Cantabria prevé eliminar hasta 40 lobos si el Congreso deroga la protección de la especie

Asegurado porque así se lo impondrá al Gobierno de coalición la mayoría absoluta del Pleno, y muy celebrado en Castilla y León, Asturias, Galicia y Cantabria, el cambio normativo se producirá tras tres años y medio de repetidos intentos, todos fallidos, de estas cuatro comunidades por sacar al lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, el Lespre, un refugio legal en el que el Ministerio introdujo a esta especie y del que PP, Vox, PNV y UPN –que quizá cuenten también con el apoyo de Junts en la votación– lo van a sacar mediante una triquiñuela. Una triquiñuela porque no será directamente sino con un puñado de enmiendas introducidas en el Senado por populares y nacionalistas a la ley contra el desperdicio alimentario lo que derogue la orden ministerial y saque al lobo de ahí al norte del Duero.

El PP justifica la introducción de las suyas en una ley no específica con el hecho de que los 14.000 animales (terneras, vacas, potros y ovejas) que asegura que mueren cada año en ataques provocados por los lobos en España, además de causar pérdidas multimillonarias en las cabañas ganaderas, destruyen cerca de 4.000 toneladas de carne, lo que, entienden los populares, «genera un considerable desperdicio alimentario estructural».

Sea por el conducto que fuere, con triquiñuela o sin triquiñuela, la derogación de la orden que prohibía la caza del lobo ibérico, y que tantos dolores de cabeza ha levantado a los gobiernos autonómicos del norte peninsular en los últimos tres años y medio, será un hecho este mismo jueves, un día para la celebración en Cantabria. Y en Castilla y León. Y en Asturias. Y en Galicia...

«Recibimos la noticia con muchísima ilusión», confesaba ayer la consejera de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación, María Jesús Susinos, con las lógicas reservas de quien desconfía de lo que pueda acontecer en una votación en el Congreso. «No quiero vender la piel del oso antes de cazarlo», dijo la consejera, que después de corregirse –«la del lobo, habría que decir»– reconoció que ella todavía se plantea dos escenarios posibles. «Que la votación salga adelante... y que no».

Subida en el segundo, que parece poco probable, la verdad, «continuaremos caminando por la vía por la que lo estábamos haciendo hasta ahora para conseguir que el Ministerio nos informe acerca de las dos extracciones concretas que hemos solicitado», precisó Susinos, que prefiere usar el término «extraer» y no los verbos «cazar» y «matar» seguramente por su dureza. «Y, al tiempo, seguiremos solicitando otras en función de los daños certificados», añadió la responsable máxima en Ganadería, que apunta el rifle a Campoo, donde los ataques de los lobos se vienen repitiendo.

Pero encaramada en el primero, el que devolvería a Cantabria la potestad sobre esta especie, «entonces nos ceñiremos a las directrices que nos marca nuestro Plan de Gestión del Lobo, que nos permitiría llevar a cabo la extracción del 20% del censo». 40 ejemplares, calculó Susinos, que piensa que en la región habrá hoy cerca de 200.

Según subrayó la consejera, los técnicos de su departamento están acelerando los trabajos que vienen llevando a cabo desde que se planteó la posibilidad de que la orden sea derogada sobre el borrador de un plan en el que se concreta cuántas extracciones van a ser necesarias y en qué puntos de la región se van a llevar cabo.

«¿Cuándo? Cuanto antes, porque la situación ya es crítica», reconoció la consejera, que advirtió de que la inminente entrada de la primavera va a conllevar «muchos ataques de lobos» que ella quiere evitar a toda costa. «¿Y quiénes? Nuestros agentes del medio natural», aclaró Susinos, que descartó que en esta operación vayan a participar cuadrillas de cazadores de la región «porque cuando estas extracciones se lleven a cabo estaremos fuera de la temporada de caza y, por lo tanto, no habrá batidas de jabalíes».

Muy pendiente del Congreso, donde mañana se va a producir un giro copernicano en la difícil relación del hombre y el lobo, Susinos, no ocultó su alegría porque, en lo tocante a este asunto, «vamos a ver, por fin, la luz al final del túnel».

Coincidía con ella el diputado popular Félix de las Cuevas, que cree que la salida del lobo del Lespre es «una muy buena noticia para Cantabria y para el sector primario de nuestra región» y, a la vez, «otra promesa electoral que cumple el PP». Él y Javier Noriega participarán en esa votación trascendental, en la que, como ellos, también dirá 'sí' a la iniciativa el diputado de Vox Emilio del Valle, «satisfecho porque este es el resultado de un estupendo trabajo conjunto de los parlamentarios de las comunidades afectadas». Lo que vayan a votar los diputados socialistas se desconoce porque el diputado Pedro Casares, que siempre ha defendido en Madrid todo lo contrario que sus propios compañeros en Santander, esto es, mantener al lobo en el Lespre, ignoró ayer la invitación de este periódico a pronunciarse al respecto.

Sí hablaron de ello, en cambio, Luis Pérez Portilla (UGAM-COAG), muy feliz por el inminente final de lo que él entiende que ha sido «una decisión política y caprichosa de sobreproteger al lobo que está haciendo muchísimo daño a los ganaderos», y Floren Enríquez (Ecologistas en Acción), defraudado, en su caso, porque «si bien el censo nos dice que la situación del lobo ha mejorado, ello no implica, ni mucho menos, que tengamos que regresar a la situación anterior».