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Podemos Cantabria ya tiene el líder que buscaba. Luis del Piñal (Santander, 1991). Y nueva denominación para él. La de coordinador autonómico. Con ese cambio ... de identidad en la jefatura regional del partido, que afecta a toda su estructura, la organización morada finaliza el largo proceso de recomposición de una formación que se autodestruyó hace más de un año durante una guerra descarnada que acabó con sus principales dirigentes enfilando los juzgados y con el partido enfriando a la sombra de una gestora impulsada desde Madrid.
–¿Ya están las heridas cerradas?
–Sí, absolutamente.
–Entonces ¿parten de cero?
–No, no. De cero no. Para nada. Podemos tiene una estructura fuerte que se ha estado reforzando durante los últimos meses. Llevamos ya casi un año trabajando en el replanteo del proyecto y de la propia organización con el fin de adaptarnos a la realidad de Cantabria.
–¿Ese es el reto primero?
–El partido está casi ya a punto, pero sí, lo primero que tenemos que hacer es fortalecernos porque para Cantabria es muy importante que exista un partido que haga de contrapeso a las políticas que desarrollan los partidos tradicionales.
–¿Hasta qué punto piensa usted que las luchas intestinas perjudicaron, perjudican y perjudicarán a la marca?
–La perjudicaron en el pasado. Pero no creo que lo haga ahora o que lo vaya a hacer en el futuro porque, por primera vez desde que existe este partido político, hemos sido capaces de sacar una lista de consenso.
–Eso tiene su mérito.
–A mí me parece que lo tiene, sí. Si miramos alrededor vemos que el resto de partidos se encuentran en una situación interna mucho peor que la nuestra.
–¿Cómo vivió personalmente aquella descomposición?
–Fue bastante decepcionante. Decepcionamos a mucha gente, pero eso forma parte del pasado. Ahora estamos centrados en realizar un trabajo ejemplarizante en el que no exista nada que pueda opacar la labor política de Podemos Cantabria.
–En el proceso de su proclamación participó un 32,5% de los afiliados con derecho a voto.
–Así es, sí.
–¿Diría que ese dato es reflejo de su decepción?
–No, no. Yo no hago esa lectura. Hay que tener en cuenta que en todos los procesos electorales en los que solo se presenta una lista la participación tiende a la baja. Para mí ha sido buena considerando, como le digo, que el proceso no tenía ninguna emoción. No había rivalidad.
–¿Qué va a aportar a la recuperación del partido?
–Sobre todo ganas y unidad. Si tienes un partido que funciona como una máquina en la que todos tienen un mismo objetivo, en la que el debate es horizontal, sin que nadie sea más que nadie, tienes un engranaje a mi manera de ver imparable.
–Entiendo.
–Queremos hacer una buena labor política, que sea constructiva, que creo que es importante, y que derive en propuestas buenas y realistas para llegar al objetivo marcado a medio plazo: formar parte del próximo Gobierno de Cantabria.
–Tiene tres años por delante.
–No queremos perder tiempo. Vamos a presentar el 'Plan de futuro para la Cantabria poscovid' que entregaremos directamente al Gobierno regional y que incluye cerca de 400 propuestas para que a corto, medio y largo plazo nuestra comunidad autónoma pueda salir de esta crisis mucho más fuerte de lo que estaba antes de sobrevenir la pandemia. Porque no debemos olvidar que la situación ya no era buena antes de la crisis.
–¿Hacia donde está mirando?
–Pues mire. Estamos ante una oportunidad histórica de poder cambiar el modelo productivo de nuestra comunidad autónoma. Cantabria ha hecho una apuesta por la construcción y el turismo y ahora que vienen mal dadas nos damos cuenta de que esa apuesta ha sido demasiado arriesgada. Su salida de esta crisis no puede pasar por eso dos segmentos. La recuperación tiene que pasar por una reindustrialización sostenible, que al final es lo que genera empleo y riqueza.
–¿Qué valoración hace de la gestión nacional y autonómica de la crisis del covid-19?
–Está claro que ningún país estaba preparado para una cosa así. A nivel nacional creo que las cosas se han hecho bastante bien. O lo mejor que se podían hacer. A nivel autonómico debo reconocer que se ha hecho una gestión responsable y bastante buena que, quizá, se ha visto empañada en el último momento.
–¿A qué momento se refiere?
–Al momento en el que el presidente de Cantabria llamó a romper los consejos de los expertos. No entiendo por qué el mismo día que el señor Simón pedía que no se hicieran desplazamientos a otras comunidades autónomas, el señor Revilla montaba el circo con el señor Urkullu invitando a la gente a desplazarse entre ambas comunidades autónomas. Creo que, ahí, han sido un poco irresponsables.
–¿Qué le sugiere a usted el gobierno PRC-PSOE?
–La del PRC y el PSOE es para mí una relación un tanto extraña que se ha venido manteniendo a flote con el paso de los años únicamente por intereses políticos. No voy a meterme en sus estrategias, porque no me incumbe, pero creo que si a estas alturas no se ha producido una ruptura es porque sus intereses suman. A mí no me cabe ninguna duda de que si se repitieran las elecciones regionales el PRC pactaría con quien fuera, con el PP, con Vox o con el PSOE nuevamente porque no tiene ningún tipo de ideología social. Nunca le ha interesado nada de eso.
–¿Veremos a Podemos en el Parlamento a la vuelta de tres años?
–Lo veremos en el Parlamento y, si los números dan para una coalición progresista, lo veremos en el Gobierno de Cantabria.
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