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Quizá algunos perdieron la cuenta hace semanas y solo tachan en el calendario cada día que pasa, uno más de cuarentena es uno menos hacia la normalidad que cambió por completo el 14 de marzo. Entonces las videollamadas sustituyeron a las quedadas en los bares y las comidas en casa. Durante estas ocho semanas ha engordado la lista de celebraciones pendientes, de saludos desde las terrazas y de abrazos con nombre y apellido. Y, aunque todavía no es momento de repartirlos porque la distancia social seguirá marcando el contacto, al menos ahora –con la entrada de Cantabria en la fase uno de la 'desescalada'– se abre una posibilidad: la de reunirse con un máximo de diez personas.
Algunos no piensan perder la oportunidad. «Nosotros ya hablábamos de que, en cuanto nos dejaran, teníamos que juntarnos y hacer una cena». Lo cuenta feliz Rocío Ruiz, una joven de 26 años que, después de dos meses sin verse, mañana se juntará de nuevo con su grupo de amigos de toda la vida (todos son de Santander). Tienen ganas, muchas. Volverán a organizar una de sus típicas reuniones con partidas de videojuegos y en las que no fallan los juegos de mesa, «esos en los que te divides en equipos y casi terminas picándote», comenta entre risas. A estas alturas hasta eso se extraña porque, «al fin y al cabo, lo que más hemos echado de menos es el contacto», dice María Carreras, otra amiga. Saben de sobra que, de momento, ese encuentro no irá más allá de estar en la misma casa y echarse unas risas juntos, pero no importa. Vale con eso. Porque del plan «lo que más nos apetece es el reencuentro, aunque sea sin abrazos», admite Zape. Sí, otro colega. Lo tienen todo hablado, también lo de las distancias. «Eso será lo más complicado, pero lo importante es respetarlas y tener cuidado», resume Rocío Ruiz.
En total serán diez personas, el límite. Y alguna mascota. Eso sí, quedarán por la tarde, durante la mañana les tocará trabajar. Todavía no tienen claro el lugar, «iremos a la casa más grande, donde nos sea más fácil mantener la distancia», continúa Rocío. Aunque el sitio es lo de menos. Lo importante es volver a verse, «echarnos unas risas, cambiar de tema de conversación porque siempre terminamos hablando de lo mismo» y desconectar un rato. Como si esa normalidad de hace dos meses no se hubiera desvanecido nunca. Durante el confinamiento «nos hemos echado de menos un montón», reconoce Rocío. Y eso a pesar de que se han «juntado» más veces que antes, reconoce. O, al menos, a cada conversación telemática se sumaban casi todos los amigos. Hay quien admite que estar separados durante esta crisis sanitaria les ha unido más que nunca.
Si poder reunirse es ya de por sí un motivo de ilusión, su cena cuenta con más alicientes. «Tenemos una celebración de 30 cumpleaños pendiente desde abril». Fiesta hubo, pero por videollamada y regalos también, «le enviamos a casa por sorpresa un álbum de fotos hecho por amigos y familia con frases y mensajes», ahora podrán volver a brindar, esta vez en persona.
Además, en el grupo, también hay «enfermeras» y «personas que trabajan en servicios esenciales» y han estado en primera línea durante todo el estado de alarma. «Saben que les hemos apoyado y ahora será una forma de poder repetírselo», explica María. Ella dice que está «segura» de que este reencuentro «va a ser muy emocionante». Y a quienes han estado al pie del cañón, también les servirá para aparcar la tensión, los nervios... «Romper con la rutina» de estas semanas y compartir cómo están, aunque ya lo saben. Su amiga enfermera les ha ido narrando cómo vivía la situación. «Nos contaba lo de la falta de material de protección y lo que iba pasando, un poco lo que salía en las noticias».
Por supuesto, la preocupación de contagiarse sigue ahí. Sobre todo por los familiares. «Pero con responsabilidad se puede hacer todo», matiza Rocío Ruiz. Ella vive con su pareja y también aprovechará para ver a sus padres. Pero una parte del grupo ya convive con ellos, por eso la primera opción fue juntarse con amigos. Reconocen que estaban deseando pasar a la fase uno y que mantienen la incertidumbre de si habrá un repunte «y nos tendremos que volver a quedar en casa»
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