El debate de las muecas y los gestos
Cara a cara. ·
Los seis candidatos hablaron más de pasado que de futuro y no pudieron disimular muchos aspavientosSecciones
Servicios
Destacamos
Cara a cara. ·
Los seis candidatos hablaron más de pasado que de futuro y no pudieron disimular muchos aspavientosMientras Revilla desenvolvía uno de los caramelos de menta que siempre lleva encima, una mujer se acercó para saludarle. El candidato del PRC parecía no conocerla, pero después cayó en quién era: la exdiputada de Podemos Verónica Ordóñez, oposición dura, pero también colaboradora puntual de ... su Gobierno en el Parlamento durante la legislatura 2015-2019. Se dieron un abrazo ante la mirada de Félix Álvarez, gran amante del chocolate y que, en ese momento, buscaba endulzar el café para recargar pilas antes de subir al ring con el resto de candidatos. Con una corbata verde esmeralda que compró en Torrelavega, en la misma tienda en la que consiguió en 2019 la que tanta suerte le dio en las urnas, el candidato de Ciudadanos repasó su intervención final dando un paseo y alejado del ruido, como tantas veces habrá repetido en las bambalinas de los teatros antes de salir al escenario.
El debate se convirtió muy rápido en el de los gestos y las muecas, en el de las miradas de sorpresa entrenadas y en el de las miradas furtivas entre pupitres, como esos colegiales que intentan copiar el examen del de al lado.
Noticias Relacionadas
Ninguno de los seis candidatos disimuló aspavientos. No lo hizo Leticia Díaz, negando con la cabeza cuando Pablo Zuloaga se vanaglorió de que Cantabria fue la región donde más vidas se salvaron durante el covid. Tampoco Mónica Rodero asintiendo lo que decía Félix Álvarez sobre el AVE. Ni Revilla cuando María José Sáenz de Buruaga habló de 'revillismo' y no del PRC. Ni, de nuevo, Mónica Rodero asintiendo lo que decía Pablo Zuloaga. También torció el gesto el candidato de Ciudadanos cuando el del PSOE dijo que siempre había dado la cara esta legislatura. Ni tampoco disimuló otra vez Rodero asintiendo con la cabeza las palabras de Revilla.
Con más referencias al pasado que propuestas de futuro, y antes de que empezasen a lanzarse a la cara cifras de deuda y números de desempleo, Félix Álvarez mostró a las cámaras la famosa 'revilleta' que trasladó el debate a aquellos inicios de la pandemia del covid, en el año 2020. «Esto fue un ejemplo del oportunismo, el marketing y la inutilidad», criticó.
A los candidatos les costó entrar en calor, pero esa frialdad inicial solo fue un espejismo. Los dos socios de Gobierno se pusieron de acuerdo involuntariamente para calentar los ánimos con dos titulares. Zuloaga, por su lado: «Yo estoy aquí para parar a la derecha». Y Revilla, por el suyo: «No somos depredadores fiscales». A partir de ahí, saltaron los mordiscos al cuello.
Como no podía ser de otro modo, Buruaga no quiso marcharse del debate sin amenazar con aquello del 'gobierno Frankenstein'. Es decir, o gobierna el PP o un entente PRC-PSOE-Podemos que, malintencionadamente, la derecha identifica con el monstruo literario de Mary Shelley. «¿Me lo ha llamado a mí? ¿No? Pues entonces se lo ha llamado a la candidata de Podemos», le respondió ofendido Revilla, que tampoco entendió, por la expresión de su cara, la broma que le lanzó Félix Álvarez: «Usted, en todo caso, el pequeño Frankenstein». Revilla no ha visto la película.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.