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Miranda, la única hija de Anya Torralbo y Gonzalo López, empieza 3º curso de Educación Infantil en el Colegio Salesianos, en Santander, un centro concertado. Sus padres la han equipado con dos babis (25 euros cada uno), un gasto al que hay que añadir el ... de recursos y materiales del aula (60 euros), los libros (de Inglés y Religión, unos 60 euros), la cuota del AMPA (34 euros) y unos servicios complementarios que incluyen una enfermera privada en el centro (105 euros). Aparte están las actividades extraescolares: las clases de Inglés en una academia privada (74 euros de matrícula, 82 de material, 37 por el mes de septiembre y 222 cada trimestre), y las de natación, los sábados por la mañana (93 euros). Este año, además, probará con el ballet, que le encanta. Como se puede comprobar, una educación tan esmerada sale por un pico.
«Estuvimos mirando bastantes colegios, y nos decidimos por este porque nos parecía el más completo», cuenta Anya Torralbo. «Nos parece muy interesante que la enseñanza no se base tanto en libros y se articule por proyectos; además, las instalaciones del centro están bastante bien, y también nos gusta que sea un colegio muy inclusivo: hay niños con necesidades especiales y entre todos los demás los cuidan. Ellos lo normalizan todo».
La madre de Miranda considera razonable la inversión que requiere el inicio de curso. «Los babis son solidarios, y se encargan en la Cocina Económica, una institución con la que el colegio colabora; hemos encargado dos. El gasto en libros es muy reducido en Infantil, porque solo tienen dos. El resto de la actividad se canaliza a través de proyectos en los que trabajan a lo largo del curso, trabajando con los materiales que aporta el aula y que están incluidos en esos 60 euros que pagamos. Salesianos es el único colegio que tiene una enfermera privada, y también tiene un logopeda: mi hija no lo necesita, pero cuando hay algún niño que requiere una atención más especial, la recibe».
La familia también está contenta con el horario de clases, que les encaja con sus ocupaciones: es de nueve menos cuarto a dos menos cuarto, en jornada continua. «Por eso también nos decidimos por este centro».
De todas formas, lo que más les convence es el buen ánimo con que Miranda asiste a clase. «A mí me da más pena que a ella el comienzo del curso. Ella está encantada de volver al colegio y estar con tantos niños, y a mí, en cambio, me da mucha pena, porque cuando la tienes en casa puedes disfrutar mucho más de ella».
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