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Siete casos en Santander, cuatro en Torrelavega, uno en Castro Urdiales, otro en Camargo... Así hasta llegar a la cifra de 24 delitos contra la libertad e identidad sexual que se produjeron en el primer trimestre del año en Cantabria, uno de ellos ... por agresión con penetración. Los datos de criminalidad que ayer hizo públicos el Ministerio del Interior reflejan que entre enero y marzo de 2018 el número de episodios de este tipo conocidos en la comunidad autónoma por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado creció un 26,3% y a la vez confirman que continúa la tendencia que se viene apreciando a lo largo de los últimos meses. La escalada es el reflejo de la que también se aprecia a nivel nacional, donde el repunte es prácticamente idéntico, del 28,4%. «Hay que decir que casi todos están esclarecidos», apunta el delegado del Gobierno, Samuel Ruiz, quien también apunta que casi siempre los delincuentes son personas del entorno de la víctima, lo que «simplifica la investigación». Dicho de otra forma, que en Cantabria «no hay violadores anónimos en las calles».
Pero la estadística deja también algunas buenas noticias. Por ejemplo, la caída general en el número de infracciones penales, que se quedó en 4.028, lo que supone una disminución de casi el 1,9%. Se debe a que fueron menos comunes algunos delitos como los de lesiones o riñas tumultuarias o las sustracciones de vehículos. «El descenso es positivo, pero hay tipologías delictivas que han crecido y por eso los esfuerzos irán dirigidos a minimizarlas», subraya Ruiz.
Ocurre así con los robos en viviendas, uno de los apartados que más preocupa a los ciudadanos y que regresa a los números rojos después de cuatro trimestres consecutivos de sucesivos descensos. La Guardia Civil y Policía Nacional han detenido desde el comienzo de año a al menos una decena de individuos o grupos organizados dedicados a colarse en hogares con intenciones poco honestas. El último esta semana en Castro Urdiales, pero el problema persiste. En este tiempo se han contabilizado 291 casos (+36%) y en Torrelavega ha habido más del doble que en el mismo periodo de 2017. Delegación del Gobierno pide máxima colaboración de los ciudadanos ante cualquier sospecha y puntualiza que una parte importante de ellos no sucede propiamente en el hogar, sino en garajes, trasteros o inmuebles anexos.
Por municipios, uno de los mayores incrementos en el número de delitos se experimentó en la capital. Uno de cada tres hechos (1.513 episodios, un 3,6% más) de todos los detectados ocurrió en Santander. En Torrelavega, los 'malos' se las apañaron para clavar el dato (406) de 2017 y en Camargo (284) apenas se produjeron cambios. En cambio, los vecinos de Castro Urdiales sí que tuvieron que pasar más veces por el cuartel para presentar una denuncia. Allí hubo 263 delitos, una cifra un 5,6% superior a la de los tres primeros meses del año anterior.
Hasta el 30% crecieron los delitos de tráfico de drogas, un asunto que muy posiblemente traerá problemas a los dos jóvenes colombianos de 20 y 21 años detenidos ayer en Reinosa por la Guardia Civil. Fueron interceptados cuando, presuntamente, se dirigían al instituto Montes Claros para vender marihuana -se hallaron 39 envoltorios con esta sustancia- durante el recreo.
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