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Apenas dos días después del macrobotellón en la Playa de Ris, que finalizó con violencia, altercados y 18 detenidos, ha tenido lugar la reunión entre la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, y el alcalde de Noja, Miguel Ángel Ruiz Lavín. Ha sido esta mañana, ... a primera hora, en Santader. Sobre la mesa, un único punto del día: la necesidad de buscar una solución conjunta al fenómeno del botellón, con el que Noja convive desde hace tiempo. Al encuentro también han acudido la consejera de Presidencia Paula Fernández, y el teniente coronel de la Guardia Civil Juan Martínez Ros.
«Nos hemos puesto de acuerdo para incrementar las labores de prevención», ha indicado Quiñones al término de la reunión. «También nos hemos comprometido a incrementar la plantilla permanente en el pueblo», avanzó la delegada del Gobierno, para así mejorar la seguridad ciudadana en la villa y en su área de influencia más próxima. Las medidas se implementarán de cara al verano, pero el compromiso de la Delegación es atender las necesidades de Noja en periodos vacacionales en los que la población del municipio se incrementa.
El teniente coronel de la zona va a realizar ahora un estudio, en colaboración con la Capitanía de la Guardia Civil, para analizar necesidades y cuantificar ese refuerzo. «Lo anunciaremos en los próximos días», ha indicado Quiñones. «Hay un compromiso firme con el municipio de Noja para que lo que ocurrió este fin de semana no vuelva a suceder», ha señalado la delegada, para quien los sucesos ocurridos en la madrugada del sábado al domingo en la Playa de Ris trascienden el mero botellón.
En cuanto las labores de prevención, se encaminarán a que la ciudadanía «entienda que allí no se puede hacer botellón». Más controles permanentes y mayor presencia de las fuerzas y cuerpos de seguridad con los que Quiñones espera que el problema «mejore».
Otra de las novedades es que, más allá de la Junta de seguridad que cada año se convoca en junio, «en septiembre nos volveremos a reunir» para recapitular y analizar la evolución del verano.
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El alcalde de Noja, Miguel Ángel Ruiz, ha salido de la reunión satisfecho tras ese compromiso de «plantear un seguimiento más continuo de las circunstancias que rodean a esa desproporción de población que tiene el municipio de Noja, y de adecuar esas necesidades de seguridad ciudadana y orden público al día a día, a la realidad». Eso se va a traducir en mayor presencia policial en carretera, en más controles, y en el refuerzo de efectivos «en la calle durante los meses más complicados de desproporción de población».
«Es algo que llevamos mucho tiempo y muchos años reiterando. Siendo consciente de las limitaciones de efectivos de la Guardia Civil, nosotros tenemos que pedir todo lo que está en nuestra mano», ha dicho el alcalde.
a casi veintena de detenidos en la madrugada del domingo por desobedecer, increpar y actuar de forma violenta contra los agentes de la Guardia Civil que intentaban disolver el macrobotellón en Noja está en libertad con cargos, según han confirmado a Europa Press fuentes de la Delegación.
Tras su detención en la madugada del domingo, estos jóvenes -que tienen entre 16 y 22 años, según explicó ayer la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones- pasaron ayer, lunes, a disposición judicial para comparecer ante el juez.
Y lo hicieron en los Juzgados de Santoña (Noja pertenece al partido judicial de Santoña), a donde los detenidos llegaron en un gran furgón policial.
En total, fueron 18 los detenidos y, entre ellos, hay un porcentaje «muy elevado» procedentes del País Vasco y algunos menores de edad, detalló ayer Quiñones.
Están acusados de desórdenes públicos y atentado contra agentes de la autoridad (en los incidentes, varios agentes sufrieron contusiones y uno resultó herido con un corte en un ojo).
Los hechos ocurrieron a altas horas de la madrugada del domingo, cuando la Guardia Civil recibió el aviso de los sucesos de Noja cuando estaban disolviendo otro botellón en la playa de Berria, en Santoña.
Al llegar al macrobotellón de Noja, en el que según la Guardia Civil había al menos unas 600 personas, algunos de los participantes recibieron a los agentes «con gritos y lanzándoles todo tipo de objetos», indicó Quiñones.
La Guardia Civil explicó que incluso algunas personas intentaron cortar la carretera de acceso a la playa con contenedores de basura.
En los incidentes, diversos agentes sufrieron contusiones y uno de ellos fue herido con un corte en un ojo provocado por el lanzamiento de un vaso de vidrio.
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