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Cuando despegó su avión rumbo a Ecuador el pasado 24 de febrero, Marina Collazo y Paula Cobo llevaban la maleta llena de ilusión. Estas dos enfermeras cántabras iban a formar parte de una campaña sociosanitaria en el país sudamericano de la mano de AISE (Asociación ... Internacional de Sanitarios Españoles). Junto a ellas, viajaron otros 61 compañeros de profesión cuya misión era dar charlas sobre la prevención de enfermedades, pasar consulta y fomentar la educación para la salud en las zonas más vulnerables de Ecuador.
El programa de voluntariado finalizaba el 31 de marzo, pero el pasado domingo la organización les comunicó que se cancelaba por la pandemia mundial del coronavirus. «Ese mismo día nos pusimos en contacto con la aerolínea para conseguir vuelos o cambiar los que teníamos», cuenta Marina. La compañía con la que tenían pensado volver no les dio ninguna solución, así que decidieron comprar otro billete con Iberia. Sin embargo, las medidas restrictivas de Ecuador hicieron que todos los vuelos a Madrid se cancelasen el día antes de salir o ese mismo día.
Las dos jóvenes se pusieron en contacto con la embajada, que les aseguró que los vuelos del viernes, 20, y del sábado, 21, no se cancelarían. No obstante, la esperanza de llegar el domingo a casa se vio truncada el miércoles cuando la alcaldesa de Guayaquil -la ciudad más poblada del país- bloqueó la pista del aeropuerto de la localidad para que no aterrizase un avión de Iberia que había salido vacío desde Madrid. Finalmente, el vuelo se desvió a Quito. «Iberia ha cancelado todos los vuelos porque no se pueden arriesgar a mandar más aviones y que pase lo mismo», señalan.
Esa noticia cayó como un jarro de agua fría para Paula, Marina y sus compañeros. Y es que esta situación les impide salir del país y no les quedan más opciones. «No tenemos vuelo y cuando llamamos a Emergencia Consular, nos dijeron que la repatriación no era una opción. Ahora sí que estamos atrapados», explican. Esta postura les ha molestado especialmente. De hecho, Paula criticó la «hipocresía» del Gobierno español, que «está demandando personal sanitario cuando tiene a 63 personas retenidas que podían ser de gran utilidad».
También atrapada y sin posibilidad de llegar a Cantabria está Alicia Traspuesto. Se encuentra en Turín, donde está haciendo un doctorado en la Universidad Politécnica. «He estado en contacto con el consulado y se han hecho cargo de mi situación. Se han comprometido a avisarme si España decide fletar un avión para repatriarnos», relata.
Como no es una solución garantizada, la embajada le ha animado a seguir buscando salidas por tierra y aire. «He cogido aviones y me los han cancelado a los cinco minutos. Finalmente, he conseguido reservar un vuelo Turín-Madrid para el 5 de abril». Si no sale ese avión, intentará la salida por tierra. «Cogeré un autobús o, si no, mi padre se ha ofrecido a venir a buscarme en coche».
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