé del Campo (Ampuero), que ha logrado 9,973 puntos; Clara Ruiz Solana, del IES Valentín Turienzo (Colindres), con 9,970;Marina Llata Vara, estudiante del Colegio Esclavas (Santander), con 9,950, y María Ortubia Cofiño, del IES La Albericia de la capital cántabra, con 9,935. Luego de cumplirse los plazos para la revisión de exámenes, se pondrá fin a la convocatoria ordinaria de la EBAU de este año.
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Daniel ha chequeado ya los procesos de preinscripción de universidades en Madrid y Barcelona y ya ha superado un complejo proceso de selección en el centro universitario de Delft (Holanda). Su nota en la EBAU –a la que puede sumar hasta cuatro puntos de los exámenes de la fase voluntaria– es una de las cosas que le permitirán elegir centro y mudarse a otra ciudad. «Quiero estudiar ingeniería aerospacial, es lo que me ha gustado siempre. Lo tenía decidido desde hace tiempo», confiesa. ¿Por qué? Entusiasta de los aviones, el espacio y las aplicaciones aerospaciales, la decisión de Daniel parecía clara. Además, explica, es un campo de estudio joven, apenas con un siglo de existencia, así que la «proyección de futuro» es enorme.
Bachillerato ha sido una etapa decisiva. Con un poco de «orden y disciplina», Daniel ha logrado llevar sus estudios «al día». «Me esforcé porque realmente me gusta», dice con sencillez. Aunque le interesan la historia o la filosofía, es en las ciencias –en las matemáticas, la física o el dibujo técnico– donde encuentra grandes alicientes. «Me gustan. Y me gusta alcanzar metas», incide.
De hecho, su contacto con la ciencia ha sido prolongado gracias a su padre, Luis, ingeniero de Telecomunicaciones. Y todo su interés en el campo de las humanidades es gracias a su madre, Dina. A ellos, a todo su entorno, les agradece Daniel el hecho de haberse podido concentrar en el estudio y de apreciar el conocimiento. «He recibido el apoyo incondicional de mi familia. Les agradezco su apoyo continuo». Su familia también estimuló su interés por la música. Graduado en Piano por el Conservatorio Ataúlfo Argenta, esta carrera ha reforzado su perseverancia «porque requiere una capacidad importante de organización, trabajo y sacrificio». También demanda pasión. «Lo más importante es que te guste lo que hagas», declara.
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