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Miguel Rodríguez se rinde a un año de que concluya la legislatura, «más complicada que ninguna», según la calificaba él mismo el jueves, cuando confirmaba la salida de uno de los grandes pilares de su equipo, Celia Gómez. Este viernes, apenas 24 horas después ... de que se conociera que la gerente del Servicio Cántabro de Salud (SCS) dejaba el cargo tras aceptar otra oferta profesional, se desvelaba que también el consejero de Sanidad había puesto su cargo a disposición del presidente «por motivos personales y de salud», confirmándose los rumores que en el ámbito sanitario ya llevaban toda la jornada circulando y que apuntaban a que el movimiento de Gómez no era el único a la vista, sino que podía precipitar otros.
Y no iban mal encaminados, pues a media tarde acabó por dinamitarse la cúpula de la Consejería de Sanidad, que hasta ahora había aguantado las tensiones, las dificultades generadas por la pandemia y el aluvión de críticas a su gestión por parte de la oposición, que ha pedido en reiteradas ocasiones su cese, y también del sector de la hostelería, que ha sido el más damnificado por las restricciones sanitarias, culpando de sus males sin miramientos a Rodríguez. Y en ese contexto, el consejero no siempre ha sido respaldado por el presidente del Gobierno cántabro, Miguel Ángel Revilla, que incluso le ha llegado a desautorizar más de una vez, mostrándose proclive a abrir la mano con las restricciones, pero dejando claro que las decisiones las tomaba Sanidad.
Y por si las consecuencias de la crisis sanitaria no le hubieran dado bastantes disgustos en estos dos años de lucha contra el covid, el remate en estos últimos meses ha sido el retraso del contrato de la Unidad de Protonterapia de Valdecilla, un proyecto de legislatura que en la tramitación de los pliegos (que han tenido que repetirse al quedarse desierto el concurso en el primer intento) le ha supuesto más de un encontronazo con la consejera de Economía y Hacienda, María Sánchez; y que ha llevado al relevo (por segunda vez) en su propia Secretaría General, ahora ocupada por el abogado Juan Carlos Rey.
Miguel Rodríguez, consejero dimitido. Médico de profesión, con plaza de inspector sanitario en Cantabria, su nombramiento como consejero supuso su vuelta a casa –es nacido en Reinosa– después de su etapa laboral en Asturias, donde trabajó en el HUCA y en el Hospital de Cabueñes.
Raúl Pesquera, gerente de la Fundación Valdecilla. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valladolid, especialista en medicina familiar y comunitaria, es desde noviembre de 2019 gerente de la Fundación Valdecilla. Fue candidato del PSOE en las últimas elecciones europeas
De hecho, según ha podido saber este periódico, las desavenencias con su compañera de partido, que semanas atrás declaró abiertamente que «la viabilidad de la protonterapia estaba comprometida» y que había riesgo de que se perdieran los fondos europeos destinados a instalar la máquina de tratamiento contra el cáncer –declaraciones matizadas después con la puesta en marcha del 'plan b' para reasignar esas partidas–, puede ser otro de los detonantes que han empujado a tirar la toalla a Rodríguez, que recientemente ha sufrido también varios varapalos personales.
No obstante, no ha sido una decisión tomada de la noche a la mañana, sino que «ya llevaba tiempo meditada», según ha confesado él mismo. De hecho, el vicepresidente del Gobierno, Pablo Zuloaga, estaba al tanto «desde hace un par de semanas». Y la prueba es que el sucesor ya estaba elegido y dispuesto a ocupar el despacho de la sede de Federico Vial. Tan pronto como se conoció la salida del consejero, trascendió el nombre del relevo. Será el médico Raúl Pesquera, actual gerente de la Fundación Valdecilla, quien tome las riendas de la Consejería lo que resta de legislatura. Un nombramiento que se hará oficial la próxima semana, como el del nuevo gerente del SCS.
No ha sorprendido la elección del futuro consejero dado que fue uno de los nombres que ya sonaba en la lista que manejaba el líder socialista para los relevos en el equipo de la Consejería de Sanidad en el arranque de legislatura. Es más, incluso fue uno de los candidatos que se llegaron a barajar cuando se buscaba sustituto para María Luisa Real. Sin embargo, Zuloaga optó por el médico Miguel Rodríguez (Reinosa, 1964), cuyo ofrecimiento aceptó sin dudar porque interpretaba que «era una oportunidad que se presentaba una vez en la vida» –como declaró entonces– y, además, suponía «la vuelta a casa» después de su etapa profesional en Asturias, primero en Oviedo, donde fue director médico del HUCA, y después en Gijón, como gerente del Hospital de Cabueñes. De aquella, asumió el reto «sin miedo», pese a los conflictos sindicales con los que se despidió su predecesora, y dispuesto a calmar las aguas revueltas entre el personal sanitario. Imposible imaginar la magnitud de la crisis que le iba a tocar gestionar meses después.
