![La Guardia Civil: «No hay ningún indicio que conduzca a otra persona»](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2025/02/11/juicio%20liano_8%20(2)-k1gB-U230826069680C1-1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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Desde su primera declaración ante la Guardia Civil, José Reñones ha descartado su implicación en los asesinatos de su pareja, Eva Jaular (40 años) y su hija de once meses. De hecho, cuando aún no se habían hallado los cadáveres de ambas, ese 17 ... de diciembre de 2021, el principal y único sospechoso negó a la madre y abuela de las dos víctimas conocer su paradero. Su defensa siempre ha sido insinuar la participación de una tercera persona en el doble crimen. Y, a la espera de escuchar su relato el próximo lunes, 17 de febrero, hoy, en la sexta sesión del juicio con tribunal del jurado que se celebra en la Audiencia Provincial, su abogado mantiene esa tesis, buscando algún resquicio en una investigación con numerosos indicios que acorralan a Reñones.
Por si algún miembro del jurado tuviera alguna pequeña duda, el instructor del atestado ampliatorio de la Guardia Civil quiso dejar claro este martes que «no hay ningún indicio que conduzca a una tercera persona». Es más, los primeros indicios y testimonios de familiares y vecinos de las víctimas ya apuntaban al sospechoso. Sin embargo, el responsable último de la investigación, que declaró hoy como testigo, ha negado – como sostiene y reprochó la defensa en la primera sesión del juicio– que las pesquisas se enfocaran en un sospechoso desde el inicio de la investigación. «La investigación no se centró en una sola persona desde el primer momento», zanjó, para defender así la labor realizada, destacando que la víctima «no tenía enfrentamientos ni amenazas de nadie más».
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Entre los numerosos indicios recopilados por los investigadores, este guardia civil se refirió a uno que hoy en día permite esclarecer numerosos procedimientos penales. Se trata del análisis realizado sobre los teléfonos móviles de la víctima y del procesado, de la misma marca y modelo. La conclusión a la que llegaron los expertos que analizaron los dispositivos, tanto por la geolocalización y temperaturas, es que ambos estuvieron en la vivienda en cuestión «toda la noche» (hacía entre 1 y 4 grados en el exterior y 20 en el interior).
Esto contrasta con la versión mantenida por el sospechoso, que declarará el próximo lunes pero que hasta ahora ha negado los hechos. «Me dirigí a una fuente próxima a la casa, donde me crucé con una vecina, y regresé sobre mis pasos, pasando delante de la vivienda de Eva, pero sin llegar a entrar. A continuación, fui hacia la gasolinera de Villaescusa para, después, coger la senda verde que va a El Astillero. A la altura de Mercadona me senté en una mesa donde tomé tres o cuatro cervezas y estuve paseando por la zona hasta que se hizo de noche». Según su declaración ante la Guardia Civil (días después de los hechos), permaneció allí hasta las nueve de la mañana del día siguiente, 17 de diciembre.
Sin embargo, para los responsables de la investigación de estos hechos, el posicionamiento de su terminal y la conexión a antenas de telefonía de la zona se constata además con diferentes testigos, como las vecinas del barrio que le vieron regresar y acceder al domicilio. Y, además, el comportamiento de su dispositivo es «compatible» con el desplazamiento desde esa dirección al cuartel a la mañana siguiente del crimen, cuando debía personarse por mandato del sargento que intervino por el quebrantamiento de la orden de alejamiento. Un itinerario que atestiguan además cámaras de la superficie comercial a la que entró durante este trayecto.
Los agentes de la Guardia Civil creen que tras la muerte de Eva –datada entre las 17.00 y las 21.00 horas del 16 de diciembre, aunque la agresión se sitúa entre las 17.30 y las 17.44 horas– José Reñones usó el dispositivo de ella: sus allegados afirmaron que él conocía el patrón de desbloqueo del mismo y, además, los expertos apreciaron un «cambio total» en la forma de escribir mensajes y en el tono de los mismos también.
Ayer, primera sesión
Abel Verano
Abel Verano
Por un lado, han constatado que ella utilizaba la 'q' como abreviatura de 'que' y 'xq' para expresar 'porque', en tanto que él redactaba ambas palabras de forma completa, tal y como figuraban en distintos WhatsApps enviados esa noche desde el móvil de la víctima. Y por otro, en los dirigidos a un hombre con el que ella había quedado en verse ese día (y que declarará este miércoles), se aprecia «de repente un tono cortante», en contraste con el tono «alegre» previo de los audios de la mujer a ese varón.
El instructor del atestado ampliatorio también se refirió a preguntas de las partes a la batería del teléfono del sospechoso. La última carga, al 100%, se produjo la madrugada anterior a los hechos y al día siguiente, el 17 de diciembre, cuando fue a comisaría estaba al 75%, extremo que considera incompatible con haber pasado la noche a la intemperie y viendo vídeos y fotos además, como alega él. Es más, lo que sostienen los investigadores es que a esas horas su terminal «no se utiliza», pero sí el de la víctima, pues la última conexión consta a las 04.41 de la madrugada.
Otra de las evidencias que tiene la Benemérita para señalar al Reñones tiene que ver con los restos de ADN del acusado que fueron hallados en la mantita del bebé, a pesar de que «nunca» se ocupaba del cuidado de su hija, según el relato de los familiares de las víctimas y algunos testigos. Esa prenda fue encontrada junto a los cadáveres por uno de los efectivos encargados de la inspección ocular de la vivienda tras la denuncia de desaparición. Según el sobrecogedor vídeo que se proyectó en el plenario, los cadáveres estaban tapados con una manta sobre la que había unos palés y bloques de hormigón, que se podían colocar «individualmente». Otro agente que participó en dicha inspección constató que el cuerpo de la madre estaba «muy frío y húmedo» mientras que el de la hija «conservaba más el calor».
Otros dos agentes que estudiaron los móviles de Reñones y Eva reprodujeron algunos mensajes del acusado: «Cualquier día te apuñalo y no queda de tí ni las huellas».
El juicio por el doble crimen de Liaño, en el que el acusado José Reñones se enfrenta a una pena de prisión permanente revisable y otros 26 años de cárcel por el asesinato de su hija de once meses y su pareja de 40 años, se retoma este miércoles a partir de las 09.30 horas en la Audiencia Provincial de Cantabria.
En este jornada están previstas las declaraciones de otros cinco guardias civiles, entre ellos, el tercer agente que intervino horas antes del doble crimen y que también fue sancionado por una falta grave al incumplir el protocolo que indica que hay que detener de forma automática a aquel que se salte una orden de alejamiento por maltrato.
Además, comparecerán en el salón de actos de las Salesas, donde se celebra el juicio con tribunal jurado, el jefe del restaurante de Somo en el que trabajaba Eva Jaular, sus dos hijos y dos amigos. Uno de ellos fue con el que la víctima había quedado el mismo día en el que fue asesinada junto a su hija.
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Ana del Castillo
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