Secciones
Servicios
Destacamos
«El 100% de los efectivos de la Policía Nacional y la Guardia Civil van a estar en la calle para garantizar la seguridad», señaló ayer Ainoa Quiñones, delegada del Gobierno en Cantabria. Un dispositivo especial para «garantizar la seguridad» y evitar aglomeraciones ... tras el fin del toque de queda y la convocatoria de los primeros macrobotellones en algunos municipios «para celebrar la libertad», tal y como rezan las citas. La medida afectaba a 38 municipios, muchos de ellos turísticos y allí es donde los agentes multiplicarán su presencia con el objetivo de que la noche no se descontrole dado que, desde esta pasada medianoche, ya no hay ninguna restricción a la movilidad en Cantabria. No obstante, además de sacar a la calle a todos los efectivos, Quiñones apeló una vez más a la «responsabilidad individual» de la población porque «no puede haber un agente detrás de cada ciudadano».
Cada vez que han entrado en vigor los toques de queda, la función de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad ha sido conseguir que se cumpla. Pero cuando la medida llega a su fin, los esfuerzos se centran en asegurar que la situación no se descontrola. Más allá de solicitar la colaboración de la Policía Nacional, en los municipios en los que sea posible, también reforzarán la vigilancia con efectivos de la Policía Local, por ejemplo en Santander. El objetivo es controlar los botellones que se puedan originar durante la noche. En todo caso la alcaldesa, Gema Igual, hizo un llamamiento a la «prudencia» y recordó que algunos bares estarán abiertos hasta las tres de la madrugada, pero, pasada esa hora, la gente podrá seguir en la calle.
Noticias Relacionadas
Y el mismo mensaje han lanzado el resto de ayuntamientos afectados que han recibido con inquietud la finalización de la medida. La preocupación es que se multipliquen los botellones entre los más jóvenes que, además, aprovechan las redes sociales para organizar esas quedadas multitudinarias. La primera, en Somo, «para celebrar el fin del toque de queda y la libertad», según reza la convocatoria. El alcalde de Ribamontán al Mar, Francisco Manuel Asón, mostró ayer su «miedo» a lo que pudiera ocurrir próximamente. «¿Qué haces si no tienes gente para controlar la situación?», se preguntaba. El municipio suele ser escenario de botellones y, sin toque de queda, puede volver a ocurrir. La mayoría de ediles ve con buenos ojos el fin del toque de queda porque siempre es una buena noticia relajar las restricciones, pero ninguno disimula la preocupación. Las claves para no convertir esta mejora en un aumento de contagios son: prudencia, responsabilidad y cumplimiento de las medidas sanitarias.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.