Durante estos dos años y medio, cada vez que se le ha preguntado si se planteaba dimitir, la respuesta era la misma: «He asumido un compromiso y lo voy a cumplir». Pero el desgaste de la gestión de la pandemia le ha acabado pasando factura, como se ha visto en otras comunidades también. Y saber que perdía a uno de los pilares de su equipo ha sido otro obstáculo añadido, aunque él mismo, como amigo personal además de jefe, la animó a aceptar. «Le dije: 'Valóralo y, si te compensa, adelante'. Jamás voy a poner impedimentos para un cambio si a la otra persona le beneficia en su carrera profesional, independientemente de que el momento sea mejor o peor», declaró el titular de Sanidad el jueves, al tiempo que alababa el «magnífico trabajo desempeñado» por una de las personas de su máxima confianza.
Este viernes fue el vicepresidente del Gobierno quien trasladaba «el reconocimiento y la gratitud hacia Miguel Rodríguez y su equipo por su gestión, que ha servido para que Cantabria sea la comunidad que más vidas ha salvado, los indicadores están ahí; y siempre a la cabeza en la campaña de vacunación». Zuloaga reconocía que el consejero había sido «injustamente machacado», sobre todo por la hostelería, pero destacó que «había aguantado el pulso y el sistema sanitario nunca ha colapsado». Sobre los motivos de su dimisión, descartó las tensiones con Economía como causa y la desvinculó también de la marcha de Celia Gómez. «Son cuestiones que han coincidido en el tiempo, aunque a nadie se le escapa que era un puntal fundamental de su equipo».
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Ana Rosa García Daniel Martínez
Precisamente el jueves, todos los sindicatos de la mesa sectorial habían remitido una carta a Presidencia denunciando «la debacle» a la que va encaminada la sanidad cántabra por la «mala gestión de quienes están al frente». Eso sí, sin saber que esa remodelación ya estaba en marcha. Cuestionado por ella, Revilla aseguró que «estas cosas son normales, yo también he hecho relevos en el Gobierno. No tengo nada que decir porque es una competencia del PSOE, que es quien tiene que nombrarlo». En este sentido, Zuloaga señaló que al nuevo consejero «le toca afrontar las consecuencias del paso de la pandemia, porque ahora el tiempo es otro».
Raúl Pesquera ha desarrollado una buena parte de su actividad profesional en Cantabria como médico de familia, del 061 y de los Servicios de Urgencia de Atención Primaria (SUAP). También cuenta con una importante experiencia en materia de gestión, habiendo ocupado los cargos de coordinador médico del 061 en el área de Menorca y de director médico del 061 en las Islas Baleares. Además, fue el número 24 en la lista del PSOE que lideró el ministro Josep Borrell en las últimas elecciones europeas.
Si se cuentan las bajas entre los cargos que Rodríguez eligió para dirigir la sanidad cántabra, ya son más los que se han ido que los que quedan. Él matiza que «no han sido tantas salidas, porque la mayoría fueron a petición propia, que tiene una connotación distinta a los ceses». Suya fue la decisión de prescindir de la directora general de Salud Pública, Paloma Navas, en enero de 2021 (sustituida por el médico Reinhard Wallmann); de la secretaria general Sara Negueruela y de su sucesora, Virginia García; así como del subdirector de Asistencia Sanitaria, Trinitario Pina, número dos de Celia Gómez e incluso gerente en funciones durante la baja de ella.
Dimisión. Este pasado jueves se conoció que había aceptado otra oferta profesional y que ya había comunicado su marcha.
Cese. Al inicio de 2021, Miguel Rodríguez colocó a Reinhard Wallmann al frente de Salud Pública en lugar de Navas.
Cese. Su salida coincidió con la de Paloma Navas. La sustituta fue Virginia García, cesada también un año después.
Dimisión. Asumió unos meses la subdirección de Recursos Humanos tras la marcha de Gracia y dejó el cargo en octubre de 2020.
Dimisión. Defendió a su directora médica en medio de la polémica por la vacuna de su madre y dimitió después que ella.
Dimisión. Presentó su renuncia tras la polémica generada por la vacunación de su madre con una dosis sobrante del 061.
Cese. En agosto de 2021, Sanidad decidió dar un giro a su política de comunicación y nombró a la periodista Pilar Palazuelos.
Cese. Su salida se hizo oficial en octubre de 2021. Fue sustituido en febrero por el psiquiatra Óscar Fernández Torre.
Dimisión. Duró pocos meses en el puesto; se fue «por motivos personales» en febrero de 2020, antes del inicio de la pandemia.
El pasado verano relevó también a su jefe de gabinete, el exdiputado socialista Víctor Casal. Pero por el camino, por diferentes circunstancias, Sanidad ha tenido que buscar más sustitutos para sus puestos de mando. La primera en abandonar el barco, antes de que el covid llegara para complicarlo todo aún más, fue Carmen Gracia, al frente de la subdirección de Recursos Humanos del SCS, una función que asumió temporalmente su compañera de Gestión Económica entonces, Ana Belén Rodríguez, que también se marchó «por motivos personales» en octubre de 2020. Después fue la gerente de Atención Primaria, Alicia Gómez, la que dimitió por la polémica en la que se vio involucrada su directora médica, Beatriz Josa (que renunció también), al vacunar a su madre antes de tiempo. La médico Teresa Ugarte cogió las riendas de Primaria, con Antonio Martínez como director médico.
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